La carne aviar sigue regalada. Últimos datos publicados por Indec.
En los últimos siete meses la canasta láctea relevada por el Indec en la ciudad de Buenos Aires registró un incremento del 25,9%. Se trata de una cifra que duplica la inflación de los restantes grupos de alimentos básicos de la dieta argentina.
La baja abrupta de la producción lechera generada por el desastre climático ocurrido en abril pasado en las cuencas tamberas de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba obligó a las industrias lácteas a recomponer –también de manera abrupta– los precios pagados a los tamberos. Ese movimiento fue posteriormente trasladado a los consumidores.
En el otro extremo de los lácteos se ubica el pollo entero que entre abril y noviembre pasado –fecha a partir de la cual una gestión profesional volvió a hacerse cargo del Indec– registró un ajuste de precios de apenas el 2,5%. Semejante fenómeno es, de alguna manera, el subproducto residual de una política kirchnerista.
Sucede que durante el régimen kirchnerista se impulsó a dos manos la producción avícola de la mano de grandes partidas enviadas a Venezuela en el marco del programa “petróleo por alimentos” gestionado con el gobierno bolivariano. Pero el año pasado ese programa se cayó. Y el sector avícola –incluso con menos empresas– terminó debiendo colocar una sobreoferta de carne aviar en el mercado interno debido a las dificultades para encontrar destinos alternativos (y también a un tipo de cambio desfavorable para la exportación que sigue vigente hasta la fecha).
El ofertón pollero es en gran medida el responsable de la caída del consumo de carne bovina (55,2 kg/habitante/año en el promedio de los primeros ocho meses de 2016 versus 59,4 kg/habitante/año en 2015). Y también del hecho de que los precios de los principales cortes vacunos medidos por el Indec (asado, paleta, cuadril, nalga y carne picada común) hayan aumento en promedio apenas 9,5% en los últimos siete meses.
En ese mismo período los huevos ajustaron un 11,2%, los alimentos integrantes de la canasta farinácea triguera un 13,1% y la canasta porcina (salchicha tipo viena, jamón cocido, salchichón y salame) un 14,4%.
Dentro del promedio del 13,1% de los alimentos derivados del trigo existen dos situaciones contrastantes. Los fideos secos en el período los fideos secos subieron apenas 2,5% debido a una guerra de precios entre industrias que lleva ya por lo menos dos años, mientras que la harina de trigo común 000, que venían muy retrasada por orden del régimen kirchnerista, ajustó un 26,2% para registrar un valor más razonable en función de la estructura de costos de la molinería.
http://www.valorsoja.com/2016/12/16/industrias-lacteas-trasladaron-a-consumidores-los-ajustes-de-precios-pagados-a-tamberos-la-carne-aviar-sigue-regalada/#.WFOvceZtfQs