Se encuentra en Bermejo y su dueño asegura que es imposible competir con los precios que manejan las multinacionales en supermercados.
Con la leche a $ 10 el litro, el queso cuartirolo a $ 52 el kilo, a $ 70 el kilo de queso y la ricota a $ 60, el tambero Leonardo Guercio está al límite de la subsistencia comercial.
La ironía es que sus productos, si bien son genuinos, frescos y ofrecen valores competitivos a nivel comercial, se enfrentan con un consumo en retirada. Hoy, sus 45 vacas en Bermejo dan mil litros de leche por día.
El supermercado es un canal de comercialización inalcanzable por la escala de producción y una demanda que ni siquiera logra aunando esfuerzos Guercio junto a los otros dos tamberos que existen en la provincia como los tambos Santilli en Lavalle y Cappellano, en San Martín.
«Nosotros vendemos a granel, no vendemos leche en sachets y la venta es por 50 litros. Vendemos a Yogurlac dos mil o más litros entre los tres tambos, y el resto a la gente que nos compra, pero tenemos costos altos”, explicó Guercio.
Para sacar cuentas: en promedio una vaca tiene un valor de mercado de $ 15 mil, puede dar 18 litros diarios de leche y, mantenerla por mes entre alimentos y veterinario, cuesta unos $ 2 mil mensuales.
Con el queso se abre un nuevo panorama ya que Guercio puede vender más cantidad de litros de leche.
Pero es una ventaja algo pequeña ya que como tambero debe competir con las leches que llegan de otras provincias que, en algunos casos, es competencia desleal, con precios más bajos y hechas con suero de queso.
“Los precios baratos de supermercados de leche larga vida es imposible que la vendan a $ 9 si el envase ya sale entre $ 8 y $ 9. En Córdoba, en tranquera de tambo, vale $ 3,20 más IVA más flete. Esa leche la secan, luego pasa un año. Cuando la hidratan, ya ha pasado por dos o tres revendedores. Vale $ 4 el litro a las heladerías. Yo voy con la leche a $ 6 a granel y, por esa razón, no se puede vender”, apuntó Guercio.
Para Guercio la clave para volver a crecer está dada por el gobierno y el mejor ejemplo llega desde San Juan. En la vecina provincia hay un robusto sistema de tambos, los que se han triplicado en los últimos años. El motor del desarrollo ha sido el mismo gobierno sanjuanino.
“En San Juan se producen por día entre 30 mil a 40 mil litros de leche que son repartidos en las escuelas y han crecido mucho”, explicó Guercio.
Los tamberos mendocinos quisieron vender a la Penitenciaría y a los hospitales pero no pudieron. “En el caso de la Penitenciaría hay una concesionaria y pide un gran número de requisitos, por lo que no se puede vender. Lo mismo pasa con los hospitales”, apunta Guercio.
Para los hombres del sector la vida comercial sería diferente si tuvieran un cliente como el gobierno para abastecer.
Por ahora, la agonía comercial está marcando a los tamberos locales. La vuelta al desarrollo estaría para ellos marcada por un gobierno central más permeable a comprar a la industria local y a firmas como La Alborada y Yogurlac para así seguir apostando por la producción mendocina.
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