Los dirigentes comenzaron a advertir lo que puede suceder si este panorama no se modifica. Uno de ellos es el miembro de la Mesa Provincial de Lechería de Santa Fe (Meprolsafe), Marcelo Aimaro. Horas atrás, en diálogo con este diario, el productor no ocultó la intranquilidad que reina en el ambiente que él conoce muy bien. “Sinceramente, no hay en la Argentina una política lechera. Somos el pato de la boda. Hay que reordenar la cadena (láctea). Sabemos que la plata está en la cadena. Lamentablemente, (los productores) somos el último eslabón”, se sinceró.
Son cuestiones puntuales y ciertas, razón por la cual es necesaria la consulta sobre qué y cómo hacer para superar la coyuntura. “Si queremos salir de esta situación tenemos que apelar al financiamiento. Pero está visto que el financiamiento no es para todos. Y en las condiciones actuales, con semejante tasas, el financiamiento es un salvavidas de plomo”, agregó el dirigente tambero.
Y el relato minucioso de esta situación sigue. “Si no hay una red de contención, los pequeños y medianos tamberos vamos a seguir cayendo”, destacó Aimaro. Debemos recordar que en la provincia de Santa Fe, el 70 por ciento de los tamberos cobra menos que el precio que debe pagar para producir. Es algo así como recibir $6,12 cuando producir cuesta $6,30. Las cifras pueden variar según la zona, pero son los promedios más próximos a la realidad de este mercado.
El tema también requiere una política clara hacia los tamberos. Desde la Mesa de Productores Lácteos, anunciaron que no van a abandonar la defensa del tambero santafesino. Es que la dirigencia no puede olvidar que en esta provincia, el 70 por ciento los productores lácteos produce menos de 4 mil litros. Por lo tanto, “si no te salvás rápido caés en la incertidumbre de continuar o vender. En esto hay que ser claros: el productor no va al casino a gastar la plata. Cuando puede y como puede, la invierte”, apuntó Aimaro.
En ese marco, el panorama es crítico, y seguirá siéndolo a corto y mediano plazo. La realidad es lacerante: siguen desapareciendo tambos. “En tanto, el sector viene reclamando desde hace muchísimos años una política lechera real, que pueda cambiar esta historia y que dejemos de tener este serrucho. Como hoy estamos, la crisis nos arrastra a muchos”, remarcó Aimaro. Y concluyó señalando: “Hay una realidad incontrastable: en la góndola, el precio (del litro de leche) siempre aumenta, pero no así al productor”, fue la última frase del dirigente de Meprolsafe.
La reflexión no es antojadiza porque el sector sabe que de no haber una política lechera que redistribuya el dinero en la cadena, lamentablemente, seguirán desapareciendo tambos y tamberos. El tema es quién trabaja en la resolución de estas cuestiones. Para los dirigentes, por ahora no parece haber un interés en corregir las distorsiones que se denuncian. A ello, hay que agregar el tema de la paridad cambiaria que impacta en insumos básicos que tiene la lechería, como el maíz y la soja, a lo que hay que agregar las tarifas de los servicios públicos. Todo confluye en el precio, tanto el que percibe el productor como el que abona el consumidor en las góndolas.
Otro dato para evaluar: el 70% de los tambos de la provincia se encuentra en las categorías de medianos a chicos. Y es lo que defienden los productores, los mismos que expresan su preocupación por el modelo que podría implementar Adecoagro con SanCor. A ello hay que agregar el escaso financiamiento que tienen hoy los tamberos. Ni siquiera vienen las partidas nacionales prometidas.
Autor: José E. Bordón
Fuente: EL LITORAL
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