Por Elida Thiery (especial para Lechería Latina) – Entre mandato y mandato, fueron pocos los sobrevivientes en el Ejecutivo nacional. Por idoneidad, conocimiento de la función, o un buen marketing personal, fueron contados los casos de funcionarios que pudieron con la transición entre kirchnerismo y macrismo. Los ejemplos pueden ir desde el puesto máximo en el Ministerio de Ciencia, hasta la Subsecretaría de Lechería, con pocas otras salvedades.
En el rubro que nos atañe, aparece el nombre de Roberto Socín como el dato saliente.
Sunchalense, gestor de muchas luchas tamberas, integrante de aquella acta de San Francisco en 2002, ex presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, ex coordinador de la Mesa Nacional de Productores de Leche, promotor del primer paro nacional a días de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner en la Presidencia de la Nación, mediador ante Guillermo Moreno, fotografiado en múltiples eventos de carácter gubernamental, fue uno de los convocados para integrar la inicial Subsecretaría de Lechería de la Nacion, en el comando de Jorge Arturo Videla.
Como Director Nacional de Planificación Estratégica, trasladó sus presentaciones en power-point de Meprolsafe en las asambleas, a los recorridos en nombre del Ministerio de Agricultura. Por demás cuestionado, dejó en algún momento de piquetes sobre la Ruta 34 la frase “hoy la fiesta es de los otros”, cuando seguía creciendo el conflicto campo-Gobierno.
La relación con Videla lo llevó a estar muy cerca de personajes poco decorosos como Ider Peretti, aunque él reniega de toda relación informal con el hombre de Morteros.
Se dice dentro del Ministerio que de los seis años de gestión, se debería explicar sobre todo lo sucedido de 2012 a finales de 2015, cuando ya no se vieron resultados, ni políticas que intentaran salvar al sector, sino efectos de carácter más individualista.
Pero también se supone que esta gestión debe haber evaluado todo eso, para llevarlo a otra dirección, mientras sus otros “compañeros” se fueron de la función pública, aunque también permanece Carlos Berra.
En una charla reciente deslizó que su permanencia en la Subsecretaría fue “una reivindicación”, porque las apuestas lo daban afuera junto con el señor de Villa María, pero quizá lo que tiene de experiencia es fundamental para estos días de nueva gestión.
Cuando Sammartino estuvo con los productores en Rafaela, allí escuchó un reclamo por esta decisión de dejarlo, dándole la responsabilidad de coordinar las direcciones de alguna manera, además de vincular a los operadores lácteos que forman parte del sistema de pago por calidad, aunque también trabajará en cierta manera con los gobiernos provinciales y para un mayor desarrollo de la lechería en el marco del Programa Cambio Rural.
Lo que su actual superior sostuvo en Rafaela, ya en su contacto con la prensa fue “creo que Roberto es una persona honesta, trabajadora, que estuvo lamentablemente en una gestión muy cuestionada, que yo cuestiono, porque es para analizarla y auditarla, pero rescato a Roberto, porque me parece una persona técnica, honesta, muy trabajadora, muy capaz y creo que la Argentina que se viene es la que nos contenga a todos, porque si no vamos a volver al maniqueísmo que se encargó el anterior Gobierno de armar. Vamos a trabajar todos por una lechería mejor y yo lo sostengo, así como traje gente nueva, Roberto es una persona lúcida y valiosa”, dijo de manera concreta Alejandro Sammartino mientras destacaba el desarrollo de reuniones de gabinete dentro de su Subsecretaría.
Más delgado hoy por hoy, pero con su inefable corte de cabello, Socín se adaptó al ritmo de trabajo propuesto por Sammartino, sabiendo que algo debe haber aportado para haberse quedado; y no deja de soñar con conseguir encaminar la Liquidación Unica, que fue la falencia primordial de la lista de promesas de Videla y compañía.