Era un jueves por la tarde que un gerente de Verónica, en tono burlón les comunicó a un grupo de tamberos la baja abrupta en las liquidaciones por la leche entregada durante junio. Eso desató que como autoconvocados se instalen frente a la industria en esa localidad de Sucesores de Alfredo Williner, que la decisión se contagie a otra planta y así comenzó el maremágnum lechero de 2012.
Un año que había empezado previendo estos descensos de precios allá por febrero, con una protesta muy visible en Rafaela en marzo con la presencia de la Comisión de Enlace por completo en la ciudad, llegaba a promediarse con una crisis que iba a ir más allá de lo esperado.
La sorpresa no fue sólo para los industriales, sino que también se les presentó la alternativa crítica a los tamberos K. Las entidades ligadas al Gobierno Nacional tuvieron que hacer frente de manera repentina a esta necesidad de reclamo de los tamberos. Una reunión informal en un bar de Suardi dio lugar a que los dirigentes decidieran apoyar a estos dos piquetes, ya avalados por la Mesa Nacional de Productores de Leche, desde el inicio.
Pasaron las horas y la decisión se propagó por la región. A la mañana siguiente en Bella Italia, ya un grupo nutrido de productores se había instalado frente a la planta de Williner sobre la Ruta 70.
“Los productores salieron y no van a dar vuelta atrás hasta que no haya una solución. Nosotros pensamos exactamente lo mismo, vamos, un poco, por todo. Las condiciones del mercado están para sostener y aumentar los precios de la materia prima, nosotros ya lo hemos expresado varias veces”, aseguró en su momento el presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, en su primer intento por plegarse a la causa que siempre habían impulsado las 13 entidades críticas del Gobierno.
A dos días del inicio del conflicto, el Centro de la Industria Lechera definió a través de un comunicado “las empresas asociadas, a pesar de sus resultados comerciales negativos, han decidido reiterar para el mes de junio los mismos precios abonados por la materia prima en el mes de mayo próximo pasado”.
A todo esto, Williner avanzaba con la advertencia de un reclamo judicial por los perjuicios generados a la empresa, enfocándose en los dirigentes más visibles, situación que no terminó de prosperar, tal como el juego perverso del Subsecretario de Lechería de la Nación, que en medio del conflicto trató de lanzar un supuesto renunciamiento al cargo, demostrando la falta de compromiso con la causa que lo tiene en el Ejecutivo nacional hace más de tres años, lugar desde el cual no consiguió mejora alguna para el sector.
Era sábado 7 de julio por la tarde y en la Sociedad Rural de Rafaela, autoconvocados de Suardi, los locales, Federación Agraria Argentina y demás entidades definieron a través de un comunicado la formalización de la suspensión de los bloqueos a la espera de la convocatoria gubernamental. Recordando el incumplimiento de la suba del siete por ciento dispuesta por Guillermo Moreno en marzo, el mismo funcionario que ejerció sus presiones para que las empresas volvieran atrás con la decisión de baja que desató en Suardi todo el conflicto que superó las 48 horas, los tamberos remarcaron que “en función de las negociaciones mantenidas durante las horas del conflicto y como consecuencia de los comunicados del Centro de Industria Lechera y de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche, donde manifiestan el sostenimiento de los precios que fueron pagados en el mes de mayo, las entidades se ponen a disposición de la convocatoria del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de La Nación, para definir e implementar en un plazo de siete días la recomposición del precio de la leche cruda a partir del mes de julio, y un plazo de 30 días para los temas estructurales oportunamente planteados que originaron esta protesta”.
Fue así que el 13 de julio, Haroldo Lebed, secretario de Coordinación Político Institucional y Emergencia Agropecuaria recibió a todas las entidades que plantearon en conjunto la recomposición del precio de la materia prima de julio, a partir de las liquidaciones que se entreguen en agosto, como primer escalón de la leche cruda a partir del mes de julio. Además, se propuso que la Nación genere un subsidio, un aporte no reintegrable por 30 centavos por litro para los primeros tres mil, mientras se normalice la situación estructural, incluso hasta que se pueda llegar a generar una ley como marco donde se pueda prever la regulación de los precios, entre otros aspectos.
En tanto, se sugirió el pedido de una línea de créditos sustentado en el equivalente a un mes de producción de leche, con seis meses de gracia para una devolución con plazo a convenir, e intereses que no superen un dígito. Se instó en el encuentro a agilizar la implementación, así como la atención especial a productores que proveen a PyMEs lácteas.
A pesar de tener firmada un acta/documento en el que consta que en un plazo de diez días se dará la reunión entre la producción, el estado y la industria para definir la situación financiera posible, nada garantizaba efectividad; y así fue.
