Es la evaluación que hace Marcelo Aimaro, el titular de este espacio de productores tamberos santafesinos, luego de un ciclo muy extenso de bajos precios, de múltiples complicaciones climáticas y de estrategias políticas rasas.
Por Elida Thiery – Las semanas finales del año no dan más lugar que para un balance. En el sector agropecuario y en la lechería en particular no fue sencillo el tránsito por este 2016 y eso se refleja en múltiples estadísticas de contracción, con muchos tambos ya fuera del sistema o concentrados, en un esquema de cambio del negocio que forma parte de un contexto complicado internacional, pero también de un marco nacional poco alentador para la actividad, a pesar de los intentos.
Marcelo Aimaro, el presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, hizo en una charla con Diario CASTELLANOS su evaluación de estos meses.
Si bien hubo mejoras forzosas en los valores de la materia prima, será recién en las próximas liquidaciones cuando los números empiecen a ilusionar un poco más, ya sobre los cinco pesos, que quedaron corto para la materia prima de noviembre, que se estancó en el máximo promedio de 4,80 pesos por litro. «Yo no tengo muchas expectativas, porque al momento está planchado el precio, porque si bien el nivel de cotización internacional sigue levantando, veo un techo en el mercado interno, muy relacionado con lo que pasa en la relación con el consumidor, que no puede avalar valores más altos en los lácteos y eso es lo que a la vez estanca las ventas. Esto es algo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo y es que por más que falte leche en las industrias, hay un acuerdo de topes en los precios», añadiendo que «más allá de cuánto cotice en el mundo la leche en polvo, siempre hay una excusa de costos que termina limitando a los productores. Así tenemos que seguir, sin ver una luz al final del camino».
De todas maneras, un poco más de calma es lo que se espera para el inmediato 2017.
«Si tomamos lo que pasó desde el inicio de 2016 hemos perdido mucho. Los que se fueron de la actividad ya no van a volver y los que se quedaron la van a poder pelear, pero hay que ser conscientes que mientras no se les dé un buen precio a los tamberos, vamos a seguir con este desangre de tambos, con la desaparición o la concentración, porque la liquidación de animales sigue y el traslado a la agricultura también».
Aimaro va más allá de los precios, mira lo estructural, todos los escollos de la actividad y en cierto modo no encuentra consuelo suficiente, habiendo atravesado el deterioro de los valores, la inundación, el granizo y un sinfín de reuniones sin resultados.
«Creo que este año no se logró nada, a pesar que empezamos el año con la firma del acuerdo lechero y con un Gobierno que habló bastante de lechería. Los productores habían apostado a un cambio que no llegó y lo que se consiguió no fue bueno. No tuvimos precio, no tuvimos ayuda en la emergencia, no tuvimos cambios en nada concreto, porque novedades el sector no registró. Ahora se habla de herramientas como el Sistema de Gestión Integral de la Lechería, pero es una versión nueva de lo que era la Liquidación Unica, entonces no se hizo demasiado y se intentó seguir pasando los meses», evaluó en cuanto a las acciones de la Nación.
Mirando hacia la gestión provincial, con los límites que esto ya supone, el dirigente remarca que «Santa Fe se puso al frente de algunos reclamos, con apoyo político, se trataron de impulsar algunas estrategias, que en definitiva son pequeñas herramientas, pero que no sirven para cambiar a todo el sistema, que no pueden terminar de ordenar la lechería «, en alusión a la formalización de la capacidad de pago, de las bandas de precios, e incluso con la organización de una futura consignataria de leche.
Fue en definitiva un año de emergencia, por todo lo dicho; y desde el Ministerio de la Producción provincial «se hizo todo lo que se pudo, pero en realidad debería haber tenido más presencia la Nación. Hubo muchas limitaciones por cuestiones económicas y no se logró el apoyo en cuanto a la necesidad de mayores y mejores préstamos», indicó al tomar datos como el daño de más de 2.500 millones de dólares que en abril sufrió Santa Fe y la última tormenta de granizo que barrió más de 230 kilómetros a lo ancho de la parte central del territorio.
Institucionalmente
La Mesa de Productores de Leche de Santa Fe supo reconvertirse en los últimos años. Salir de un encasillamiento, gestionar sin cansarse, estar presente siempre a pesar de los nulos resultados de múltiples reuniones. Aimaro, junto a su secretario gremial, Fernando Córdoba, supieron reposicionar a este espacio de productores.
«Nosotros necesitamos seguir con el recambio, seguir sumando gente nueva que esté interesada en trabajar en referencia a esta actividad. Gracias de Dios se han acercado nuevos productores para participar, para poder seguir con el lineamiento que siempre tuvimos de gestionar, a pesar de las limitaciones que tenemos de tiempo y también de fondos para seguir haciendo más». El presidente de Meprolsafe reconoce que este «fue un año terrible» y la definición no es menor. «Golpeamos todas las puertas que pudimos y pareciera que todos parecían sordos, sobre todo a nivel nacional. Lo que nosotros podemos hacer por nuestros productores y por los tamberos en general es pedir, gestionar, elevar propuestas, pero no podemos conseguir precio, no depende de nosotros. Lo pedimos, pero no tenemos la fuerza para conseguirlo». Marcelo Aimaro reconoce que «lo que necesitamos es que los tamberos reaccionen y participen, porque si todos nos quedamos a donde estamos vamos a seguir como estamos, o mejor dicho, mucho peor».
Finalmente y en esta búsqueda de más participación, teniendo en cuenta que está en marcha la alternativa de unificar las miradas de la producción y se tiende a la conformación de un espacio institucionalizado de productores para mejorar la lechería, se siguen juntando firmas para consolidar «Una sola voz». En el sitio https://www.change.org/p/usv-tamberos-argentinos-una-sola-voz se puede firmar para apoyar la idea que viene siendo trabajada desde hace algunos meses y que pretende englobar a las casi 20 entidades de productores de leche del país, para en definitiva sumar peso y lobby al momento de tratar cada tema de la actividad.
Es Meprolsafe una de las entidades que viene trabajando en este sentido, que en cada encuentro pide una representación más fuerte, para sentarse ante industrias, gobiernos, pero también ante la siempre ausente comercialización. «Nosotros le pedimos ya varias veces al Subsecretario de Lechería de la Nación que empiece a brindar el ámbito para que esto se vaya conformando. De todas maneras va a ser difícil, pero no imposible, pero hay que superar muchos intereses y el protagonismo que siempre pretenden algunos dirigentes, pero necesitamos el apoyo de los productores, así como su aporte, más allá de la buena voluntad».
Si bien se juntan firmas para fortalecer la iniciativa, será importante avanzar en acuerdos visibles entre entidades, de todos los rincones de las cuencas, pero también de todas las posturas. No es necesario firmar para ponerse de acuerdo, pero sí estar convencidos que la lechería argentina ha perdido mucho en su historia, más aún en los últimos años y con entidades débiles y falta de interés de algunos sectores no quedará más destino que el retroceso. Será entonces que la convivencia de ideas y la subsistencia ante las diferencias puedan brindar nuevas alternativas a una actividad productiva fundamental, de grandes posibilidades de expansión, aunque con nuevos términos generales.
http://www.diariocastellanos.net/noticia/desde-meprolsafe-evaluan-que-este-ano-no-se-logro-nada