José Moreno, de Mastellone: “La Argentina tiene que decidir si quiere ser un país lechero o no”

El presidente de la empresa líder de uno de los sectores más apremiados explica su apuesta al Plan Más Leche para mejorar la productividad.
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Por Juliana Monferrán
Define a la crisis actual del sector como peor que la de 2001. Caída de la productividad, desplome de la demanda, movimiento del tipo de cambio y consecuente aumento de costos. Sin embargo, para José Moreno, presidente de Mastellone Hnos., 2016 no fue un año cualquiera. A un año de su entrada, el Grupo Arcor sumó un 8,5 por ciento adicional de la compañía láctea, por el que pagó US$ 35 millones. A fines de 2015, había adquirido el 25 por ciento en US$ 60 millones.
La mítica empresa liderada durante décadas por Pascual Mastellone viene atravesando una complicada situación financiera, con pérdidas en 2014 de $ 457 millones y en 2015 de $ 616,6 millones, tendencia que continuó en 2016 –el balance se aprobó al cierre de esta edición. Sin embargo, como líder del sector, su gran apuesta –que en inversiones significa unos US$ 100 millones– es lograr llevar la producción lechera argentina a los 15.000 millones de litros en 10 años.
¿Qué balance hace de 2016?
El balance de 2016 lo iniciaría en mayo de 2015. En ese momento, con la muerte de Don Pascual, los accionistas tomaron la histórica decisión de abrir la compañía para poder financiar proyectos que teníamos en cartera pero que por las cuestiones financieras nos resultaba imposible llevar adelante.
El objetivo central de nuestros planes es ganar la productividad que necesitamos para ser más competitivos. El sector dejó de crecer desde 1998/99 y pasamos a tener, en 2016, el mismo nivel de producción que en aquel entonces: 10.500 millones de litros. Entonces, cómo recuperar esa productividad. En la industria lechera no significa salir a comprar insumos para transformarlos, porque el insumo central es la leche que producen los tambos. De ahí que el objetivo central de nuestro plan, que hoy se conoce como Más Leche y forma parte de la estrategia central de la compañía, sea recuperar productividad a través de la mejora en la productividad de los tambos.
¿Ese plan es sólo de La Serenísima?
Es un Plan sectorial que hoy en día, dadas las circunstancias, Mastellone lo impulsa con mucha energía. Pero es sectorial y debe ser producto de la conjunción público-privada. El Estado no puede estar ausente, tanto el nacional como los provinciales. Estamos diagramando los modelos productivos y los modelos financieros sobre los cuales se debería estructurar un modelo de inversión significativo que podría llevar a la producción de leche a 15.000 millones de litros en 10 años.
¿Qué tipo de inversiones se necesitan?
Cuando hablo de inversión estoy hablando de una participación del Estado que funcionaría más como garante que como financista porque creo que por la forma en la que se está trabajando va a llegar el momento que este plan será bien visto frente a organismos internacionales de crédito. Lo más importante va a ser el aval público.
¿Y cuáles son los puntos centrales del plan?
El plan tiene varios proyectos. Uno de ellos son las inversiones industriales que estamos haciendo y que apuntan a asegurarles a los productores que decidan hacer las inversiones y ampliar su producción, que Mastellone les va a comprar la leche.
Para eso hay que tener capacidad y nosotros estamos con la planta de Trenque Lauquen, que está en etapa de pruebas y la hemos dotado para preparar productos de exportación si es necesario. Esta planta optimiza tremendamente la logística porque nos permite transportar leche en polvo en lugar de líquida como lo estamos haciendo.
Por otro lado, la planta de Villa Mercedes, en San Luis, luego de la ampliación, que estará terminada en marzo-abril de 2018, va a estar preparada para recibir y procesar 350.000 litros de leche ultrapasteurizada por día. Eso nos va a permitir abastecer todo el centro-norte del país con un nivel de eficiencia superior al de hoy, que salimos con el producto de General Rodríguez.
