Bertoia le responde a Atilra y pide explicaciones sobre puntos oscuros de la gestión de Ponce

El ex auditor de Ospil difundió una Carta a los afiliados donde se defiende de los ataques que sufrió de parte de directivos del gremio lechero, a quienes pide aclaraciones sobre nuevos puntos oscuros de la gestión de Héctor Ponce.
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El doctor Mario Bertoia se tomó unos días para responder los ataques que lo tuvieron como principal destinatario en la rueda de prensa que convocó Atilra y a la cual Héctor Ponce no asistió. El ex auditor de Ospil que hizo pública una auditoría de resultados preocupantes que realizó en la clínica gremial de nuestra ciudad, creyó prudente esperar a que se efectivice el salvataje financiero que necesita SanCor para poder evitar la quiebra y encarar una reestructuración impostergable. Ahora está dispuesto a aclarar varios de los puntos abordados durante la rueda de prensa desarrollada en el CET mediante una Carta a los afiliados que se reproduce de manera íntegra y textual en esta misma nota y que llama la atención sobre otras cuestiones polémicas como un contrato que el gremio tiene con la denominada Farmacia de la gente; las presuntas diferencias existentes entre las cápitas que paga la obra social y la cantidad real de pacientes; la evolución patrimonial de los directivos del sindicato y de sus allegados; cantidad de vuelos privados contratados, sus costos y destinos; las transferencias de fondos a la Fundación Atilra y el destino que se dieron a dichos recursos y valor por el cual el gremio compró un terreno a la hija del secretario general. Además, el doctor Bertoia reclama una auditoría “de la clínica 10 de Setiembre que incluya: insumos, convenios, honorarios médicos, etc. y su correspondiente reembolso a la sede central, porque son todos detalles que no trascienden y sin embargo son esenciales para el buen funcionamiento institucional”.
Carta a los afiliados
“Ante la versión totalmente distorsionada de los hechos que dieran a conocer tanto Héctor Ponce en su entrevista televisiva, en Canal 4 de Sunchales, como Alberto Coronel, Marcelo Soldano y Domingo Posetto en la conferencia de prensa convocada, donde se tergiversan y transforman las versiones para explicar lo inexplicable y tratar de lograr desprestigiar mi buen nombre es que me veo en la obligación de aclarar algunos puntos para todas aquellas personas de bien a las que les interese conocer la verdad.
Los avatares sufridos en los últimos tiempos me llevaron a decidir acogerme a la jubilación por lo que solicité la regularización de los aportes de aproximadamente el 40% de mis haberes, que cobraba en negro al igual que el resto de los Directivos y personal jerárquico de la Institución, para que mi haber jubilatorio sea el que me corresponde. A los pocos días recibí el telegrama de despido por “pérdida de confianza”. Se me despidió estando con LICENCIA POR ENFERMEDAD y FALTANDO POCO TIEMPO PARA JUBILARME. Estas decisiones apresuradas seguramente no hubieran sido tomadas si los directivos que la resolvieron tuviesen que responder a todos estos atropellos con sus propios ingresos y ganancias y no con los fondos de la institución que dirigen y administran.
Las famosas dos facturas que motivaron el despido por pérdida de confianza en realidad existen, lo cual nunca he negado, pero la verdad de los hechos no son como los dio a conocer Coronel en la teatral y maliciosa presentación de la conferencia de prensa plagada de subjetividades que efectuó.
Se trató de dos simples facturas que pedí prestadas, a mi inestimable colega y amigo de muchísimos años, ante un impedimento momentáneo para poder cobrar mi trabajo en tiempo y forma por haber extraviado mi talonario de facturas. Así de sencillo fue lo que ocurrió.
No es verdad que salteé auditoría alguna ya que jamás efectué mi propia auditoría. Las cirugías fueron efectuadas. Los importes fueron módicos y los habituales para ese tipo de cirugías. El modo en que se presentaron esas facturas fue exactamente el mismo que todas mis demás facturas ya que no tuve jamás injerencia en los controles administrativos. El cobro por ventanilla del banco también fue lo habitual. Lo único diferente es que, ante el imprevisto, previo a presentar estas facturas que no estaban a mi nombre, le había solicitado autorización a Ponce y al entonces Gerente General.
De un simple hecho, para dar por cumplida una formalidad administrativa, con el que no se perjudicó de manera alguna los intereses de la institución, no se engañó ni estafó a nadie, lograron difundirlo como un hecho delictivo que jamás existió.
Nunca se me pidió explicación alguna de esas facturas. Directamente se me prejuzgo como delincuente a pesar de los 35 años de intachable gestión.
El mismo modus operandi ocurrió un tiempo antes con el caso del presunto acoso. Cuando llegó la carta con la acusación de acoso me hicieron llegar una copia y me dijeron que tenía que responder. Efectué un escrito donde narro hechos de convivencia normal con esa empleada tratando de dejar en claro que no existía nada raro en nuestra relación. Hasta el día de hoy no pude saber en qué circunstancia, en qué fecha o en qué lugar se sintió acosada por mí esa persona. Jamás me dieron explicación alguna ni posibilidad de defenderme de tan aberrantes acusaciones y todas las decisiones que tomaron al respecto fueron direccionadas a prejuzgarme como culpable.
