Los productos Cotali recuperan posiciones en el mercado.
COTALI, la tradicional cooperativa láctea cumple 84 años de existencia y atraviesa una etapa de cambios. Con una nueva administración, una sólida política comercial y de distribución, volvió a ganar presencia con los productos que sigue eligiendo el consumidor catamarqueño.
El dulce de leche en envase de cartón, su queso crema verdaderamente lechoso y consistente, y los yogures de característica textura y sabor dulzón, son componentes fundamentales del distintivo de la marca, tanto como el «Cotalito”, el queso mini tybo que sale en hormas de un kilo y tiene gran aceptación.
La marca, precisamente, es el principal capital de esta cooperativa lechera que reúne a los pequeños tamberos de Las Chacras y que en más de una etapa ha dividido las aguas en la vertiente productiva de la provincia.
Ese valor intangible que aún conservan los productos de la COTALI tiene pregnancia en la elaboración. Como decía la propaganda: «la leche fresca del día”, la que entregan a primera hora de la mañana los tamberos. Esa que deja don Jaimez con sus flacos tachos metálicos puestos al pie de la vaca o, la del mayor proveedor, que traslada 2.500 litros con su camioncito Mercedes Benz 608 y un tanque adaptado a la caja.
Respecto de los volúmenes, la empresa actualmente procesa de 4 mil a 4.500 litros diarios que principalmente destina al envasado de leches y a yogur. Como para dar una idea, en los momentos más críticos el ingreso bajó a una raspa de mil litros y cuando tuvo épocas de esplendor promediaba los 18 mil.
En COTALI trabajan por estos días 23 empleados, un número levemente superior a los quince que llegaron a estar prácticamente en la calle en el peor momento de la empresa. Incluso siguen en la planta elaboradora de Santa Rosa baluartes como el yogurtero Jorge Sarmiento, con 43 años de servicios, y otros jubilados que vuelven al trabajo cuando se los requiere.
En apoyo al rescate de la cooperativa, el Gobierno provincial ha puesto un administrador con experiencia, el ingeniero Luis Olmedo Vergara, que le imprimió un estilo de conducción que está permitiendo «sacarla a flote”. Y no solo eso, sino también ir posicionándola en el mercado. Tal como lo perciben los consumidores en algunos puntos de venta masivos: el puesto móvil en la Fiesta del Poncho y en otros eventos, la boca de expendio de la Terminal de Ómnibus, la del CAPE y la distribución en cerca de 300 negocios y almacenes de barrio, que «por ahora hacemos con los distribuidores y una sola camioneta propia”.
«Todavía falta, pero vamos bien. Hemos ido poniendo reglas de juego, como por ejemplo el horario de entrega de la leche que nos permite organizarnos internamente y otras cuestiones que nos permiten tener hoy a los tamberos al día con los pagos”, recalca el ingeniero.
¿En qué se basó la recuperación? «El camino que hemos recorrido es el de cambiar la etiqueta y la presentación de productos, sin que pierdan la calidad; cambiarles la cara, con otra imagen, otros colores. Y ponerlos en contacto con la gente. Teníamos esta boca de expendio (la de Santa Rosa). Sí, viene gente, pero no es la afluencia… Metimos una boca en el CAPE que tiene 4 mil empleados públicos. Vendés poco o mucho según el bolsillo, pero la gente compra. En la Terminal estamos desde las 6.30 de la mañana hasta las 10 de la noche vendiendo. Y pasa tanta gente que el dulce de leche nuestro ha ido a Inglaterra. Pasa el turista, compra y se va de viaje. De nada sirve que hagamos lo mejor de lo mejor y lo tengamos encerrado acá”, sintetiza el gerente administrador, que esta semana estuvo en Santa María contando esta experiencia de COTALI a los pequeños tamberos.
Una parte importante de la producción actual está comprometida en la provisión del Programa PIO (Pro-Igualdad de Oportunidades), que para la cooperativa significa presencia en quince escuelas del Valle Central, incluso en Capayán. También hay venta en Siján, ya que la Municipalidad acerca un camión para el traslado de mercadería.
