Corrían los últimos días de abril y el conflicto de SanCor estaba implosionando la lechería argentina. El gobierno se comienza a involucrar ante el pedido de salvataje y pone condiciones, para liberar fondos; ese dinero lo manejaría un fideicomiso, se negociaría el “fondo solidario” y antes de fin de año habría un nuevo “convenio colectivo de trabajo” en el sector.
Mayo inició con paro de los trabajadores lácteos, reuniones multilaterales y una sensación de que había un abroquelamiento entre industrias y gobierno para mantenerse en esa línea.
Finalmente el paro se levantó, se creó un nuevo fondo solidario, se liberó una parte del fideicomiso para SanCor y se postergó para más adelante el tratamiento del convenio colectivo. Muchos auguraban en ese momento el fin de una era en la conducción del gremio de los trabajadores lácteos.
Los meses pasaron, Atilra tuvo elecciones, Héctor Ponce volvió a ser reelecto y en el día de ayer celebró un nuevo día de los trabajadores de la industria lechera al frente del gremio y con el mismo convenio colectivo de hace años. ¿Qué pasó con esa negociación?
Pasó que esa unidad que mostró hace unos meses la industria ya no es tal, al parecer uno de los actores en la mesa de negociación no está tan convencido de avanzar en modificaciones que puedan generar nuevos focos de conflicto en las plantas lecheras.
Por el momento la segunda cuota del fideicomiso no es liberada, la negociación está estancada y casi todos miran a octubre para ver cómo quedan las relaciones de fuerza después de las elecciones.
Por Damián Morais para www.edairynews.com