La lechería rechaza las nuevas retenciones

Los aportes por tonelada de tres y cuatro pesos a las exportaciones, a pesar de la baja para la soja al 18 %, seguirán afectando las cuentas del sector.
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No fueron buenas las noticias para el tambo las de los anuncios oficiales de este lunes en el inicio de septiembre. El cambio de condición del Ministerio de Agroindustria a Secretaría, dependiente de Producción, genera una de las mayores incertidumbres para la lechería, ya que no se sabe qué denominación y rango pasará a tener la ya devaluada Subsecretaría a Dirección Nacional.
Con menos presupuesto, pero sin recortes de personal, aún no se sabe cómo continuará el espacio donde han faltado decisiones políticas y apoyo para la producción y la industria sectorial. Pero esto parece menor ante el nuevo embate impositivo.
El adelanto de la rebaja de retenciones a la soja, hasta el 18 por ciento, intenta asegurar una gran campaña gruesa, donde el tambero también entra en consideración en la búsqueda eterna de rentabilidad y complementariedad de actividades en un mismo campo. Puede esta ser la fase positiva del caso en el que ya el Gobierno aceptó enfrentar una crisis. Sin embargo, la clave está en el aporte de las exportaciones, generalizado.
Ya están muchos con la calculadora, mirando al maíz, no sólo como grano y posible fuente de ganancia, sino como alimento para el ganado. Si se tiene en cuenta que se deberán pagar cuatro pesos por tonelada exportada, por ser una materia prima, se estima que los valores se van a retocar y por consecuencia la genética agrícola ya sabe que no será beneficioso el cálculo.
“No nos parecen buenas las medidas que se tomaron, porque en definitiva es un aumento de retenciones. Es volver marcha atrás”, así comienza su reflexión Jorge Chemes, el responsable de lechería de Confederaciones Rurales Argentinas. “Mucho más grave es esto al tratarse de un monto fijo de cuatro o tres pesos, porque si el dólar baja eso se va a transformar en un incremento de las retenciones, entonces directamente se le está aplicando un diez por ciento de aumento a todo”.
Para Chemes, “el preconcepto de creer porque la devaluación nos da ganancia no es correcto. Lo que hace es mejorar el ingreso a algún mercado con más competitividad, pero también aumenta los costos de producción porque todos los insumos en el campo están atados al dólar, así que no pueden decir que vamos a ganar plata. El negocio interno queda igual”.
Consultado por Agrofy News, esta situación “para la lechería es como una patada en el estómago”. “Hay una contradicción, porque un gobierno que asume y te dice que tenemos que ser el supermercado del mundo para poder exportar y le pone impuestos a eso, me parece que requiere que primero ordenen las ideas y después comuniquen las decisiones”. Los productos con valor agregado tendrán que pagar tres pesos por tonelada y he aquí el más fuerte impacto.
Si se tiene en cuenta que la leche en polvo se negocia a un promedio de tres mil dólares por tonelada, por sobre el valor internacional que se reajustará mañana, el aporte deberá ser de nueve mil pesos al Estado. En el caso de los quesos la tonelada promedio está arriba de los 4.100 dólares en nuestro país, con lo cual el aporte por retención quedaría en 12.300 pesos.
Subió el valor del dólar a un número que se puede interpretar como aceptado por el Gobierno y a sostenerse, pero ese dinero se desvanece de la expectativa tambera en cuanto a mejorar su condición de pérdida constante, muy marcada desde el inicio de este año.
Esto mismo ocurre con quesos y otros productos, incluso más básicos, que no terminan de definir nuevos mercados, ni conseguir las oportunidades prometidas allá por la cotización de 28 pesos que hacía el ya ex ministro Luis Miguel Etchevehere.
Los industriales están ahora analizando el impacto de las medidas y calculando cómo los impactará en mercado interno y externo para los productos, que hasta ahora tenía un mejor valor en lo doméstico.
La semana anterior contábamos que el promedio de pago al tambero iba a estar sobre la leche de agosto en el promedio de 7,40 a 7,50 pesos por litro y eso a pesar de la devaluación no se modificó, ya que las industrias ya comenzaron a comunicar mejoras en los valores respecto a julio de unos 25 centavos, aproximadamente, sobre valores regulares de 7,15.
Finalmente, las empresas lácteas están haciendo llegar en estas horas sus nuevas listas de precios a los comercios con un retoque en alza del 15 al 20 por ciento para los productos destinados al consumidor.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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