Emergencia en la producción lechera

Editorial de nuestra revista "Leche, Cámara, Acción" de Febrero de 2016.
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Editorial de nuestra revista «Leche, Cámara, Acción» de Febrero de 2016.
Demasiados factores adversos han coincidido nuevamente para configurar una de las peores crisis en la historia de la lechería argentina. Que esta vez no es sólo nuestra, sino que tiene escala mundial.
La desaceleración de la economía china, las crisis de otras, como la de Brasil, Rusia, o Venezuela, y el derrumbe del precio del petróleo, determinan una importante debilidad de la demanda, no prevista en su magnitud en el pasado reciente. Y el crecimiento de la producción en la Unión Europea y los EEUU, que supera la caída en países como Nueva Zelanda o Argentina, conforma una oferta que todavía desborda aquella menguada demanda, y deprime los precios, irremediablemente.
En lo inmediato, la situación sólo puede ajustarse por vía de la oferta, ya que el deterioro sufrido en la estructura de la demanda, llevará algún tiempo más hasta su reactivación, de la que nadie duda que llegará. Pero «más adelante». Y como siempre, el problema de los protagonistas es el «mientras tanto». Es el «¿Cómo llegamos hasta la otra orilla, si en el medio hay un río torrentoso?».
En busca de respuestas, un país como el nuestro, con un mercado interno que absorbe gran parte de la producción, tiene ventaja sobre otros. Pero ocurre que aquí tampoco podemos capitalizar esto a pleno, por el complicado cuadro político, social y económico que transitamos hoy.
Para colmo, todo lo dicho se ve agravado por la desorganización de una cadena débilmente integrada, sin una mesa permanente de trabajo entre sus principales eslabones, ni una representación genuina, profesional, y unificada de los productores. Circunstancia que resta eficacia al diálogo con los funcionarios del Gobierno, y deja al sector desarmado en las negociaciones con las cadenas comercializadoras.
Es claro que hacer estas consideraciones nos duele mucho, por el drama que hoy vivimos en los tambos al no poder sostener ya más una producción que debe venderse a precios muy por debajo de lo que cuesta obtenerla, que nos empuja sucesivamente al endeudamiento y la descapitalización. Después de los cuales quedamos acorralados ante la posible alternativa de tener que abandonar la actividad.
Pero es la realidad de la que tenemos que partir. Para encontrarnos, no quedarnos empantanados en la queja, y formular propuestas concretas para la emergencia. Propuestas que, a partir de haber asumido la parte que nos toca, interpelen a los sectores con responsabilidad y capacidad de decisión en política lechera, para que ante una crisis extraordinaria, se tomen las medidas extraordinarias que la misma exige. Es hoy y aquí. Mañana, puede haber sido demasiado tarde para muchos. Y además de ellos, todo el país lo va a lamentar.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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