Ponce lo dejó bien en claro en la parcial entrevista televisiva cuando, en medio de su “discurso”, admitió que me separaron del cargo por este motivo y “el bien de la Institución”. Con un acting burdo omitió intencionalmente mencionar que en esa carta no solo está acusado Bertoia sino que se acusó a otras personas tales como al Sr. Rubén Otero y a otro personal con categoría jerárquica. Solo explicó con mucho énfasis lo bien que procedieron al separar del cargo a Bertoia sospechado de acosador y omitió mencionar que premiaron al otro acusado con un ascenso a Gerente General y ni siquiera se molestaron en averiguar quiénes eran los “otros miembros de personal jerárquico” también acusados en la misma carta con lo que siguiendo su misma línea de pensamiento es lógico deducir que el lugar no quedó saneado ni resguardado con el apartamiento de Bertoia porque los demás acusados siguieron trabajando en el mismo sitio.
A pesar de las endebles explicaciones dadas, sigo sosteniendo que fue muy irresponsable por parte de Ponce nombrar a su hija al frente de la clínica 10 de Setiembre, sin experiencias previas en administración sanatorial, y también muy irresponsable por parte de la hija de aceptar un cargo para el que no estaba preparada pues de esa inexperiencia surgen todo tipo de problemas: de prestaciones, de contratos, de relaciones humanas, etc. estando de por medio la salud de las personas y se generan altos costos por la inadecuada gestión. Si bien no se me permitió auditar en esa clínica no tengo por qué ser cómplice de los desmanejos que pude observar.
Ignoro la razón por la cual Domingo Posetto manifestó desconocer el informe de las prótesis cuando dicho informe fue tratado en el Consejo de Administración del cual él forma parte.
También ignoro de dónde extrajo la información científica el Dr. Soldano por la cual dio a entender que las prótesis se colocan en forma transitoria.
Con respecto al artículo escrito por mí, hace muchos años, en la revista gremial, lejos de avergonzarme me enorgullece porque demuestra lo fiel y comprometido que fui no sólo con Ponce sino con OSPIL y ATILRA. En aquel entonces dije la verdad y ahora también lo hago. Reconozco que me dio mucha nostalgia recordar ese tiempo en que “el chivo no patinaba”. Hoy cuando lo veo tan inseguro titubear en sus imaginativos discursos, errar sistemáticamente con desacertadas decisiones, de todo tipo, me suelo preguntar qué lo hace patinar tanto.
De esa conferencia de prensa también me llamó la atención que dieran a conocer parte de mi vida privada exponiendo listado de juicios a mi nombre. Aunque desconozco el listado, presentado allí, quería expresar que desde mi adolescencia hubo que litigar en una importante herencia de sucesorio familiar numeroso e intrincado. También he iniciado litigios para defender intereses de OSPIL y seguramente alguno más ya que toda vez que se avasallan los derechos lo que corresponde es que se expida la Justicia en una sociedad culta y civilizada. No está en mi idiosincrasia la violencia por lo que mal podría contratar patovicas o matones a sueldo para solucionar diferencias.
El hecho de que hayan investigado minuciosamente tanto en mi vida profesional como privada y que sólo hayan podido reprocharme dos inocentes facturas prestadas, por prestaciones efectivamente realizadas, me enorgullece de sobremanera y muestra contundentemente lo que sostengo que soy como profesional y como persona.
Si es que fuera verdad que se preocupan por la transparencia, quienes juzgan con tanta liviandad y avalan estos atropellos a mi persona, estaría bueno que se dedicaran a poner énfasis en temas mucho más relevantes para el bien institucional y que implican altísimos costos como son: contrato con “Farmacia de la gente”( año 2003: fecha de inicio de la empresa y del contrato) por qué cantidad de pacientes se paga la cápita y cuántos pacientes hay realmente en los padrones, evolución patrimonial de Directivos y allegados, cantidad de aviones privados contratados, su costo y destino al que fueron esos aviones, transferencias realizadas a la Fundación y destino de esos fondos, precio de compra y de venta del terreno de la hija de Ponce a ATILRA, auditoría de la clínica 10 de Setiembre que incluya: insumos, convenios, honorarios médicos, etc. y su correspondiente reembolso a la sede central, etc, etc, etc. porque son todos detalles que no trascienden y sin embargo son esenciales para el buen funcionamiento institucional. Si después de ese exhaustivo examen todo es tan transparente como mi gestión quizás admita dar alguna explicación más, a quien me la pida, mientras eso no suceda se dilucidarán los temas a nivel judicial ya que no tengo nada que ocultar.
Lamentando en esta instancia de mi vida tener que realizar este descargo público provocado por el descarado accionar de los dirigentes, sin perder de vista el caos institucional que se está viviendo en el querido gremio y obra social, advirtiendo que se trata el tema “Bertoia”, como trascendente, para desviar la atención frente a los verdaderos problemas, enlodándose mi buen nombre sin pruritos para ocultar otros problemas centrales, espero que cesen en las lesivas conductas con las que se me ha tratado y se ponga énfasis en el salvataje de las instituciones que administran que son el puntal de defensa de los derechos y salud de los afiliados”.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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