Los extremos de la cadena pueden resultar los más afectados ante la estampida del dólar, consumidores y tamberos tiemblan ante lo que viene.
La semana pasada fue de las más calientes de la historia del país, temperaturas que rompieron records y una ola de calor que preocupa al sector lechero. Pero lo que terminó de calentar la semana, aún cuando las lluvias trajeron alivio en muchos lugares, fue la corrida cambiaria de los últimos días hábiles.
La devaluación de la moneda plantea un escenario diferente para todos los sectores de la economía argentina. En el campo hay sectores que se pueden ver muy beneficiados con la devaluación, en especial el sector granario. “Este cambio rápido hace que un productor gane en un solo camión 15 mil pesos de más” decía un acopiador y agregaba: “Otro beneficio es que se van a licuar los valores de la deuda en pesos contraída por productores que van a necesitar menos soja para pagar esas acreencias”.
Pero mientras los cerealeros miraban con optimismo la coyuntura los productores de carne y de leche se agarran la cabeza, uno de ellos decía: “Nosotros exportamos el 7% de la carne que se produce y el 20% de la leche, así que no podemos hablar de un cambio favorable, porque los costos se van a disparar de inmediato y difícilmente el precio lo acompañe”.
El sector tambero es seguramente el que más va a sufrir el movimiento cambiario, la demora que existirá en un acomodamiento de precios por la leche cruda puede resultar fatal para muchos tamberos. Ya todos saben que van a tener que pagar sus insumos a un dólar que fluctúe entre el oficial y el blue y que por un par de meses van a cobrar como si el dólar siguiera en 6 pesos.
Un tambero comentaba en nuestro blog: “Si el gobierno lo frena en 8 pesos, nos pasaremos un cuatrimestre perdiendo unos centavos por litro, pero si los sojeros no venden hasta que este a 9 o 10 pesos, semos fundidos y nos ejecutan en julio.
Hoy el contratista de picado, no quiere los seis cheques a 30 hasta 210 días como le pague los últimos seis o siete años. Y eso que este año me cobra 2100 por hectárea.
En vez de vacas me gustaría tener 2 bolsones de soja” Esta descripción es más que clara de la situación a la que se enfrenta el sector primario de la lechería.
En el otro extremo quedan los consumidores
El acuerdo de precios lleva apenas tres semanas y ya tiembla. Los lácteos son claves en la dieta de los argentinos y por lo tanto de los productos más demandados por consumidores entre los alimentos que tiene un precio acordado entre empresas y gobierno.
Si bien el fin de semana no se registró aún un aumento entre los lácteos con acuerdo, si aumentó la escasez, nadie se anima a decir como continúa esta semana, pese a que el Jefe de Gabinete reafirmara esta misma mañana que “El programa ‘precios cuidados’ continúa y se extiende a todo el país a partir del compromiso de proveedores y supermercados para garantizar la previsibilidad, transparencia y estabilidad de los precios. El programa tiene amplia aceptación en la población”.
Desde las empresas aseguran que los costos aumentarán y que en especial van a sufrir fuertes presiones en las paritarias salariales, por lo que consideran imposible mantener acuerdos por tres meses en esta coyuntura, además aseguran que no tiene margen para absorber mayores costos sin trasladarlos a los productos.
La otra preocupación la tienen aquellas pymes que sólo atienden el mercado interno, temen que se produzca una fuerte caída en el consumo y que la competencia por la leche cruda las deje en desventaja frente a polveras exportadoras que podrían ofrecer mejor precio a los tamberos.
En esta incertidumbre es que nos preguntamos, quién podrá defendernos.
Por Damián Morais para www.edairynews.com/es