Clausuraron una fábrica de quesos que carecía de habilitación

El Juzgado de Faltas decomisó más de 200 kilos de producto. En el lugar trabajaba un empleado que enfermó de leptospirosis.
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El juez de Faltas Fabián Silveti clausuró ayer un establecimiento rural dedicado a la fabricación de quesos saborizados y dispuso el decomiso de unos 250 kilos de producto.
“La planta quedó clausurada por falta de habilitación municipal, falta de libretas sanitarias de los trabajadores y ausencia de documentación respaldatoria de control de plagas” informó la Municipalidad de Cañuelas a través de un comunicado; agregando que “se aconseja a la población no consumir los productos” allí elaborados.
El procedimiento se realizó en las primeras horas de la mañana en un campo alquilado por Maximiliano Montenegro desde hace unos cuatro años. Está ubicado sobre el Camino Panelo, en la primera bocacalle que baja a la derecha luego del campo Willaldea.
Allí funcionan un tambo y una planta elaboradora de quesos saborizados que se comercializan con la marca “Cabaña Montenegro / Sabores del Campo”. Estos productos se venden en la Feria Rural de Cañuelas, en varias ferias populares del gran Buenos Aires y en almacenes naturales.
Los inspectores se encontraron con instalaciones precarias y con una total ausencia de documentación. En el lugar había dos cámaras con quesos ya elaborados; y varios tachos plásticos con hormas en proceso de maduración. En una habitación contigua a la sala elaboradora había ovejas desplazándose libremente. Dos empleados que estaban en el predio carecían de libreta sanitaria. Un tercero enfermó de presunta leptospirosis (ver nota aparte).
Tras recorrer la planta Silveti dispuso el decomiso de 240 quesos sin etiquetar de aproximadamente un kilo cada uno, los que fueron desnaturalizados (arrojados en un zanjón y rociados con gasoil).
Montenegro, que llegó en medio del procedimiento, intentó explicar que tenía el aval de una universidad nacional porque produce sin agroquímicos. “Pero no tiene habilitación”, le retrucó Silveti.
En el operativo participaron el subsecretario de Relevamiento y Control Urbano del municipio, Ricardo Da Fonseca, y miembros de Bromatología.
La intervención se realizó a raíz de la difusión de un caso de leptospirosis atendido en el Hospital Regional (ver nota en página siguiente). Si bien el centro de salud no realizó ninguna alerta sanitaria, como indicaría el protocolo, al trascender la noticia el subsecretario Da Fonseca se abocó a la búsqueda de la fábrica, ya que no había registros de su existencia. Tras cuatro días de sondeos se dio con la planta ubicada en una fracción de difícil acceso.
Hace cuatro meses los responsables de una feria de artesanos de Merlo se comunicaron con el municipio para tratar de localizar a los responsables de la firma Montenegro debido a un inconveniente surgido en esa localidad. Dijeron que de acuerdo a la información expuesta en la etiqueta, la fábrica se encontraba en la Ruta 3 Km. 72 y que el registro de producción pertenecía a la provincia de Córdoba. Un inspector municipal se dirigió hasta esa altura de la ruta, pero no encontró nada.
AUSENCIA DE CONTROLES
Los quesos de Cabaña Montenegro se comercializan actualmente en la Feria Rural de Cañuelas y si bien esta pyme no fabrica dulce de leche, en 2015, en su primera presentación, ganó el segundo premio en la Fiesta del Dulce de Leche de nuestra ciudad, en la categoría dulce familiar.
La clausura de esta fábrica clandestina abre un enorme signo de pregunta respecto a los controles que reciben los productos alimenticios que se comercializan en ferias y otros espacios informales.
Ante una consulta de El Ciudadano, el secretario de Producción, Empleo y Asuntos Agrarios, Juan Angel Cruz, dijo que “Todos los establecimientos elaboradores de quesos o embutidos que venden sus productos en ferias de Cañuelas deberían estar habilitados. No puedo asegurar que lo estén. Esa es una tarea que le compete al área de Control Urbano”.
El funcionario no tuvo respuesta cuando El Ciudadano le recordó que desde hace varios años no existe un profesional técnico a cargo del área de Bromatología (los últimos fueron los veterinarios Fernández y Festante).
Cruz criticó, eso sí, la ausencia de un alerta sanitario por parte del Hospital Regional. “Tratándose de un hospital de esa importancia, los médicos saben que el hantavirus o la leptospirosis son enfermedades de denuncia obligatoria. Yo soy veterinario y sé que ante una sospecha de aftosa, por ejemplo, de inmediato tengo que parar todo movimiento de ese campo sospechado y de los campos vecinos, estableciendo un anillo de vigilancia. En este caso nadie nos avisó que había un caso probable o confirmado de leptospirosis”.
El Ciudadano también realizó una consulta en el Ministerio de Agroindustria, donde dijeron que a priori no hay registro de ningún establecimiento elaborador bajo el nombre Cabaña Montenegro, aunque prometieron revisar la base de datos e informar la semana que viene si existe bajo otra denominación.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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