La genética es la llave del futuro

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Las opiniones sobre genética se pueden ver muy diferentes según se las mire desde una raza o de otra. Por lo tanto aclaro que mis comentarios van «sesgados» desde una visión Angus, la raza con mayor experiencia en mediciones del mundo. Ahora bien, si queremos profundizar sobre producción de carne ¿dónde estamos parados?
La oferta genética debe necesariamente ser tan diversa como son diversos los ambientes donde producimos hacienda, y son tan «incompletos» los modelos de selección por un solo atributo, sea por el tamaño o por la calidad de la carcasa. El secreto y el equilibrio necesario está en la selección «multiatributo».
Todos parecemos coincidir en que la genómica es la llave del futuro. Pero tengamos en claro que para poder aprovechar esta herramienta hay que medir. medir más, mejor… y lo antes posible incorporar en las mediciones instrumentos como los «valores $» que son de características «bioeconómicas» y que permiten entender cuántos dólares/pesos por ternero/novillos respecto del promedio rendirá en más o en menos la progenie de determinado reproductor, algo que será viable una vez logrado el objetivo que se premie la calidad de la media res con precio.
¿Queremos llevar adelante un sistema de medición genómica algo diferente que el de la American Angus Association (de los Estados Unidos)? ¡Hagámoslo! Nada tiene por qué ser idéntico mientras funcione con la eficacia que funciona en los Estados Unidos, donde, según indican, todas la partes involucradas conviven pacíficamente, en beneficio de toda la cadena.
Dicha Asociación administra un programa complejo con 17 millones de registros de pedigree, una base de 95.000 datos de carcasa y por año registran 160.000 nuevas mediciones de escaneo, además administran registros de DEPs para otras ocho razas en ese país y «corren» el programa completo de DEPs una vez por semana en lugar de una vez por año como en nuestro país.
Creo de alguna manera una obviedad la referencia a que hay que respetar más al productor, «porque arriesga su capital». Hay una notable diferencia en la valoración que hace el productor de la genética agrícola y lechera, respecto de la ganadería de carne y estoy convencido que es dentro de la cadena de la carne donde está la primera solución y no fuera de él.
El cambio que precisamos no puede ser traccionado sólo desde la oferta: debe ser implementado desde la industria (con la industria), mediante señales en los precios, tal cual se hace en los Estados Unidos, donde también las asociaciones de las razas han implementado conjuntamente con industrias y productores programas que reconocen mejoras en los precios para las haciendas superiores.
Para esto, hay que ponerse a trabajar en este sentido, toda la cadena. El mundo no viene a golpear nuestras puertas ni las de nadie. Hay que salir a ganarse el mercado con buenos productos, consistencia y seriedad.
Ahora es el momento de llevar adelante estas inversiones en genética que están pendientes, ya que tenemos buenos precios.
En los Estados Unidos un ternero (británico) de destete ya vale casi mil dólares; una vaquillona comercial preñada vale 2000 dólares y un novillo terminado 1600 dólares. Estos valores probablemente lleguen pronto a nuestro país.
Y para cuando vengan los momentos de las vacas flacas será la genética la que nos permitirá amortiguar el golpe. Quien produce un buen producto, aun en las malas épocas lo puede «defender mejor»..
Por Arturo Vierheller (H)  | Para LA NACION

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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