Las lluvias de las últimas horas llegaron a registros de hasta 160 en el oeste del Departamento Castellanos haciendo colapsar la napa. Otra vez agua por todos lados y ninguna obra que resuelva un problema constante que se reclama desde 2007.
Por Elida Thiery – Era 2007 cuando en reuniones ampliadas en la Sociedad Rural de Rafaela se debatían alternativas para mejorar el canal Vila-Cululú, luego de una temporada de excesos. Más allá de alguna limpieza de ocasión, nunca hubo avances en la zona rural, salvo para Rafaela que se habían conseguido en ese momento y con mucha lucha, las cloacas para los barrios del oeste de la Ruta 34.
De lo que eran eventos climáticos esporádicos e intensos, todo cambió en diciembre de 2012. Sobre la Ruta 70, vecinos de Vila y Bauer y Sigel peleaban por el paso del agua que venía de Córdoba. Llegaba en ese momento el responsable de Hidráulica de la Provincia con la responsable del Nodo Rafaela a prometer lo que no se iba a cumplir. El verano pasaba y los problemas quedaban. Así, cada año hasta aquí han tenido campos inundados. Vino gente de la gestión K a ofrendar dinero que no alcanzó para lo esencial, pasó el año pasado el presidente Macri y las cosas siguen igual. Los pueblos se inundan, los campos se cubren de agua y las pérdidas siguen sumando millones.
Hoy el costado oeste del Departamento vuelve a estar inundado, el efecto del viento da la sensación de un mar en cada campo y el escurrimiento es ínfimo. Los animales sufren, deben encontrar un destino seco, los maíces y las sojas se pierden en todas sus etapas y así habrá que iniciar 2017, padeciendo.
Lamentablemente en tantos años no se hicieron obras, sino movimientos superficiales. Va una década de fuertes reclamos y no hay avances. En esta gestión provincial hay más voluntad que las anteriores, pero se precisa acción concreta, máquinas trabajando, mejorando canales, gestiones con la provincia de Córdoba para coordinar el escurrimiento natural, ripiado de caminos, alteos en lugares fundamentales. En fin, se necesita evolucionar, que las cosas no sean como hace dos siglos atrás cuando empezó la producción en la región.
Las reuniones, las promesas, las fotos que se acumulan no hacen más que engrosar la lista de pendientes. La Provincia tiene que accionar ya, los diagnósticos se tienen que actualizar, porque el panorama fundamental está planteado hace mucho tiempo.
En Colonia Fidela, donde estuvo el Presidente de la Nación en abril pasado, la postal de agua se repite una vez más y así en todos los pueblos y su zona de influencia. Ramona colapsada, el cruce de las rutas 70 y 13 da una imagen similar.
No hay créditos que alcancen ni compensen el malestar, simplemente hacen falta obras.
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