La MNPL puso la lupa sobre la descoordinación entre Agricultura y Comercio Interior.
–Le estuve echando un vistazo, compañero don Productivo, al documento que la Mesa Nacional de Productores Lecheros (para los que no conocen el paño, donde están las entidades no “alineadas” con el Gobierno nacional), puesto a consideración hace unas semanas del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, don Gabriel Delgado.
–Justo esta semana, camarada don Tecno, cuando se conoció al menos una buena nueva para la industria exportadora, de que China volvió a “listar” a una amplia nómina de plantas del país, con posibilidades de enviar sus productos al gigante asiático.
–Los muchachos de la MNPL titularon el documento “Lineamientos para una lechería en crecimiento”, mientras en la nota de acompañamiento le recuerdan al funcionario que desde abril de 2011 han venido presentando propuestas ante el ministerio agropecuario, sin haber recibido respuesta alguna sobre ellas.
–Mientras yo me encargo de los amargos, permítase hacer una síntesis del trabajo.
–Uno de los puntos que se abordan tiene que ver con la superposición de incumbencias y la ausencia de atributos para la definición de políticas en áreas específicas del sector público. Se observa que en el ámbito del Estado nacional se han dividido las potestades y ámbitos de incumbencia en diferentes áreas de gobierno, lo que lleva a la presencia de una fuerte descoordinación y conflictos de intereses, que convierten al sector en víctima de esta situación.
–¿Y dan algún ejemplo al respecto?
–Así es. Se menciona con preocupación cómo las manifestaciones en pos de mayor producción y exportaciones por parte del Ministro de Agricultura son desmentidas pocos días después en los hechos con el anuncio de nuevas restricciones al comercio exterior de lácteos implementadas por la Secretaría de Comercio Interior.
–Un clásico en tiempos del tío Guillermo Moreno…
–A propósito del frente externo, también se subraya la situación de desventaja de Argentina en mercados demandantes de lácteos frente a nuestros principales competidores por ausencia de una política clara de inserción internacional y la falta de acuerdos comerciales con acceso equivalente.
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