De 15.000 empresas que exportan en la Argentina, «solamente» 8000 son pymes y menos de la mitad lo hace de forma recurrente. Ése es el dato con el que comenzó el momento de los emprendedores en el encuentro Negocios con el Mundo. Quien lo indicó fue Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y Pymes de la Nación. El funcionario compartió el panel junto con tres fundadores de proyectos que hoy exportan o están próximos a hacerlo: Alejandro Reca, director de finanzas de Establecimiento San Ignacio; Claudio Teler, fundador de BioBarica, y Federico Manzuoli, creador de Guapaletas.
Mayer detalló que 8000 pymes que exportan es un número bajo comparado con otros países de economías similares. ¿Cómo hacer para que esa cifra se incremente? Para el funcionario, hay una parte muy importante que corresponde al Estado: mejorar el financiamiento, la burocracia y facilitar lo laboral. Por otro lado, también está la agenda de competitividad «puertas adentro» que se relaciona con incorporar tecnología, mejorar procesos y trabajar en el talento. «Hay un largo camino hacia la exportación que es fundamental, porque el mercado argentino es chico. Tenemos convenios con menos del 10% del PBI del mundo, por lo que una pyme de vino argentino entra en Japón con mayores costos que una chilena», dijo.
Resaltó las medidas del Gobierno para facilitar el camino exportador de las pymes. Primero se refirió a la ley de emprendedores y a las sociedades simplificadas (SAS), la figura que se creó para evitar demoras de hasta un año y medio para poder crear una sociedad y sacar un CUIT. «Todo ese tiempo lo van a poder utilizar para pensar en su producto y en la internacionalización», dijo.
Por otro lado, mencionó la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), la herramienta Exporta Simple y la Agencia de Promoción de Inversiones y Comercio Internacional. «Hasta ahora, la política era ir a ferias y hubo muchos casos en los que enviamos una pyme y cuando tuvo que concretar un negocio no sabía qué precio cobrar ni cómo llegar a ese mercado. Ahora hacemos meses de trabajo previo para conectar, vender y entregar», dijo.
Más adelante, reflexionó sobre «la receta» del emprendedorismo en la Argentina: «Cuando tenemos premiaciones, miramos los equipos de cada proyecto y cuánta capacidad tiene ese grupo para adaptarse ante los cambios. También observamos la ambición y las ganas de cambiar el entorno», explicó.
Esa ambición es la que mueve a Teler, quien dijo que quiere que su emprendimiento sea «el McDonald’s de la cámara hiperbárica». Hasta el momento, el producto que creó se exporta a casi 30 países. Se trata de una cabina presurizada donde el paciente respira por medio de una mascarilla que permite que el oxígeno se diluya más fácilmente en la sangre, lo que se conoce como hiperoxia. El tratamiento se aplica en 10 especialidades médicas y ayuda desde a personas con autismo hasta a deportistas en proceso de recuperación luego de una lesión.
Teler no es médico, sino licenciado en Administración de Empresas y decidió comenzar el proyecto junto a su hijo. «El emprendedor tiene que encontrar su nicho y ser especialista en lo suyo», dijo. Su proyecto comenzó por el hijo autista de un amigo que necesitaba el tratamiento con una cámara hiperbárica. En ese momento, en la Argentina era casi imposible de conseguir por los costos y la falta de tecnología. «Nosotros unimos un producto accesible a un know how que hoy pueden incorporar fácilmente médicos y operadores. Más adelante decidimos que, como Pinky y Cerebro, conquistaríamos el mundo», lanzó. El próximo destino para sus cámaras es Rusia y está en la búsqueda de inversores para poder conquistar posiciones en España. «Pretendemos tomar todo el país para ser la referencia en el tratamiento y poder migrar ese modelo a otros países», dijo.
Manzuoli tampoco renuncia a sus ambiciones y narró el proceso de preparación para ser una pyme exportadora. El emprendedor pretende llegar con sus paletas heladas a mercados como Uruguay, Chile, Colombia y Paraguay mientras continúa abriendo más locales en la Argentina. Guapaletas todavía no tiene dos años de vida, por lo que reconoce que «es bastante el desafío pero también muy gratificante la adrenalina».
Indicó que la Argentina puede ser competitiva en la exportación de helados por la buena calidad de su materia prima y su alto nivel de talento. Añadió que se trata de un producto fácil de comerciar a otros países, porque se conserva en temperaturas bajo cero, pero que también hay que tener cuidado con los tiempos de estacionamiento en las distintas instancias, porque eso atenta contra el margen que luego hay para venderlo. El emprendedor que saltó a la fama por la visita de Mauricio Macri a su planta opinó que el Gobierno está «haciendo un trabajo de fondo» que lleva tiempo y les pidió a todos los empresarios que sean pacientes y que bajen la ansiedad. «Tenemos todo para poder exportar productos con valor agregado, sólo nos falta emprolijar algunas variables», añadió.
Para terminar, Reca contó una historia romántica. «San Ignacio es la primera empresa que comienza a exportar dulce de leche y eso es un romanticismo muy grande», comenzó. Para cortar con la dulzura, recordó momentos en los que la compañía tuvo que hacer malabares con clientes en Rusia porque la Aduana no dejaba salir containers de queso azul por una cuestión burocrática. En ese momento, recordó, hubo que «arremangarse».
También hay períodos en los que piensa en tirar la toalla. Entonces apela nuevamente al romanticismo y un poco a la locura, y piensa en las familias de los 117 empleados de la compañía para no bajar los brazos. ¿Cuál es el sueño de una empresa que creció con esas emociones a flor de piel? «Queremos que el consumo de dulce de leche deje de ser algo nostálgico para que pase a ser más masivo», expresó, y añadió que también busca que se respete la denominación de origen, ya que el producto también se fabrica en lugares como Francia, que no siempre utilizan los ingredientes correctos. Finalizó: «El planteo de nuestros desafíos debe ir más allá del tipo de cambio. Si no resolvemos los problemas de fondo, en dos o tres meses habrá que ajustar de nuevo».
Los pequeños se agrandan
Mariano Mayer
«De 15.000 empresas que exportan, sólo 8000 son pymes y la mitad lo hace de manera frecuente»
Alejandro Reca
«El planteo debe ir más allá del tipo de cambio. Si no resolvemos los problemas de fondo, en dos o tres meses habrá que ajustar de nuevo»
Claudio Teler
«El emprendedor tiene que encontrar su nicho y ser especialista en lo suyo»
Federico Manzuoli
«Tenemos todo para exportar productos con valor agregado»