Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), expresó hoy su preocupación por la dura situación que afronta el sector lácteo en Argentina y no dudó al asentir que los tamberos se enfrentan a una crisis que parece no se resolverá en el corto ni el mediano plazo. «Debe haber definiciones más concretas con el sector privado», evaluó.
En el aire de Radio Continental, Achetoni criticó el programa económico y productivo diseñado por la administración del presidente Mauricio Macri y, en ese sentido, lanzó: «Está faltando una distribución equitativa y una celeridad en el pago». Cabe recordar que según Coninagro, entidad rural, en la Argentina cierra un tambo por día.
«El sector tambero es financista a tasa cero (del resto de la cadena)», exclamó este sábado el titular de la Federación Agraria Argentina, al tiempo que graficó: «Se analizan las situaciones, pero el poncho nunca aparece». Al mismo tiempo, la ministra de Producción del Gobierno de Santa Fe, Alicia Ciciliani, tampoco eludió hablar sobre el crítico panorama del sector.
«El sector lechero no encuentra solución dentro de la cadena con los precios», resumió esta mañana al ser entrevistada en el ciclo La Hora del Campo. Siguiendo esa línea, la funcionaria provincial sumó: «Tras dos inundaciones y una sequía, están trabajando al límite de costos y ahora se complica más con la cuestión financiera, cobrando a 30 días o más».
En un informe publicado recientemente por Coninagro, se señala que el universo lácteo argentino se encuentra atascado en una «prolongada crisis, que continúa agravándose año a año». Por medio de un comunicado la entidad rural, junto a la Federación Agraria, la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales, le hizo saber su malestar al Gobierno nacional.
En el escrito manifestaron su «profunda desilusión al más alto nivel». «Hay una situación de aumento de costos mayores al aumento del precio de la leche, resultados negativos y tasas de financiamiento impagables», subrayaron en el citado documento al tiempo que criticaron: «Las consecuencias obligan al cierre de tambos, faena de vacas, abandono de la actividad y desaparición de empleo».
No fue todo. Las entidades rurales también indicaron que «la producción se mantiene en los pisos mínimos» y que «los mayores productores son los que están sosteniendo el volumen concentran aún más la actividad». A modo de cierre, insistieron en su «profunda desilusión» ante la imposibilidad por parte de la alianza gobernante de brindarles soluciones.