En la cuenca de Villa María, las usinas pagarían noviembre con otra baja de precios.
–Mientras soplan otros aires para el agro por el cambio institucional y el programa económico que se alista a presentar el nuevo gobierno en el país, me están llamando productores amigos, camarada don Tecno, para avisar que, en lugar de subir, los precios de la leche en tranquera de tambo siguen para abajo.
–Menudo tema para abordar en el cortísimo plazo por las autoridades, compañero don Productivo. Ni en los tiempos de precios internacionales récord la lechería pudo encontrar su mejor perfil…
–No me quiero ir muy lejos. Pero en la cuenca de Villa María, por ejemplo, las usinas van a pagar la leche entregada en noviembre entre 10 y centavos menos que durante octubre. Eso es lo que han informado a esa Rural socios y productores caracterizados de la zona, como Lorenzo Bruera, Horacio Storani o Héctor Bertone. Los muchachos villamarienses ya estuvieron en contacto con el legislador provincial Darío Capitani, de las filas del PRO, para imponerlo de la situación.
–En los últimos meses, el gobierno nacional apeló a compensaciones y subsidios, pero la crisis en el sector parece agravarse más.
–Le digo: los productores están viendo el escenario de reacomodamiento de precios relativos internos como una bola de fuego; aumentan los demás precios e insumos, el maíz estaría a pocos días de una liberación de exportaciones y quita de retenciones, lo que alimenta aún más la preocupación de los tamberos. Si los productores más grandes acusan el golpe, imagínese los que están por abajo.
–Los subsidios han sido en definitiva un paliativo, un parche, y en el escenario internacional, los analistas suponen que recién se podrían ver precios externos entonados para agosto del año que viene, con valores de 3.000-4.000 dólares la tonelada. Para eso falta mucho; en el largo plazo estaríamos todos muertos, diría don Keynes.
–Lo que está corriendo como dato es que las nuevas autoridades de Agricultura están analizando un urgente plan de salvataje, que incluiría una suerte de subsidio universal para todos los productores lecheros. Esto con vigencia transitoria, hasta que las industrias recompongan sus posiciones en los mercados.
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