Estas nuevas descargas hídricas afectaron aún más toda esta región impidiendo en muchos casos la posibilidad de acceder a los establecimientos y complicando además las perspectivas productivas a futuro.
En el caso de la cuenca oeste, desde CAPROLECOBA ya se venía advirtiendo sobre la imperiosa necesidad de una planificación ordenada y coordinada en cuanto a infraestructura hídrica entre las entidades competentes tanto nacionales como provinciales y municipales. Entre los reclamos se destaca la necesidad fundamental de una acción concreta, y eficaz en el corto y largo plazo en materia de caminos rurales y accesos. Un país con una matriz productiva como la nuestra donde vastas e importantes regiones se desarrollan de la mano de la agroindustria, no puede dejar librado a las inclemencias del tiempo, la posibilidad de movilizar la producción, los insumos, los alimentos, y lo más importante, su gente.
El tambo además de ser una actividad intensiva donde la producción diaria depende de los accesos a los establecimientos; es una actividad que genera desarrollo local, trabajo y arraigo familiar, las escuelas, los pueblos y todas las zonas urbanas y periurbanas se enriquecen de la mano de esta actividad. Más allá de las crisis que provocan los distintos indicadores, las fluctuaciones de mercado y las condiciones meteorológicas; se necesitan de manera urgente soluciones que sí están al alcance de la mano y que requieren de una decisión política concreta: caminos transitables. Sin caminos, no hay tambos.
Mapa: lanacion.com.ar
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