Lo que un funcionario auguraba se cumplió de la peor manera. Alejandro Sammartino decía en febrero en el Salón Centenario de la Rural rafaelina que en abril la leche iba a valer cuatro pesos para el productor, aunque el Subsecretario de Lechería corrió la previsión semanas después a junio se termina haciendo realidad por el complejo efecto de las inundaciones.
Los stocks que las industrias tenían sin intención de vender al Gobierno en marzo, son los que hoy salvan un poco las cuentas, si se tiene en cuenta que una empresa que procesa hasta 1,5 millón de litros diariamente, cayó hasta los 450 mil en tiempos de lluvias. Solo por eso es que la materia prima empieza a valer más e incluso se sale a buscar en todas las cuencas y más allá de las fronteras, con los riesgos de calidad consabidos.
En este marco, ayer el Centro de la Industria Lechera emitió un comunicado en el que advierten la suba de precios al productor por la simple faltante de la materia prima, añadiendo un pedido de comprensión por parte de los consumidores, en un marco de suba de precios por inflación a la que se añadió el incremento de cifras habilitado por el Gobierno de manera especial y que no terminó de repercutir en el tambo.
«El actual fenómeno climático por todos conocido, ha asestado un duro golpe a la cadena láctea argentina, que ya atravesaba una crisis con escasos precedentes», inicia el texto, por lo tanto «el carácter extraordinario del fenómeno natural por el que aún estamos transitando y cuya finalización no tiene fecha cierta, se explica por una combinación poco frecuente de registros de lluvias inusuales impactando sobre un área geográfica de gran amplitud que se estima cubre cerca del 80% de la zona de producción lechera. La consecuencia obvia, aún hoy muy difícil de medir en toda su magnitud, es una sensible merma de la producción de leche a nivel de tambos, y consecuentemente una fuerte caída tanto de la industrialización como de la oferta de productos lácteos. Las primeras estimaciones a nivel nacional -que seguramente se corregirán a la baja cuando cierre el mes- arrojan para abril caídas del orden del 15% frente al mes anterior y de entre 20% y 25% versus abril de 2015. En Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos estas mermas son muy superiores».
El CIL advierte que «en esta emergencia generalizada, tanto el Gobierno Nacional como los gobiernos provinciales de las jurisdicciones afectadas, están implementando de forma articulada una batería de herramientas de ayuda extraordinaria para los productores y las industrias comprometidas».
«La producción primaria, sin duda el eslabón que sufre con mayor crudeza el impacto devastador de este desastre climático, se debate en muchos casos entre la continuidad o el cierre de tambos. Aquellos que logren resistir, verán menguada su capacidad productiva no solo para lo que resta del año, sino también para el venidero», en una advertencia comprometida de la industria. «En esta coyuntura crítica, en que las relaciones de oferta y demanda cambiaron drásticamente, la industria láctea buscará por todos los medios una sensible mejora del precio al productor de leche, tan necesaria como urgente dados los motivos ya expuestos en los párrafos precedentes». De esta manera los grandes industriales lácteos advierten que la «entidad solicita al resto de la cadena láctea, y a los consumidores en particular, la máxima comprensión ante esta delicada como crítica situación por la que está atravesando nuestro sector».
Afuera o a soportar
En un informe conocido se indicó que «después de varios años de cierre de tambos, las inundaciones fueron el golpe de gracia para muchos productores que aún se mantenían en la actividad, en un contexto de bajo precio internacional de la leche y de una crisis que se precipitó tras el levantamiento de las retenciones», según Alejandro Palladino, coordinador de Lechería del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola.
Tras el levantamiento de las retenciones se generó un aumento de 20% en el precio del maíz, al cual habría que agregarle el efecto devaluatorio, todo en un contexto en el que el maíz puede representar hasta el 40% de la dieta anual de un animal (silaje de planta entera de maíz, grano y otros subproductos). «La situación es crítica -agregó Paladino-. Los bajos ingresos económicos llevaron a producir por debajo del costo operativo (no alcanzan para pagar sueldos del personal o alimentos de los animales) y ahora hay zonas inundadas que no pueden vender la leche. En la provincia de Santa Fe, la recepción por parte de la industria bajó hasta un 50%, con lo cual el panorama se agrava demasiado». La recomendación del profesional es muy compleja, «lamentablemente para los tamberos que están muy complicados, si están evaluando abandonar la actividad, el mejor consejo es salir cuanto antes para no descapitalizarse más. Es lo último que me gustaría decir, pero la situación es realmente crítica. Para los productores que puedan aguantar, el precio de la leche está repuntando mucho. Pasamos de 2,90 pesos promedio por litro en marzo a un valor por encima de los 3 pesos en abril. Hay lugares donde ya están cobrando 3,5, más un subsidio de 0,50 prometido por el Gobierno nacional. Por suerte, es una tendencia que está mejorando, pero como producto de una desgracia, que son las inundaciones. Entonces, para el que pueda aguantar, creo que mantenerse en la actividad va a ser un buen negocio».
Cabe destacar que los precios internacionales tuvieron un repunte la semana anterior en la subasta electrónica de Fonterra, llegando la leche entera en polvo a los 2.156 dólares, creciendo 7,5 por ciento en la comparación desde el inicio del mes de abril.
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