La mitad de los tamberos encuestados por el Movimiento de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) respondieron que no ven un horizonte positivo para su actividad, sino todo lo contrario, pesimista.
La encuesta se realizó desde el 5 al 18 de julio y fue contestada por 1181 miembros de todo el país entre los que se encuentran tamberos medianos y grandes.
La crisis de la lechería ya es un tema recurrente en la Argentina, de tal manera que en la inauguración oficial de la 130 Exposición Rural de Palermo, el presidente Mauricio Macri y el responsable de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, coincidieron en reconocerla en sus respectivos discursos.
Los técnicos de CREA, luego del relevamiento que se conoció recientemente, destacaron que entre los encuestados había un contexto optimista y así el 38 por ciento de los productores que alquilan campos de terceros en 2016-2017 prevén incrementar esa área con relación al ejercicio anterior.
«Se destaca que en el caso específico de los tamberos CREA, la mitad de ellos muestra expectativas pesimistas. En este sentido, se espera un aumento promedio del 8 por ciento en el costo del arrendamiento (medido en quintales de soja por hectárea), lo que podría tener un impacto no deseado, ante una gestión insuficiente del riesgo precio y clima, en el resultado futuro», se indicó en el informe.
En un análisis específico, los investigadores CREA consideraron que la compleja situación que vive hoy la lechería nacional, debido a factores de coyuntura (relación costos versus precios), valores internacionales bajos e inclemencias climáticas, también se plasmó en la encuesta.
El 66 por ciento de los tamberos sondeados sufrieron situaciones de exceso hídrico en los últimos seis meses que impactaron negativamente en la producción de leche y en la logística comercial, y retrasaron la siembra de pasturas y verdeos.
En el último trimestre, el 83% de los tambos registraron una baja en los niveles de producción de leche en relación a lo estimado.
Esta disminución impactará en la producción futura de la próxima primavera y en este sentido, el 62 por ciento de las empresas espera menores niveles de producción para esa etapa del año en comparación con el mismo período de 2015.
A esta situación se suma que el 65 por ciento de los casos evidencia una situación de endeudamiento de corto plazo superior al promedio de los últimos dos años.
Lo cierto es que la actividad lechera continúa en una situación delicada debido a las consecuencias de las últimas inundaciones que, sumadas a una coyuntura del sector adversa tanto interna como externa (bajos precios internacionales), ponen en jaque la continuidad del negocio.
En otros ámbitos continuaron las reuniones para debatir la situación de la lechería del país, cuya solución parece haber ingresado en una situación de parálisis.
La mesa de productores lecheros de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) tras un encuentro en San Miguel de Tucumán, donde se analizó la situación de esta actividad económica propusieron que se declare «la emergencia del sector lácteo».
Un número que todavía no aparece por falta de estadísticas es el de tambos que ha cerrado en lo que va del año, pero se presume alto sobre todo en los que procesan menos de 2000 litros diarios con menor capacidad de respuesta para salir adelante y mayor nivel de endeudamiento.
Si bien el precio del litro de leche que percibe el tambero en dólares es histórico, no cubre los costos de producción por lo que se necesita un monto adicional al valor que se recibe en tranquera, que ronda los 4,50 pesos, en el mejor de los casos.
Existen unas seis empresas grandes con una participación del 60% del mercado y una gran cantidad de usinas lácteas PYMES, por donde se canaliza el 40% de la producción, que están atomizadas y tienen relativa incidencia en las decisiones del negocio.
La solución junto con los supermercadistas pasaría por estos importantes actores de la cadena de valor además de la implementación creciente de políticas públicas.
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