Los quesos marcan un cambio en los precios de los lácteos

Por Elida Thiery – Que el negocio cambió, no quedan dudas. Desde el año pasado los precios al productor empezaron a marcar bajas irrecuperables, que ni la escasez de leche por las inundaciones pudo revertir proporcionalmente y en el tope de los cuatro pesos por litro, como lo advertimos oportunamente ahora está todo frenado.
Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

Por Elida Thiery – Que el negocio cambió, no quedan dudas. Desde el año pasado los precios al productor empezaron a marcar bajas irrecuperables, que ni la escasez de leche por las inundaciones pudo revertir proporcionalmente y en el tope de los cuatro pesos por litro, como lo advertimos oportunamente ahora está todo frenado.
Pero el “negocio a otro precio”, como dice un pensador del sector lechero nacional, se da en todos los rubros.
Con una inflación incesante, que tuvo unos siete puntos en abril y ahora cerró mayo con la mitad de eso, pero en secuencia voraz, los lácteos fueron los que más se ajustaban.
Allá por fines de marzo advertíamos que el Gobierno había habilitado subas para los lácteos al consumo con la condición de elevar los valores en igual proporción a los tamberos, que se fueron consolidando solo en el sentido comercial y hoy encuentran una pared cruel, que es la de la caída en la venta y el desinterés absoluto por los precios imposibles de cada producto.
Son las empresas las que pusieron el freno de mano en la senda de la remarcación; y es más, van para atrás en los valores.
Se puede decir que las leches son las más estables. Sigue habiendo cierta oferta en sachet a poco más de 13 pesos (que es la que primero desaparece de las heladeras), para pasar a los 16 pesos en el mismo envase y luego a partir de los 17 pesos se encuentran tetra brick para entera y descremada.
En el resto de los productos las oscilaciones ya resultan curiosas, con ofertas por marca y por rango.
Los yogures cayeron tres pesos en cuestión de horas, de 10,60 a 7,48 pesos por vaso. En tanto, hay sachets que rondan los 20 pesos, mientras que hay innovadoras botellas del producto, aunque de diferente marca, que cayeron a los 18,29 pesos.
El queso rallado ya perforó la barrera de los precios cuidados. Mientras Santa Brígida sigue en 28,43 pesos, las marcas que estaban en 32 a 34 pesos por envase de 120 gramos, se encontraban ayer en plena cuenca lechera a 26,29 pesos. Claro que lo más barato es esa mezcla rara de queso con harina, que supera apenas los 20 pesos en envase similar.
Pero los quesos trozados son un tema aparte. En el caso del pategrás, o cáscara colorada, hay precios que superan los 220 pesos por kilo de algunas marcas, mientras que otras están retraídas, sin restar calidad a los 149 pesos, en el breve lapso de tiempo que tardó en llegar la semana hábil.
En cuanto a los untables, las bajas marcadas ayer son de hasta diez pesos por envase. Hay de más de 26 pesos con múltiples sabores, pero también se encuentran hasta 16,69 pesos por unidad.
Algo también llamativo son los empaques de quesos en hebras, un producto muy exclusivo, que cuando se había lanzado, dentro de las diferentes marcas tenía valores accesibles y luego fue escalando hasta los 89,95. Con un intermedio de 75,95 para los 380 gramos la semana anterior, la misma marca de una grande está ofertando para estos días una oportunidad de rebaja hasta los 36,90, mientras que rige una oportunidad de 3×2, que lleva a cada unidad a los 24,60 pesos. Entonces, ¿cómo se explica que un producto pueda valer tres veces menos de golpe?, será uno más de los misterios lecheros.
Pero el caso de los cremosos es inentendible. Hoy las empresas de todo tamaño los venden a muy poco y en las heladeras se sigue superando la duplicación del valor. Las pymes lo tienen en planchada de fábrica a 50 pesos por kilo la horma y las grandes a 55 (con recortes de hasta 20 por ciento en todos los precios de lista), pero cuando usted lo compra lo consigue a partir de los 118 pesos en los supermercados según las ofertas de ayer, mientras que algunos siguen colgados en los 145 pesos como si los recortes no hubieran ocurrido.
Cuestión de suerte o astucia, siempre es el consumidor el que no debe dejarse domar por la voluntad del comerciante y comprar lo que precisa, al precio más justo. Mientras tanto, el tambero sigue dando pelea y aquellos que tengan su CUIT registrado más allá del inicio de las letras “Ma”, siguen aguardando por los subsidios y la lechería en general por una mirada más justa y ordenada.
Elida Thiery

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas