Casi una década después, todavía existen preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en muchas de las principales marcas chinas.
Durante varios días, la Administración de Drogas y Alimentos de China publicó notificaciones sobre empresas de fórmula para bebés que no pasaron la inspección, las cuales fueron ampliamente difundidas en los medios de comunicación chinos el 21 y 22 de enero.
Se ordenó a ocho empresas que mejoraran el procesamiento y cumplieran con los estándares.
La mayoría de las empresas tenía problemas con los potenciales riesgos de contaminación. Por ejemplo, en la sucursal de Mengniu Dairy en Mongolia Interior, se descubrió que el área de la fábrica para el envasado y almacenamiento de productos, carecía de controles regulares sobre las bacterias en la superficie.
En la nororiental ciudad de Qiqihar, los empleados de Wissun Dairy reutilizaban equipos que se usaban para probar los niveles de aflatoxina (un tipo de moho tóxico), lo que pone en riesgo de contaminación. Los ingredientes que no cumplían los estándares, igualmente fueron declarados como que los habían alcanzado, mientras que el área de la fábrica se encontraba infestada de insectos, según la inspección.
En YeePer Dairy, se encontraron artículos de laboratorio que estaban almacenados incorrectamente, ya sea a temperaturas más altas que los estándares nacionales, o expuestos a la luz solar.
Para algunas marcas, como Guangming Songhe en la provincia de Heilongjiang, la Administración de Alimentos de China consideró que el “sistema de supervisión de seguridad alimentaria” era inadecuado, no concediendo más detalles.
En 2008, Mengniu y Guangming estaban entre las marcas que vendieron la fórmula de leche contaminada con melamina, una sustancia química industrial venenosa. Más de 300.000 bebés fueron afectados, muchos de los cuales desarrollaron cálculos renales.
Dos años más tarde, se descubrió que las niñas que fueron alimentadas con la fórmula para bebés de la marca Synutra International tuvieron un desarrollo sexual prematuro.
En 2013, se sospechó que un distribuidor de leche en Suzhou City mezclaba una fórmula para bebés expirada con una fórmula suiza importada, preocupando a los padres sobre sus posibles efectos en los niños.
La confianza de los padres chinos en las marcas nacionales chinas de fórmula para bebés es tan baja que muchos viajan al extranjero para comprar marcas extranjeras, causando escasez en Hong Kong y Australia, entre muchos otros lugares.