«SanCor es el rehén y quieren que los trabajadores paguemos el rescate»

Duras acusaciones de Atilra al gobierno y a la industria.
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«La palabra suena fea, pero es la que cabe. SanCor es un rehén y hay gente que quiere que los trabajadores paguemos el rescate para que la salven». Con esas duras palabras, el Dr. Alberto Coronel, asesor letrado de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) se refirió al empatanamiento que sufren las negociaciones para que el Gobierno nacional libere un préstamo de 450 millones de pesos destinados a socorrer a SanCor en medio de la gravísima crisis financiera y productiva que sufre la cooperativa. «Si SanCor cae, será absoluta responsabilidad del Gobierno nacional por no haber cumplido con el acuerdo firmado», remató Ricardo Pecotche, secretario adjunto de la organización gremial.
Rodeado de varios secretarios generales y de profesionales de la Obra Social del Personal de la Industria Lechera (OSPIL), Coronel fue el vocero elegido por ATILRA para una conferencia de prensa que se dividió en dos partes y en la que debió haber estado el secretario general de la organización, Héctor Ponce. Sin embargo, por propia decisión, Ponce resolvió no participar dado que la primera parte de la conferencia estuvo destinada a explicar la situación generada por acusaciones de un exauditor general de OSPIL, el Dr. Mario Bertoia, a quien OSPIL despidió invocando graves irregularidades. Bertoia difundió a través de un portal web y de las redes sociales serias acusaciones contra Ponce y la conducción de OSPIL, pero sus argumentos fueron rebatidos por los dirigentes y los profesionales médicos presentes.
Al abordar la situación por la que atraviesa SanCor, Coronel describió el proceso de negociaciones iniciado con el gobierno de Mauricio Macri para acordar un salvataje en el que participarían el gobierno, aportando 450 millones de pesos; los proveedores, los tamberos y los trabajadores, cada uno cediendo algo de sus intereses para darle oxígeno a la cooperativa. El acuerdo se firmó, todas las partes iban a cumplirlo, pero el Gobierno decidió no hacer efectivo el desembolso, iniciando una presión importante para que el gremio ceda en conquistas gremiales y acepte una rebaja general del costo salarial de las industrias. De ahí la frase de Coronel sobre la situación de SanCor como «rehén». El gran problema es que mientras las negociaciones continúan, el «rehén» puede morir.
«El Gobierno designó gente del Minsiterio de Producción para que se interiorizara y ellos generaron un plan muy ajustadito (de salvataje de SanCor), en el cual los acreedores financieros tenían que hacer quitas de intereses y esperas; los proveedores de insumos tenían que esperar (para cobrar las deudas); los tamberos tenían que hacer esperas; y al gremio se le pidieron dos cuestiones. Una, que los trabajadores difirieran (el cobro de) el 15% de sus salarios por 12 meses y que el gremio dejara de percibir un importante aporte (la suma de aporte patronal extraordinario que por cada trabajador paga la industria láctea a ATILRA, desde 2009) por el término de 6 meses. Además, que la importante deuda que SanCor tenía por aportes (sindicales y de obra social) fuera financiada en condiciones blandas y así se hizo: a valor nominal, sin intereses, con espera y plazos de gracia, y a largo plazo. Eso se suscribió en un acuerdo en el Ministerio de Producción», recordó Coronel.
«Este acuerdo -agregó- se suscribió hace más de tres semanas. Teóricamente al día siguiente de la suscripción se iban a liberar los fondos para SanCor, pero no se hizo. SanCor no recibió los fondos. Se nos planteó al gremio la necesidad de que renegocie cosas. Se nos pidió modificar las condiciones de negociaciones de salarios, que se abra el convenio colectivo de trabajo para la negociación y que se revean los importes del aporte patronal permanente (condiciones de renegociación que involucran a todas las industrias, no solamente a SanCor). Todas cosas que el gremio no se negó a hacer. Las podemos negociar a todas, obviamente dejando a salvo el valor de la remuneración de los trabajadores, cosa que tradición de ATILRA no vamos a dejar que pase. Pero sí vamos a considerar todo, siempre y cuando la inflación no se desmadre. Pero esto no debe ser en el marco del condicionamiento de la deuda a SanCor», apuntó Coronel.
Intereses compartidos
La dirigencia de ATILRA considera que la ofensiva del Gobierno, utilizando las urgencias de SanCor como una espada de Damocles sobre el gremio, incluye una acción coordinada con las industrias, algunas de las cuales -dijo Coronel- están jugando como juez y parte, ya que habría funcionarios del Gobierno que tienen intereses directos en industrias lácteas. Nadie lo mencionó, pero la prensa nacional reconoce que el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, está detrás de las acciones de APYMEL, la entidad que congrega a las pymes lácteas y que es la más «demandante» a la hora de pedir que cambien las condiciones laborales que caracterizan la relación de ATILRA con la industria.
Esto sucede porque algún sector de las empresas que tiene llegada al Gobierno está presionando para que nosotros no avenguemos en forma apresurada a resignar conquistas como condición para que SanCor reciba ayudas. Lo que nos pidieron lo firmamos. La ratificó una asamblea general de delegados congresales y estamos dispuestos a cumplir lo que firmamos porque la tradición de ATILRA es cumplir lo que firma. Pero nosotros no somos los dueños del dinero que le tienen que depositar a SanCor.
«Hay algún sector de las empresas que se siente muy seguro de sí misma, con un gran apoyo gubernamental, y eso la para en un grado de inflexibilidad donde están pretendiendo que el gremio ceda cosas que no pueda ceder. Cualquier acuerdo que se pueda celebrar tiene que ser sustentable para las partes. Si alguien quiere someter a la otra parte, no sería un acuerdo sino una imposición. Pero además, no tendrá futuro», enfatizó Coronel.
«El Gobierno está pidiendo que renegociemos el aporte patronal permanente, pero el gremio ha hecho todo para solucionar lo de SanCor, como por ejemplo no cobrar aportes para los trabajadores incluidos en la denominada ‘jornada libre’ SanCor no tendrá que pagar ningún aporte. Y hay una deuda millonaria que también aceptamos renegociar. Pero el gobierno insiste en renegociar todo y cuestionar todo como condición para salvar a SanCor. Es una mentira absoluta que los trabajadores tengamos la culpa de lo que pasa a SanCor. Si SanCor cae, será por responsabilidad absoluta del gobierno por no cumplir el acuerdo firmado», dijo a su vez Ricardo Pecotche, secretario adjunto de ATILRA.
Sobre el no cumplimiento del acuerdo, Coronel sostuvo que «cuando le hicimos el reproche a algunos funcionarios que participaron del acto de la firma, nos ofrecieron romper el acuerdo. Nosotros le dijimos que no. No íbamos a ser nosotros los que rompiéramos un acuerdo firmado. Y aquí hubo una asamblea de delegados que ratificó eso, porque los trabajadores están dispuestos a hacer ese sacrificio», subrayó.
http://www.diariocastellanos.net/noticia/sancor-es-el-rehen-y-quieren-que-los-trabajadores-paguemos-el-rescate

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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