La crisis por la que atraviesa el sector lechero parece no tener fin. A los escasos valores que reciben los productores por litro de su producto, se le suman decisiones oficiales poco alentadoras para hacer resurgir a la actividad en el corto y mediano plazo.
Con productores al borde de la quiebra, llenos de deudas y sin posibilidad de vender sus mercaderías, el gobierno nacional resolvió comprar el sobrestock de 35.000 toneladas de leche en polvo que están en el mercado interno sin poder venderse al extranjero, una decisión que hace que los grandes ganadores sean las empresas monopólicas del sector.
Los responsables de que la gente pague en las góndolas el litro de leche 16 pesos cuando a los productores les dan $2,50 por cada litro, son quienes se hayan más beneficiados con esta medida, ya que así dejan de lado todo el sobrante que tenían del producto, consiguiendo un dinero que les era imposible conseguir en la Argentina por la baja en las ventas.
Al ser un elemento producido e industrializado, la leche en polvo genera dividendos importantes a las empresas monopólicas, dejando de lado en las ganancias a los tamberos. Con el accionar oficial, los favorecidos son SanCor y La Serenísima, mientras que a su vez los subsidios o subvenciones para los pequeños y medianos productores, reinan por su ausencia.
Operación riesgosa
Uno de los motivos que más críticas despertó fue que el gobierno termina comprando este sobrestock de leche en polvo sin tener un destino fijo a donde venderla, y teniendo la mayor parte del paquete adquirido, una fecha de vencimiento al corto plazo, lo que hace que de no comerciar el producto en las próximas semanas, el mismo quede inservible y sin capacidad alguna de venta.
En diálogo con Hoy, el vicepresidente de la Asociación de Productores Lecheros de Argentina (APLA), Juan Manuel Otero, señaló que “es temerario lo hecho por el gobierno nacional, porque en caso de no poder colocar esta mercadería en forma veloz en el mercado internacional, se terminará venciendo y los argentinos pagando millones por un negocio mal realizado”.
Para el productor tambero, “la compra del sobrestock de leche en polvo no sirve para solucionar el grave problema que vive el sector, lo que hace es aumentar las ganancias de las grandes empresas, perjudicando a los pequeños y medianos productores lecheros”.
“La solución no es lo que está haciendo el ministerio de Agroindustria más allá de las buenas intenciones de Ricardo Buryaile. Las compensaciones hacia nosotros es como un grano de arena en el desierto, no alcanza, hay que tender redes crediticias y cortar con la intermediación que es lo que hace que la gente pague cada vez más caro el litro de leche”, resaltó Otero.
La situación se agrava si se tiene en cuenta que el contexto mundial poco ayuda a la Argentina, ya que a la baja en el precio de la leche en polvo en el mercado internacional, se le suma la crisis política y económica en Venezuela, que hace que el mayor comprador de la producción nacional, no esté requiriendo el producto.
Panorama complicado el que atraviesa la actividad lechera por estas horas, principalmente en la cuenca lechera central que atraviesa norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe y Córdoba, y que acciones como las efectuadas por el gobierno, no hacen más que incrementar las dudas y la incertidumbre en un sector que se encuentra al borde del abismo.
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