En su columna habitual de Cada Mañana, el doctor Alberto Cormillot cuestionó una publicación de la Revista Noticias basada en un estudio de la Universidad de Harvard en el que daban cuenta de los supuestos perjuicios del consumo de lácteos.

“Mala leche: la comunidad médica rediscute las bondades de los lácteos”, era el título de la nota que compartió en la mesa de Cada Mañana el conductor Marcelo Longobardi.
La tapa de la Revista Noticias con el informe sobre los riesgos del consumo de leche
“Yo quiero hablar del asunto de la posverdad, en el cual los hechos objetivos son menos influyentes que la emoción y las creencias. A mí me parece tal cosa por lo tanto esa cosa es esa cosa”, comenzó su columna el doctor Cormillot, y luego planteó un análisis respecto a la conformación de la mentada publicación: “Hay 160 centímetros de columna donde hablan personas que no son científicas, 725 centímetros de ilustraciones en contra de la leche y solamente 44 centímetros a favor con argumentos científicos, entre los cuales están algunos pocos centímetros míos, otros de Britos y del Hospital Italiano”.
Cormillot explicó que el estudio realizado por la Universidad de Harvard no hablaba de prohibir el consumo de lácteos sino de reducirlo a dos veces por día y que la “confusión” fue producto de una mala traducción donde se centraban en los riesgos de su ingesta que iban desde el acné y la rosácea hasta el cáncer.
“Yo crecí tomando leche y a nadie se le ocurrió que la leche hacía mal hasta que comenzó esta campaña en contra, que no es nueva, pero cada tanto recrudece porque hay intereses industriales”, explicó el columnista de salud, y lo relacionó con las teorías de los complots mundiales que alertan sobre “países que se pusieron de acuerdo para tapar que los lácteos producen esa cantidad de pestes”.
Además, el especialista puntualizó en el caso de una nutricionista que afirmó descubrir un enfoque para el tratamiento del autismo: “A esas personas hay que ponerle un bozal legal en serio, vos no le podes decirle a las familias que tienen un chico con autismo que se van a curar suspendiendo la leche, eso es un delito porque estás prometiendo algo que no tiene ninguna veracidad”.

En otro pasaje de su columna, Cormillot ironizó sobre las alternativas que la publicación ofrecía para el consumo de las nutrientes propias de los lácteos: “Deberías comer semillas de amapola, nueces y espinaca, garbanzos y chía, kiwis y palmito. Dónde lo conseguís y a qué precio, para qué barrio está escrito esto, para qué parte de la Argentina está escrito que se consuma esto”.
“Es un artículo inconsistente, una operación, no una nota seria”
Para finalizar, el doctor fue tajante respecto a los intereses que llevaron a la producción de ese informe: “Es lamentable como se apela al analfabetismo en salud, es un artículo inconsistente, es una operación no una nota seria”.

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  1. LA LECHE PASTEURIZADA
    Las investigaciones indican que el Mycobacterium aviar (MAP) no desaparece durante el proceso de pasteurización de la leche.
    El nuevo test Actiphage analizando el 10% de las muestras de leche indican presencia de los patógenos que van a través del procesamiento de la pasteurización, según un informe publicado en el Boletín del Food Microbiology.
    El Dr., Cath Rees y el Dr. Ben Swift de la Universidad de Nottingham han desarrollado el test Actiphage con capacidad para detectar la presencia de micobacteria viva en la leche.
    El Actiphage ha detectado viable mycobacterium avium (Subespecies de paratuberculosis-MAP en un 10.3% de las 386 muestras de leche pasteurizadas en las ventas al por menor de leche.
    MAP nos conduce a la enfermedad de Johne’s (enfermedad crónica detectada en el ganado bovino y otros rumiantes que poco a poco consume y afecta la salud causando un significativo impacto en la economía de la industria lechera.
    La bacteria que se ha asociado al desarrollo de la enfermedad de Cronos, debido a que las micobacterias se identificaron en el tejido intestinal de los pacientes.
    Durante las pruebas, alrededor de los dos tercios de las respuestas positivas de las muestras positivas contenían sólo 1-2 celdas detectable en cada 50 ml, mientras que en el 1,1% más de 10 detectables celdas de MAP por cada 50ml.
    “El Dr. Cath Rees y yo hemos descubierto que usando el Actiphage podemos detectar celdas de micobacteria rápidamente en múltiples tipos de muestras con una muy alta sensibilidad y especificidad.»
    Además, el diagnóstico basado en fago puede distinguir entre viables y no viables en los organismos. Estos resultados subrayan el importante papel que desempeñara el Actiphage en la fabricación de alimentos como parte de los programas de garantía de calidad, ayudando a continuar construyendo la confianza de los consumidores sobre los actuales altos estándares.»
    La prueba Actiphage, que tiene la capacidad de proporcionar resultados en apenas 6-8 horas, en lugar de semanas, permitirá a los productores y procesadores a evaluar de manera más eficaz y eficiente la leche en la línea de producción.
    «Ahora disponemos de una nueva herramienta de investigación a nuestro alcance que pueden detectar rápidamente la presencia de MAP en todos los tejidos y fluidos con muy alta sensibilidad, proporcionando una oportunidad real para mejorar nuestra comprensión de esta micobacteria y sus enfermedades asociadas.»
    Fundamentalmente el Actiphage (Prueba basada en fagos) ya ha sido utilizado con éxito para detectar viable MAP en la leche cruda, la leche en polvo para lactantes, queso, y en la sangre de los animales infectado.

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