La crisis del sector lechero se agrava y en muchos tambos hay achique de hacienda

Mientras productores de la Región elaboraron un documento en el que exponen el mal momento que atraviesa la actividad, en Junín aseguran que en los pocos establecimientos que quedan venden las vacas “para pagar cuentas”.
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Mientras productores de la Región elaboraron un documento en el que exponen el mal momento que atraviesa la actividad, en Junín aseguran que en los pocos establecimientos que quedan venden las vacas “para pagar cuentas”.
El sector lechero se encuentra sumergido en una crisis que ya tiene larga data pero que empeora con el correr de los días.
Al menos así fue puesto de manifiesto en un plenario de productores tamberos realizado a fines de la semana pasada en el partido de Rivadavia, reunión a la que acudieron numerosos exponentes de la Región y en la que el acento estuvo puesto en las desfavorables condiciones de rentabilidad que padecen quienes efectúan el ordeñe, sea manual o mecánico.
En ese encuentro se elaboró un documento que será enviado a autoridades provinciales y nacionales y que, entre otras conclusiones, apunta lo siguiente: “Los productores estábamos en una situación de quebranto durante los últimos meses de 2015, originada principalmente por la baja de precio por parte de las industrias, pero eso se agravó luego de las medidas económicas de diciembre, tales como sinceramiento del tipo de cambio, quita de retenciones al maíz y baja de retenciones a la soja. Estábamos mal y estamos mucho peor. Luego de las medidas económicas aplicadas al sector agropecuario, la perdida en pesos por litro de leche se duplicó”.
En otro párrafo, el texto indica que los productores “nos estamos transformando en interpretadores pacíficos de la situación complicada del sector, de la situación internacional y del bla, bla, bla, porque en definitiva tenemos que entender a todo el mundo (industria, gobierno, consumidores, gremio y demás) y los más perjudicados, los que asumimos todos los riesgos y los que estamos todos los días al borde del abismo somos nosotros”.
La situación en Junín
Gastón Guibelalde, experimentado referente de la lechería juninense, coincidió con los conceptos vertidos por sus colegas en Rivadavia pero advirtió que será muy difícil que aparezca una solución de fondo.
Consultado por Democracia, Guibelalde expresó que al antecedente del panorama actual que preocupa a los tamberos “mostraba que todas las actividades ganaderas, en particular la lechería, estaban subsidiadas por el maíz barato a raíz de las retenciones”. “Esa fue la única razón por la cual los tambos mantuvieron algo de rentabilidad durante el año pasado, mientras todos los demás indicadores ya se venían poniendo oscuros, porque se viene gestando desde 2014 un excedente de leche en el mundo y los precios venían bajando a raíz de una baja en la demanda. Por supuesto que la quita de las retenciones fue un torpedo bajo la línea de flotación”, analizó.
A continuación observó que hoy en día, “lo que propone el Gobierno es una gota de agua en el mar, porque si bien el subsidio a la producción (en este caso es hasta los tres mil litros de leche) debe tener un tope, lo que eso representa en rentabilidad es, en todo caso, una muestra de buena voluntad y nada más”.
“Para resolver el problema el Gobierno tendría que adoptar una medida similar a la que tomó con el sector petrolero, es decir, financiarle el cien por cien del precio, cosa que no creo estén dispuestos a hacer porque políticamente sería insostenible. Los precios no van a aumentar como para arte de magia a no ser que baje la demanda”, interpretó.
Con respecto a la posibilidad de que el malestar de los tamberos derive en una medida de fuerza, Guibelalde opinó que es muy poco probable que ello ocurra. “Las medidas en la lechería no funcionan porque la leche es un producto muy difícil de manejar, no se puede cortar la cadena de comercialización. Yo creo que lo que se va a venir es una serie de quebrantos en muchas empresas”, consideró.
Por otro lado, señaló que en el partido de Junín “quedan pocos tambos” y agregó que “lo que se empieza a ver es venta de hacienda”. “Se da que la carne vale mucho entonces la gente empieza a sacarse vacas de encima, primero las que tienen defectos y después las que se necesitan para pagar las cuentas. En el distrito están quedando alrededor de diez tambos, muchos menos que los que existían hace quince o veinte años”, aseguró.
Una pérdida constante
Volviendo al documento que contiene las sensaciones de los tamberos reunidos en Rivadavia, en una parte de ese escrito se expresa que: “Un ejemplo de lo que nos pasa, y que creemos no estamos transmitiendo en su brutal dimensión, es el combo que estamos soportando: del diez a veinte por ciento de baja en el precio en el último año, no menos del cuarenta por ciento de aumento en la góndola en los productos lácteos en el último año y 48% en pesos de aumento de la leche en el mercado externo por reflejo de la devaluación en los últimos meses. Todos los días, por cada vaca que ordeñamos, estamos perdiendo plata, o nos endeudamos o nos descapitalizamos”.
“Tenemos que invertir (endeudarnos es más concreto) para hacer en estos meses las reservas para todo un año, a valores 50% mayor al 2015. Sumado a esto, la imposibilidad de financiamiento que, si se consigue, es a tasas usurarias. Y esperemos el momento a que tengamos que arreglar los arrendamientos bajo estas nuevas reglas de juego”.
http://www.diariodemocracia.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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