Desde el punto de vista de los procesos, ha recuperado al químico industrial Juan Alberione, director técnico de la planta con una larga trayectoria no sólo en COTALI sino en varias empresas nacionales del rubro. «Yo ya me había retirado, y en esta gestión, el ingeniero (Olmedo Vergara) me ofreció la posibilidad de volver. Le dije: usted me prueba a mí, yo lo pruebo a usted. Y gracias a Dios hemos formado una dupla espectacular donde él es un administrador con una excelente visión, y tiene la tranquilidad que yo le manejo la fábrica, se tiene que olvidar de esos procesos. Todo indica que vamos por buen camino”.
La empresa, como es sabido, no tiene una escala de producción que le permita competir en pie de igualdad con otros «monstruos” de capitales nacionales e internacionales que coparon el mercado lácteo en la ausencia de COTALI. Sin embargo, hay un diferencial en el producto que el consumidor local aún reconoce y que es el punto fuerte de la empresa.
¿Cuál es ese diferencial? –le consultamos al responsable técnico. «La gente reconoce los productos COTALI porque es un producto local y por el sabor. En eso tienen que ver los que se encargan de hacer las cosas que le den el gusto. El mérito o lo que deja de ser mérito de uno, es en la elección. Y la elección es suya, nadie le dice elegí este o ese. En la gama, usted dice, voy a tomar éste. Esa es la función técnica”.
La rutina
COTALI no tiene tambo propio sino que compra toda la leche. La recibe del productor que la ordeña en el día. A partir de allí se le hacen tres procesos obligatorios: pasteurización, higienización y homogeneización.
«En cuanto a lo productivo, no tenemos una rutina fija. Es de acuerdo con la demanda. En este momento el producto vedette es el yogur, somos yogurteros por excelencia. La leche que sobra es destinada a otras cosas. Puede alguna vez faltar algo (pero) lo que no pueden faltar nunca es yogur y leche en sachet. En el día a día vemos qué producto hace falta hacer y programamos en ese momento. Lo que tengo que fabricar me lo marca la venta. Veo los stocks, los pedidos, y en base a eso, producimos”, explica Alberione.
Así, el dulce de leche, por ejemplo, suele elaborarse aproximadamente una vez por semana. «En la misma paila hacemos el último producto que hemos elaborado, que es el arroz con leche”, denominado el postre del Bicentenario. Lo elaboraron transitoriamente para ese acontecimiento y tuvieron tanto éxito que decidieron incorporarlo como producto estable.
Esterilizadora
Olmedo Vergara adelantó en exclusiva a RE que una de las novedades que próximamente tendrá la planta de COTALI «será la incorporación de una máquina esterilizadora para la leche cruda”. Su incorporación permitirá obtener productos con mayor durabilidad (en leches hasta 30 días, según explicaron), lo que se espera que tenga además un efecto comercial importante: poder llegar al interior de la provincia con productos inalterables en su calidad. Según dijo el gerente-administrador, ya están avanzados los actos formales para llevar a cabo la licitación, a través del Ministerio de Producción.
COTALI, la empresa láctea que tantas veces ha sido presentada como el orgullo productivo catamarqueño, está retomando la senda del éxito. Obliga a sus competidores a hacer ofertas de precios para atenuar cierta caída de ventas. Y vuelve la mirada del consumidor local sobre sus apetecidos productos. Esos que tanto se añoraban. Esos que sacan ventaja de su localía, prescindiendo de conservantes que alteran el sabor, o envasando leche de menos durabilidad pero más rica en nutrientes.
El crecimiento, que la propia empresa visualiza como inminente, traerá aparejada una serie de cuestiones que se espera sean positivas para el conjunto, como el aumento de tamberos y la tecnificación de los procesos. Mientras tanto, la fortaleza sigue siendo la marca. Una marca de la tan vapuleada industria «Made in Catamarca”.
Textos: Carlos Gallo
Fotos: Ariel Pacheco
http://www.elancasti.com.ar/especiales/2016/10/28/cuando-fortaleza-marca-315436.html