La lechería no va a recuperarse si no se ajusta la fase comercial

La ganancia del comercio sobre los lácteos parte de los 40 puntos porcentuales y llega a trepar hasta el 70 por ciento en algunos productos. De no trabajar sobre este tema, la crisis lechera será de compleja solución.
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La ganancia del comercio sobre los lácteos parte de los 40 puntos porcentuales y llega a trepar hasta el 70 por ciento en algunos productos. De no trabajar sobre este tema, la crisis lechera será de compleja solución.
Por Elida Thiery – Esta será una semana de muchos reclamos, debates e incluso negociaciones para la lechería, teniendo en cuenta la visita a la cuenca lechera principal del Subsecretario del área a nivel nacional.
Desde esta tarde y partiendo de El Trébol, Alejandro Sammartino pasará muchos días hasta el sábado con encuentros multiplicados, donde lo que abundarán serán los pedidos de solución para un sector que tiene enormes deudas y bajas posibilidades de salida exitosa en el corto plazo.
El acuerdo de la buena voluntad, que se firmó hace casi un mes en Venado Tuerto no consigue virar el sentido de la crisis lechera, que contradice las estimaciones del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) que hablan de Argentina expandiéndose en dos por ciento en la producción lechera.
Necesita el sector nuevas recetas para la solución, posturas más firmes a la hora de negociar y el cese de la catarsis de cada encuentro de dirigentes, para poder empezar a hablar de cosas fundamentales.
Hoy por hoy existe un monto de deuda de las principales empresas agrupadas en el CIL de muy difícil de repago con las tasas de interés que se observan en Argentina y con los márgenes actuales, sumado a lentitud de recuperación que atraviesa el mercado interno y el internacional. Son cerca de seis mil millones de pesos los que arrastran siete grandes empresas con números colorados, licuando solamente la deuda Mastellone Hermanos al haber vendido el 25 por ciento de sus acciones a Arcor, capitalizando la firma. Entre cheques librados y no cobrados, proveedores, servicios e incluso lo que reclama la AFIP, son los tamberos los que tienen entre tres y cuatro mil millones de pesos en el pasivo general, con lo que se suman unos diez mil millones de pesos de pasivo en un año que la recuperación ya está trasladada en la cotización internacional, al menos, hasta el segundo semestre.
Es muy probable que si se ajustara ya la cadena comercial ligada a los lácteos la ecuación económica podría cambiar de inmediato.
Tomando datos de una industria santafesina, podemos ejemplificar la dispersión de precios entre el tambo y el consumo.
Todos los lácteos tienen precios de lista diferentes si se destinan a supermercados o a almacenes. En esta línea, la leche entera tiene un precio de casi 8 pesos en planchada de fábrica y los supermercados la venden a 11 pesos, en el caso de los autoservicios el cálculo es de 50 centavos más. El yogurt de litro sale a la venta a $12,80 y se cobra cuatro pesos más en las góndolas, mientras que en los comercios más chicos el cálculo tiene un peso más en el valor final. Finalmente, el queso cremoso, el más común en el consumo sale a unos 55 pesos de las fábricas y al público de los supermercados se vende en 85 pesos, al tiempo que para los comercios chicos se cobra por kilo a 63 pesos, mientras que para la venta minorista queda en los almacenes a unos 91 pesos.
Esto demuestra cabalmente que los márgenes de ganancia superan el 40 por ciento, con ajustes en cada producto que pueden llegar hasta el 70 por ciento, porque el que nunca pierde es el comerciante, que tiene como base recibir las listas de precios y sacar siempre unos puntos de ventaja ante cualquier ajuste en alza.
Este es el punto clave que debe atacar la administración nacional. Sentar como dice el acuerdo-marco, a la cadena comercial para sincerar los precios, para que se detenga el ritmo inflacionario incesante, que no sólo tiene origen en el ajuste del dólar, en el arrastre de suba de cifras que viene de la administración anterior, sino que tiene mucha relación con el resguardo que hacen los comercios, el «por las dudas» detrás de todos los aumentos, que tanto daño le han hecho al país, en el tránsito de cada crisis.
http://www.diariocastellanos.net

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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