Sebastián Alconada, director Nacional de Lechería, detalló todos los puntos clave del nuevo sistema integrado sectorial, más simple y que pretende abarcar a todas las industrias y tambos del país.
Por Elida Thiery – Con el comienzo del mes de noviembre se pondrá en marcha de manera obligatoria la liquidación única de la leche. Bajo la denominación de Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina, se pretende una formalización, unificación y transparentación de datos sectoriales.
La Subsecretaría de Lechería de la Nación, por medio de las gestiones del Ministerio de Agroindustria, está recorriendo las diversas cuencas lecheras para presentar los aspectos más salientes de este esquema simplificado, respecto a lo que venía rigiendo. En Villa María, Rafaela y Crespo se hicieron las presentaciones, con un alto grado de asistencia a cada cita.
Diario CASTELLANOS fue el único medio presente en esta reunión, cumplida el martes en el INTA Rafaela, donde se congregaron los referentes de las empresas lácteas de toda la zona de influencia, que están encargados de informar administrativamente todos los datos que la Nación requerirá de forma obligatoria desde el onceavo mes del año.
“El Sistema lo que busca es generar una única base de datos, de información, que facilite la operatoria a los industriales, el acceso a esta información a los productores, a los industriales, a todos los actores de la cadena, que incluyen a organismos como el INTA, el INTI, el Senasa, la Afip y los organismos provinciales. A partir de esto, poder empezar a hablar, a debatir sobre la misma información”, aseguró el funcionario sobre esta plataforma de acceso público, donde se respeta el secreto estadístico y fiscal, pero se podrán observar las realidades de oferta y demanda de materia prima, “para poder transparentar el mercado, para generar a la vez una libre competencia, simplemente a través de los datos”, con lo cual se podrán agrupar tipos de empresa, volúmenes de litros industrializados, especialidades productivas, también se podrán ver los precios pagados, pero a la vez los rangos de calidad manejados.
Hoy hay 180 industrias con seis mil tambos que son informados, tal como se venía trabajando hasta el momento, con un esquema que contemplaba un pedido de datos en exceso, que se daban a través de una extensa carga administrativa. “Era un sistema de pago por calidad, sin precio y sin poder generar una liquidación única de manera directa”, aportó Alconada, además de remarcar que se hacía muy difícil el envío de muestras a laboratorios, con lo cual se generó que no haya habido casos en estos años de generación de casos de controversia, entre productores e industrias, habilitándose ahora laboratorios con certificación bajo Norma IRAM 301/2005, equivalente a la ISO 17025/2005, siempre bajo los procedimientos de gestión propuestos por INTI, generándose un canal más sencillo para controles, así como para muestras controversiales.
“Queremos que haya una sola lechería y que estén todos adentro, a través de un sistema más simple e inclusivo”, pero que a la vez permita llevar un control mínimo de componentes, ya que se trata de evitar que la leche no esté fuera de los rangos de calidad que propone el Código Alimentario Argentino.
Por primera vez, se establece a nivel nacional la Leche de Referencia en esta normativa, donde el contenido debe ser el siguiente. Materia Grasa: 3,5 g/ 100 cm3. Proteínas: 3,3 g/100 cm3. Recuento de Células Somáticas: menor o igual a 400.000 células/ cm3. Recuento de Bacterias Totales: menor o igual a 100.000 unidades formadoras de colonias/ cm3. Tuberculosis y brucelosis: oficialmente libre. Indice Crioscópico: – 0,512ºC. Temperatura en tambo: menor o igual a 4ºC. Residuos de inhibidores: negativo.
“La idea es hacer más razonable, ordenado, transparente, orientado a calidad y no a litros a este sistema, para todos los operadores”, con una nueva plataforma web, vinculada con Senasa y Afip. Por lo tanto, “el único documento válido para la leche entregada en noviembre será la liquidación única”, remarcó a CASTELLANOS.
