Tamberos en crisis, industrias lácteas en crisis, trabajadores lácteos sin problemas

Un gigante económico sin poder: el momento para promover una sola representación gremial en el agro argentino es ahora. El caso brasileño.
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Un gigante económico sin poder: el momento para promover una sola representación gremial en el agro argentino es ahora. El caso brasileño.
Tamberos en crisis. Industrias lácteas en crisis. Trabajadores lácteos sin problemas. ¿Cómo es posible semejante divorcio? La respuesta es muy sencilla: representación gremial obligatoria.
En términos de representación sindical, manejo de recursos y capacidad de lobby político y mediático, Atilra se encuentra en la cima de la cadena trófica láctea gracias a la legislación vigente. Y los productores son el último eslabón de la misma.
Pero las cosas podrían ser diferentes. Los productores podrían equilibrar la relación de fuerzas con una representación gremial equivalente a la que tienen actualmente los trabajadores. Para eso se necesita un proyecto legislativo que sea aprobado en el Congreso.
Afortunadamente, no se necesita innovar mucho en la materia: basta con copiar el sistema vigente en Brasil, donde la representación gremial agropecuaria está en manos de una sola entidad –Confederação da Agricultura e Pecuária do Brasil (CNA)– financiada por todos los productores agropecuarios del país.
La principal fuente de financiamiento de la CNA es una contribución sindical universal y obligatoria vigente desde 1971 por una legislación federal específica. El aporte debe ser realizado por todas las explotaciones y empresas agropecuarias del país (estén o no afiliadas a una sociedad u organización rural de base).
Para el año 2016 la escala de contribuciones sindicales –dependiendo del tamaño de la empresa agropecuaria– se ubica en un rango anual de 32 a 15.080 reales (9 y 4448 dólares al tipo de cambio actual). El monto máximo de 15.080 reales rige para empresas con un capital social o valor de la tierra explotada superior a 42,7 millones de reales (12,6 millones de dólares).
Para el caso de empresas agropecuarias a nombre de personas físicas, el cálculo del aporte se realiza en función de la cantidad de hectáreas explotadas y el valor fiscal de las mismas. Pero para personas jurídicas, el cálculo se hace en base al capital social de la empresa.
La recaudación total proveniente de la contribución se distribuye de la siguiente manera: 60% para la sociedad rural de la zona en al cual se originó el aporte; 20% para el Ministerio de Trabajo (MTE); 15% para la federación agropecuaria regional; y el 5% restante para la CNA (la mordida del MTE probablemente haya sido una concesión que los productores brasileños hayan tenido que hacer para que la clase política les apruebe la norma).
En aquellas regiones en las cuales no existe una sociedad rural, los recursos se distribuyen en un 60% para la federación agropecuaria regional, 20% para el Ministerio de Trabajo y el 20% restante para la CNA.
“El objetivo principal del sistema sindical agropecuario es la defensa de los derechos, reivindicaciones e intereses de los integrantes del sector, independientemente del tamaño de la propiedad y rama de actividad, sea ésta agricultura, ganadería, forestación o pesca”, indica la entidad en el último balance presentado.
La elección de los autoridades de la CNA se realiza cada tres años por medio del voto de los delegados agropecuarios que representan a cada una de las 27 regiones productivas brasileñas, quienes, a su vez, son elegidos por los presidentes de las sociedades rurales de cada región.
En la Argentina, en caso de contar con un sistema similar al brasileño, los integrantes del agro deberían primero consensuar la implementación de una metodología de elección de representantes porque, de lo contrario, lo único que se lograría es incentivar una lucha fraticida.
Sólo considerando al sector lechero, existen decenas de entidades tamberas –a veces más de una en un mismo territorio– y suele resultar extremadamente difícil que todas se pongan de acuerdo. Recientemente se abrió una solicitud en Change.org para instrumentar una sola entidad lechera que tiene, hasta el momento, apenas 504 firmas.
Si la vocación de servicio puede más que la guerra de egos, entonces los integrantes del sector agropecuario deberían entender que el momento de construir una sola entidad agropecuaria nacional es ahora.
Pero si la mayor parte cree que los esfuerzos múltiples autogestionados constituyen la mejor herramienta para defenderse de la presión tributaria excesiva, burocracia colosal, patoterismo corporativo, infraestructura deficiente y expropiaciones de campos –entre otros muchos problemas– entonces lo mejor es dejar todo tal como está.
Ezequiel Tambornini
http://www.valorsoja.com/2016/11/20/un-gigante-econonico-sin-poder-el-momento-para-promover-una-sola-representacion-gremial-en-el-agro-argentino-es-ahora/#.WDIr4-bhDIU

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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