Herencia y expectativas, una amenaza para las góndolas

Tironeada por la suba de costos y la posible devaluación, la industria comenzó a mover precios. Algunos, ya acordados con el Gobierno nacional.
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Tironeada por la suba de costos y la posible devaluación, la industria comenzó a mover precios. Algunos, ya acordados con el Gobierno nacional.
Herencia, expectativa y también algo de especulación, una combinación que amenaza con meter a las góndolas de los supermercados y a las ventas minoristas de artículos de primera necesidad en un horizonte de aumento de precios de progresividad incierta.
Los almaceneros cordobeses fueron los primeros en poner el grito en el cielo al advertir que alimentos, bebidas y productos de limpieza comenzaron a llegar con incrementos que van del cinco al 20 por ciento.
Apuntaban, concretamente, contra algunas empresas que fabrican o representan a marcas líderes que aplicaron ajustes apenas atravesada la segunda vuelta presidencial. También le pusieron nombre y apellido a esos primeros ajustes: mencionan, por ejemplo, a una gran alimentaria: Arcor.
Pero fuentes empresariales, por su lado, remarcan que no existen sorpresas en este tema. “Todos las subas fueron acordadas con la Secretaría de Comercio de la Nación a través del programa Precios Cuidados”, comentó ayer un vocero de la compañía mencionada.
En efecto, esa repartición a cargo del kirchnerista Augusto Costa, le dio vía libre a un listado de más de 500 productos, cuyos aumentos alcanzan el último cuatrimestre del año. Por sugerencia oficial, parte de esas subas no fueron trasladadas sino hasta pasado el balotaje, dicen en la industria.
El reciente aumento del 4,5 por ciento en los combustibles –liderado por YPF–, más la aplicación en octubre y noviembre de la última parte de los incrementos salariales contenidos en algunos acuerdos paritarios, forman parte de esa “herencia” que deja el kirchnerismo y que presiona sobre precios.
Pero las expectativas también están jugando fuerte este partido. Los mercados leen que la estrategia de unificación de los tipos de cambio propuesta por el presidente electo Mauricio Macri, convierte en inevitable un aumento de la divisa oficial, con impacto en las commodities que son insumos para industria.
El trigo y el maíz son dos insumos centrales para el grueso de las alimentarias. “10 días atrás conseguíamos maíz a 700 pesos la tonelada, hoy nadie entrega a menos de 1.500”, se quejó ante este diario un importante referente de esa industria. Lo mismo pasa con el trigo, que incide en panificados y pastas.
Otros casos están vinculados con la importación de insumos, como el café (los almaceneros señalan a La Virginia, el líder de ese mercado).
Hay más. El principal proveedor nacional de envases de hojalata, Techint, elemento esencial para conservas, administra a cuentagotas las entregas, motivado por la posibilidad de una suba de precios.
¿Y los que bajaron?
Pero tanto la fuente de Arcor como un interlocutor de la industria láctea no dejaron de mencionar a la cadena de comercialización como la gran responsable de los incrementos. “Es la cadena la que pone los precios, ya lo hemos advertido muchas veces”, dijeron, palabras más o menos, casi al unísono y por separado.
Por sobre oferta de productos en el mercado interno, a raíz de las trabas a las exportaciones, los precios de los lácteos no han parado de caer en la salida de las fábricas. “El queso, concretamente, bajó de precio y eso jamás se reflejó en la cadena de comercialización; todo lo contrario, aumentaron”, puntualizó un industrial cordobés.
En un producto mucho menos necesario pero igualmente clásico en la mesa también se nota: los vinos bajaron de precio en las bodegas, pero no en las góndolas.
http://www.lavoz.com.ar

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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