Se pretende que la simplificación ayude a blanquear mucha materia prima y a formalizar las formas de negociación del sector lechero argentino, en general, para evitar esta amplia diferencia de datos que tiene hoy la Subsecretaría respecto al Senasa y teniendo en cuenta que las compensaciones que se pagaron en el primer semestre del año llegaron a 9.554 tambos (incluyendo a unos 400 operadores industriales en el proceso de esa materia prima), a pesar que se informen al momento seis mil dentro del esquema actual. Alconada es crítico sobre algunas acciones o formas de implementar metodologías que no han dado resultado al momento, pero sobre todo mira la situación de una manera muy contundente, porque señala que “la única forma de tener un impacto positivo en el uso de fondos del Estado es contar con información precisa”, cuestiones que van mucho más allá de los precios, pero que en definitiva pueden impactar en este sentido.
A empezar
Del primero al quinto día de cada mes se deberán informar precios de grasa y proteína, que permitirá generar un precio de comparabilidad con el período anterior, para tener previsión y a medida que vayan sucediéndose los meses.
Con un esquema de control que deberá también llevar a cabo el Estado, la intención es que esta facilitación de acceso al sistema y de menor peso en la carga de datos, logre resolver la informalidad, ya sin tantos papeles para el caso, ya que todo se hace online y pudiendo utilizar la interconexión de bases de datos, dentro del mismo Estado.
La información a través de la Resolución 7 era el instrumento estadístico que no sirvió para leer el mercado, pero solo se usaba para mantener el Ruca, el cual ahora tendrá un proceso automático a través del Siglea.
Con el acuerdo de los principales actores de la cadena, la capacitación permitirá avanzar más rápidamente “desde el 1º de noviembre con la Liquidación Unica Obligatoria, pegándose los dos sistemas, siempre en pos de contar con información”.
En este sentido, el Gobierno toma una postura sugerente, ya que ante el debate generado en su momento sobre las bonificaciones y el precio pleno que estaban en una relación del 5 y el 95 por ciento, respectivamente, ahora se pretende un reordenamiento progresivo, citado de esta manera, donde no se puede ir más abajo del 20/80 en similar relación, con lo cual los pagos extraordinarios, los premios por calidad, frío, distancia o fidelidad que puede dar la industria se deberá ir recortando. En este punto, los plazos deben ser especificados para no retroceder en uno de los temas más controversiales entre empresas lácteas y gobierno de los últimos años, sólo seguido de cerca por el debate planteado con el gremio por los aportes solidarios por empleado.
Panel de control
Del mismo modo, ya por segundo mes consecutivo, la Subsecretaría de Lechería de la Nación viene elaborando un Panel de Control que aporta datos fundamentales para el sector, en tiempos donde las cifras muchas veces no son precisas, pero no por esto menos necesarias.
Los datos del mes de septiembre arrojaron un promedio de pago de 4,38 pesos por litro, con una variación del tres por ciento intermensual y del 63 por ciento interanual, habiendo crecido la producción primaria al siete por ciento entre agosto y septiembre, cayendo ocho puntos comparado con 2015. Los números negativos se dan en el proceso industrial con cuatro por ciento abajo, caída de 19 puntos en la tenencia de leche entera en polvo, también cayó el consumo entre enero y agosto de este año en seis puntos; y las exportaciones por 195.219 toneladas, se retrajeron cinco puntos en volumen, a 2.368 dólares por tonelada, descendiendo 25 por ciento en la comparación interanual.
Finalmente, Alconada comentó a este Diario que “a partir del Siglea se va a sumar mucha información más regionalizada al Panel de Control, fundamentalmente para que le sirva al productor, para entender formas de pago, leche de comparabilidad. Queremos que este nuevo sistema sea el punto de encuentro de producción e industria, pero también del resto de los actores de la cadena láctea”, tendiendo a mejorar una estructura que durante cinco años funcionó de manera obsoleta.
Elida Thiery