Hugo Quattrochi y el falso mito de los tambos chicos

Hugo Quatrochi es uno de los consultores más reconocidos en el sector lechero argentino.
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En diálogo con Bichos de Campo, el hombre derriba el mito que dice que la caída constante de tambos en el el país tenga que ver solamente con el pequeños tamaño de esos establecimientos. “La Argentina es uno de los 11 países que en el mundo tienen más de 100 vacas por tambo en promedio”, afirma de entrada.
¿Se entiende? La Argentina no tiene un problema de escala en la producción lechera, porque en promedio tiene tambos que son de los más grandes (en número de vacas en ordeñe) del planeta. Eso quiere decir que los tambos ni cierran porque son muy chicos. Caen por otras razones.

“Este es solo un dato estadístico. Pero la escala no es garantía de competitividad ni en la Argentina ni en ningún otro lugar del mundo”, aclara Quattrochi. Y lo repite de otro modo: “Para que te vaya bien o mal no tenés necesariamente que tener una gran escala”.
Mirá la entrevista completa con el consultor en lechería:

¿Y si el de los tambos argentinos no es un problema de escala, cuál es el problema que los lleva al cierre? Responde el experto: “Los tambos chicos posiblemente lo que enfrentan es una vara más alta que saltar, porque los gastos fijos les pesan más y el costo en litros de producción sube, con lo cual tienen que aumentar la productividad para compensar eso. En el caso de un tambo chico, esto implica un límite a partir del cual podés mantener el sistema de producción o no”.
Quattrochi, queda claro, piensa que la clave de la supervivencia y el crecimiento de los tambos pasa entonces por la eficiencia. Recuerda, en ese sentido, a un productor de más de 80 años que alguna vez le dijo: “Las vacas y la tierra siempre se van hacia los mejores productores”.
Otra manera de verlo, según plantea, es que los tambos grandes tampoco son sinónimo de competitividad. “A veces se asocia la escala a la eficiencia. Lo que suele suceder es que los productores que fueron eficientes aumentan la escala”, resume.
¿Y qué consejos les daría Quattrochi a los productores para ganar en eficiencia, cualquiera sea su tamaño? “Es difícil dar una recete universal, aunque hay ejes comunes a todos los tambos: producir mucho forraje, cosecharlo y tratar de combinarlo con concentrados para producir leche. Finalmente eso que parece tan fácil se logra con gente. En un tambo chico o grande todos los procesos empiezan con la gente”, suscribe. Luego enfatiza: “Cuando uno ve a las empresas a las que les va mejor, las diferencias son los liderazgos”.
El consultor aclara que, de todos modos, hay veces que ni siquiera ser el productor más eficiente alcanza tan complejos como la Argentina. “Con estos precios, hoy están todos en modo supervivencia”, avisa.
Y explica además que “muchas de las ineficiencias de la lechería argentina son hijas de la macroeconomía. Estamos en un país donde el financiamiento es caro y eso atenta contra las inversiones en capital fijo y en infraestructura, lo que reduce las posibilidades de ser eficiente”.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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