En medio de la crisis lechera los supermercados rompieron su propia marca de facturación por la venta de productos lácteos. En abril registraron ventas por $2.542 millones y acumularon en los primeros cuatro meses una facturación de 9.739 millones. Los tamberos organizan protestas y regalarán leche.
La venta de lácteos en los supermercados sigue siendo un negoción. En abril último las cadenas minoristas batieron -una vez más- su propio récord y facturaron por esos productos 2.542 millones de pesos, un 29,3% más que lo registrado un año antes.
De los datos que publica mensualmente el Indec surge que en los primeros cuatro meses del presente año, las cadenas supermercadistas facturaron 9.739 millones de pesos por la venta de productos lácteos.
Esa cifra implica un ingreso adicional respecto del año 2015 de 1.744 millones de pesos, una suba interanual del 22%. Como se aprecia en el gráfico la facturación creciente e ininterrumpida de los supermercados indica que en 2016 las ventas representan 5 veces más de las realizadas en 2010.
Entre tanto la producción lechera local está atravesando una de las peores crisis de su historia, no solamente por la caída de los precios internacionales sino también por las condiciones climáticas de este año que afectó a la principal cuenca lechera del país, pero también por las políticas del nuevo gobierno.
«Nos encontramos en una situación desesperante, con el incremento de los costos, que van desde la alimentación animal hasta el combustible y los servicios los números del negocio no cierran y muchos productores están dejando la actividad que se está concentrando en cada vez menos actores», contó a Ámbito Financiero Andrea Passerini, coordinadora la comisión de Lechería de Carbap.
Los próximos días serán decisivos para los productores ya que los tamberos nucleados en la entidad elevarán a Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) un reclamo para realizar protestas masivas y así sumar productores tamberos de otras regiones.
«Volveremos a regalar leche fluida en zonas céntricas. Hoy mucha gente no puede comprar el producto porque se dispararon los precios en los comercios y mientras tanto se están fundiendo un montón de productores. Hay una distorsión muy grande en la cadena y no encontramos respuestas», explicó Passerini.
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