SanCor: “Los que comandamos este barco nos vamos a hundir juntos, como en el Titanic”

Sobre el valor de la empresa, Delbino es contundente: “No vale más nada. SanCor tiene un balance negativo con un patrimonio neto negativo”. Y se pregunta: “¿Cuánto vale? Vale la marca, los productos, el marketing, la leche, pero nada es nuestro”.
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Fue un relato desgarrador. Juan Bautista Delbino, productor asociado a SanCor describió con certeza y valentía la situación que atraviesa la empresa y asumió las culpas que le competen, tanto en su rol de ex miembro del Consejo de Administración como el de entregador de materia prima en la actualidad. No vaciló en marcar los errores del pasado: malas decisiones de dirigentes y sindicalistas fueron moldeando este crítico panorama. Aún en esta fase terminal, promete lealtad a la empresa.
En julio de 2016, días previos a la venta de la línea de frescos al grupo Vicentín, Delbino había vaticinado que esta decisión no sería más que un paliativo transitorio. Profecía cumplida, Sancor enfrenta hoy una crisis sin precedentes que la obligará a una reestructuración radical si se la quiere mantener con vida.
“Uno se tiene que sentir responsable de las situaciones que han pasado y yo me hago cargo, todos hemos cometido errores: productores, directores y gremio”, confiesa Delbino. Y sentencia: “Es un momento terminal, esta situación no tiene retorno: no hay producción, no se tiene productividad, hay exceso de empleados; no la supimos manejar, no la saben conducir, y los excesos que se cometieron adentro evidentemente trajeron todas estas conclusiones”.
“La ciudad va a sufrir”
“Para la ciudad va a ser un panorama difícil, porque van a sobrar no 1000 sino 3000 empleados: la productividad es muy baja, y la cantidad de empleados es alta, con sueldos que también son muy elevados. Con los litros de leche que hoy produce la empresa, esos números son inviables,” remarca. Y aclara: “No es verdad que la empresa tenga capacidad para producir 7 millones de litros: tiene capacidad instalada para producir ineficientemente 7 millones de litros. Hay plantas que no tienen ninguna tecnología, como Charlone, Moldes o Brinkmann”.
“Hay gente que pensó que esto iba a ser para toda la vida, y no es así. Los castillos de arena que se crearon se van a derrumbar. Esta es una ciudad que va a sufrir la consecuencias de que SanCor no esté más”, presagió.
“El gremio también debe sentir alguna responsabilidad”.
Analizando el origen de esta crisis, Delbino carga especialmente sobre el actor sindical: “A esto se llegó porque la gente del gremio se creyó que eran los dueños y señores de la empresa y la llevaron a esta situación”. Y detalla: “Hace 11 años, la empresa pagaba en sueldos el 9 % de su facturación: hoy eso se ha triplicado. Entonces el gremio también debe sentir alguna responsabilidad.” Sobre los acuerdos salariales, el productor aclara que no fueron responsabilidad de Sancor sino del Centro de la Industria Lechera (CIL) que ha convalidado los aumentos.
Según su análisis, comparando los sueldos en dólares, un empleado de la industria láctea en Argentina percibe más del triple que otro similar en otro lado del mundo. “Hay empresas en nuestro país que producen 600 litros por empleado, cuando en otros lados producen 2000. En Brasil, un empleado lácteo gana unos 800 dólares, en Nueva Zelanda 1300, hagamos la cuenta, es muy sencillo”, explica.
“SanCor no vale nada”
Sobre el valor de la empresa, Delbino es contundente: “No vale más nada. SanCor tiene un balance negativo con un patrimonio neto negativo”. Y se pregunta: “¿Cuánto vale? Vale la marca, los productos, el marketing, la leche, pero nada es nuestro”. Delbino informó que no cuentan con información oficial sobre las decisiones que tomarán los directivos y confirmó que la semana próxima habrá una reunión con el Consejo para definir el caso. Al respecto, recomendó: “Yo creo que hay que buscar inversores para que compren la empresa. Nosotros hemos demostrado que no somos capaces de conducirla, si ni siquiera podemos manejar a la gente que está adentro. Entonces tiene que haber alguien que sea el dueño y decida qué se tiene que hacer, pero no todos dueños”. Y aclaró: “Nosotros vamos a seguir entregando leche, pero vamos a conocer el látigo que tiene alguien que no es cooperativista”.
“Venezuela fue un error, pero era la única opción”
Sobre el polémico acuerdo que la Cooperativa mantuvo con Venezuela, Delbino detalló que “terminamos de pagar la deuda con Venezuela, eran los que mejor pagaban la leche en polvo y nuestra única opción”. Pero detalló: “Cuando eso funcionaba, medianamente se pudo ir para adelante, pero cuando Venezuela empezó a tener problemas, eso causó un gran colapso. Venezuela fue un error, pero tampoco la leche se podía colocar en otro mercado”.
Sin embargo, también responsabilizó a los productores, que en ese momento obtuvieron importantes ventajas con el convenio: “Tenemos que hacernos cargo porque los productores de SanCor cobraban la leche a $3.25 mientras que otras empresas pagaban $2.50 por litro. En el año 2015, según el balance, perdimos $1.25 por cada litro de leche ingresado. Nosotros debimos pagar lo mismo que las otras empresas, ese fue un error de la parte conductiva y de los asesores financieros que en realidad, lo único que hicieron fue vaciar la empresa y endeudarla”.
“Morir en SanCor”
Con nostalgia, Delbino evoca a los fundadores de la Cooperativa y desliza críticas a los productores que ante la adversidad dejaron de entregar leche y se retiraron de SanCor. “Yo imagino a los que crearon esta Cooperativa, si hubiesen tenido una situación de este tipo, qué hubiesen hecho, por ejemplo, don Bartolo Astesana, Mitri, los pioneros: con seguridad se hubiesen quedado a enfrentar esta crisis”.
Sensibilizado, cuenta que su hija responde ante quien la consulta sobre el tema: “Mi papá va a morir en SanCor, aunque le queden debiendo”, para reafirmar: “Así va a ser, tiene que ser así, si siento una responsabilidad es por lo que hicimos, por lo que debimos haber hecho y especialmente por lo que dejamos que hagan con nuestra empresa”. De su paso como Director, hace más de una década, rememora: “Cuando yo estuve en Sancor, me gustaba porque era un momento sumamente combativo, los productores te decían las cosas, pero dábamos la cara sin problemas. Ahora veo que la pasividad de la gente es notable, nadie se queja más de nada, nadie está en desacuerdo con nada”.
Con la emoción a flor de piel, el productor comenta: “Estos momentos no son para cualquiera. Hay que vivirlos con sinceridad y con valentía y tenemos que mantenernos unidos los que pensamos que debemos seguir entregando a las cooperativas. Pero si se produce el desmadre, tampoco esa producción puede ser absorbida por otras empresas. Hay que mantener la calma más que nunca y estar unidos”.
“Los que comandamos este barco nos vamos a hundir juntos, como se ha hundido el comandante del Titanic, así debe ser, así tiene que ser la vida. Esto tiene que servir como enseñanza, si tuvimos una responsabilidad tenemos que asumirla”, recalcó.
►Por Germán Thalman
http://fmnuevomundo.com.ar/web/notes/5067

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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