En este momento, tenemos capacidad instalada para procesar un 40 por ciento más de leche. Pero, al cambiar los mercados, cambiar las condiciones y la estructura de costos nos obligó a pensar en una desconcentración de determinadas producciones, como la de la leche. Entonces, desconcentramos la capacidad productiva para colocarla cerca de la leche. Y la leche en su producción se fue corriendo, desplazada por la agricultura. Entonces, pensar en el crecimiento de la producción tiene dos aristas: un crecimiento vertical, de los productores que hoy están y tienen la capacidad de seguir creciendo, y otro horizontal, yendo a producir leche a zonas en las que hoy no se produce y que no son de gran aptitud agrícola.
¿Cómo ven este plan los productores?
Están participando activamente. Es tal el peso que nosotros le vemos a la ejecución de este plan, que hemos formado un equipo profesional especial.
¿Cuáles son los puntos más complejos de la coyuntura actual?
Primero, la falta de productividad. Hay zonas donde la producción cayó un 25, 30 por ciento. Este es un punto crucial porque los costos fijos están en niveles muy importantes.
Además, el mercado de consumo está en el piso, un 12-15 por ciento por debajo del nivel de 2015. Salteo 2016 porque fue producto de todas las medidas que se tomaron. En 2016 comienza la caída y esto trajo como consecuencia una considerable reducción de precios y, con ello, una salida de la rentabilidad.
¿A ustedes?
Nosotros tomamos algunas decisiones, como la de no convalidar este mercado de ofertas, y si era necesario ceder algo de volumen. Y así lo hicimos. Estamos con un 9 por ciento menos de volumen. Creemos que seis puntos los perdimos producto del mercado, o sea que es consumo que desapareció, y los otros tres los cedimos a la competencia. Los cuales no sabemos cuánto fue llevado por la marginalidad.
Hoy estamos con 600.000 litros de leche menos que lo que teníamos en 2015. Estamos recibiendo 3,2 millones de litros por día. De ahí que se dejó de exportar. Y el mercado internacional tiene gran importancia como regulador. En este momento los precios internacionales han mejorado. Ya estamos en los US$ 3300/3350 la tonelada de leche en polvo contra los US$ 1900 de finales de 2015. Si la leche estuviese tendría destino y bajaría considerablemente los costos.
Usted habla de un plan que incluye abrir tambos pero en este momento se están cerrando…
Sí, nuestro plan incluye abrir tambos. Por eso cuando trabajamos en los modelos productivos estamos pensando en aportar información de la tecnología que existe en el mundo y que puede mejorar los modelos que tenemos en la Argentina.
De hecho, los tambos que quedan tienen una tecnología incorporada y una productividad fenomenal. La Argentina a final de los ‘80 tenía 33.000 tambos. Hoy tiene 10.000 pero produce la misma cantidad de leche o más. Por eso el plan es abrir tambos con alta tecnología, fundamentalmente con riego, que automáticamente resuelve el problema climático.
¿Cómo hacer para que no sea una cuestión política?
Creo que la profundidad de la crisis es el factor central para extraerlo de la cuestión política. La Argentina tiene que tomar la decisión de si la lechería es de interés y transformarla en sostenible. La pregunta es: ‘¿Queremos ser un país lechero? ¿Sí o no?’.
Por ahora, ¿la respuesta del Gobierno es sí?
No sé si es sí pero veo un altísimo interés. Tenemos el mismo diagnóstico.
¿Cómo cree que se comportará la demanda en 2017?
Creemos que la Argentina va a mejorar un 2 por ciento aproximadamente. Pero esa mejora va a ser muy selectiva. Y cuando las crisis son tan largas provocan cambios de hábitos de consumo de determinados productos, como los quesos.
¿Esto provocará cambios en su portafolio?
No vamos a alterar ninguno de nuestros planes. La coyuntura la vamos a administrar de la mejor manera posible.
http://www.apertura.com/negocios/Jose-Moreno-de-Mastellone-La-Argentina-tiene-que-decidir-si-quiere-ser-un-pais-lechero-o-no-20170321-0005.html

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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