Distintas instituciones promueven un boicot a los supermercados mañana para que bajen los precios. Aseguran que son formadores de precios.
Los organizadores de la consigna “#superVacíos”, una campaña de boicot a los grandes supermercados de todo el país que tendrá lugar mañana, estiman que el mensaje a los empresarios será “contundente”.
La gráfica del “7/04, yo adhiero” circula desde hace varios días en las redes sociales y los medios de comunicación. La idea es no comprar durante todo el jueves y “dar un mensaje pacífico pero elocuente, de una ciudadanía cansada ante la inflación y la suba permanente e indiscriminada de precios”.
“Sabemos que no comprar durante un día no es la solución, pero estamos convencidos de que va a ser un mensaje muy claro a los grandes comercios que abusan de nosotros y también para quienes gobiernan”, explicaron los organizadores.
Uno de ellos, Juan Pablo Ruiz, aclaró que la idea no es que los súper “se fundan o alguien pierda su trabajo, sino dar un mensaje a dos sectores: a los formadores de precios y al Gobierno nacional, para que tome políticas para frenar la inflación”.
“Hay cinco cadenas de supermercados que manejan el 70 por ciento de la venta de alimentos en el país y que son formadores de precios. Sólo una es nacional”, indicó y agregó que, según la organización Consumidores Libres, “la suba de precios en enero, febrero y marzo es del 12,6 por ciento”.
Propuesta
Los pequeños comerciantes, por su parte, creen que hacen falta medidas más contundentes para que los súper bajen los precios de los alimentos.
“No alcanza el ‘7A’ porque lo que puedan perder en ventas ese día, lo recuperarán retocando algunos precios las jornadas siguientes”, afirmó el Centro de Almaceneros de Córdoba, en el marco de un informe en el que difundió los grandes márgenes de rentabilidad que obtienen los supermercados y que alcanzan el 500 por ciento.
La entidad reconoció que las cadenas tienen una estructura de costos superlativa en relación a otros comercios, por la cantidad de personal contratado, costos de energía, tecnología aplicada, etcétera.
Pero señalan que a algunos alimentos de la canasta básica “les aplican márgenes extraordinarios superiores al 300 por ciento”. En el caso de la papa, alcanza el 518 por ciento, por ejemplo.
Por eso proponen que, además de los precios en góndola, los supermercados publiquen el costo de adquisición del producto para que “el consumidor decida si está dispuesto a complacer la voracidad comercial de estos monopolios”.
Benjamín Blanch, al frente de la Cámara de Supermercados de Córdoba, aclaró que “con un costo operativo de 35 por ciento, lo menos que se puede aplicar es un 40 por ciento”.
Cómo surgió la iniciativa
Campaña. El boicot a los supermercados comenzó a gestarse el 10 de marzo, tras un acuerdo entre el titular de la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires, Eugenio Semino, el fundador de Consumidores Libres, Héctor Polino, y el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA), Pablo Micheli.
Objetivo. El fin es expresar un “claro mensaje hacia los formadores de precios que fomentan la inflación y el abuso de los precios”.
Otros impulsores. Se sumaron organizaciones y personalidades: Movimiento Barrios de Pie, el Partido Socialista Nacional, el GEN de Margarita Stolbizer y Libres del Sur de Victoria Donda. También se adhirieron la Federación Agraria y la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas de la República Argentina (Fesach).
Llamado. La idea es que mañana nadie compre en grandes supermercados. La gráfica “7/04, yo adhiero a los #superVacíos” circula desde hace varios días en los medios y las redes sociales.
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