Lebed, no aseguró ninguna decisión, pero ordenó al Subsecretario trabajar de inmediato en los parámetros de coyuntura, para que tanto la producción como la industria pueda evaluarlos y en base a eso trabajar para recomponer la situación interna, así como las formas de accionar ante la demanda y fluctuación internacional.
El compromiso de responder en diez días no se dio, por lo tanto, el 24 de julio hubo una asamblea en el tradicional espacio del Club Juventud Moderna de Nuevo Torino. Allí en un debate nutrido, pero con la clara idea de unidad y convicción en el reclamo, se llamó a generar un nuevo plazo para el regreso de las medidas de fuerza, el 2 de agosto. Se dio un encuentro entre representantes de productores e industrias por separado con el Gobierno y en la continuidad de la extensión de plazos, nuevamente en la SRR los mismos tamberos definieron iniciar el 6 de agosto nuevos bloqueos en toda la región.
LA DECISION MAS COMPLEJA
Un lunes lluvioso, que venía a cortar la temporada seca; y frío, fueron 23 las plantas bloqueadas en Rafaela, Suardi, Franck, Esperanza, San Guillermo, Freyre, Sunchales, Villa María, e incluso con una vigilia en Trenque Lauquen, Buenos Aires.
Hubo una oferta de negociación en Santa Fe, convocada por el Ministerio de la Producción, al que no asistió la industria, generó un motivo más para fortalecer los bloqueos en Córdoba y nuestra provincia. Comenzaron a haber planteos, por ejemplo de algunos productores pertenecientes a SanCor en Sunchales intentaron hacer entrar a la planta a un camión, lo cual no se consiguió.
La Justicia comenzaba a ejercer presión, sobre todo en la vecina provincia y lo que no se podía evitar era el derrame de leche que superó en toda la región los miles de litros en cuatro días de doloroso desecho.
Se convirtieron en el botín de negociación entre tamberos e industrias, ante la negativa de Jorge Videla de intervenir y cumplir con su función, los 400 mil litros que frente a Saputo de Rafaela esperaban la definición de la crisis. Llegó a la calle Mainardi la fiscal Liliana Cattaneo de Serruya, para componer entre las partes, situación que se apaciguó en el momento y se trasladó a una reunión en Rosario que quedará en la historia sectorial como la noche de la traición más clara y evidente de los dirigentes tan ligados al Gobierno.
Fue cerca de las tres de la mañana del 10 de agosto que en la sede rosarina del Ministerio de la Producción y con 26 plantas bloqueadas, la Mesa Nacional de Productores de Leche llevó a sus referentes locales, Fernando Calcha, Gustavo Vionnet, Daniel Oggero y Gustavo Colombero, mientras que los reconfirmados “tamberos K” se sentaban ante el Centro de la Industria Lechera, la JIPL, Apymel; y el Subsecretario de Lechería de la Nación, con Oscar Poi, Darío Dell´Erba y Marcelo Aimaro por la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe; y por la Cámara de Productores de Leche de Santa Fe, Pablo D´Angelo, Alejandro Leveratto; y Diego Manavella.
Hubo presión y mal modo para que los titulares de la MNPL dejen el ámbito. Allí la oferta inicial industrial fue la del mantenimiento de precios hasta fin de año, hubo negativa santafesina y se pidió al Estado se entreguen “a cuenta” 15 centavos más por litro, que al momento de conocerse los resultados del análisis de rentabilidad que encabezó el Ministerio de Economía de la Nación y la AFIP, se devolverían o sumarían para los productores, lo cual no se cumplió de manera doble, porque jamás se conoció en 2012 esa resultante de estudio, ni la ayuda.
Hubo cuarto intermedio y al regreso la negativa hizo que el clima se enrareciera y fue allí que Pablo D´Angelo de Caprolec se comprometió a firmar el mantenimiento de precios. Pero la mayor sorpresa fue que al momento de terminar el encuentro, Oscar Poi tuvo la misma postura. La firma selló el destino inmediato de los tamberos.
Se terminaron los piquetes y se reveló la realidad. Aquella mañana de viernes en la SRR hubo una convocatoria urgente, allí Vionnet, Calcha, Oggero, Colombero e incluso Carlos Baravalle, director del Distrito II de FAA, que estuvo coordinando bloqueos en Córdoba relataron todo y añadieron sensaciones.
“Estábamos pidiendo perder menos”, dijo el titular de la Sociedad Rural de Las Colonias, que reconoció sentir “vergüenza por lo que había pasado, mientras ustedes (por los tamberos) nos pedían unión”. Pero en este retroceso quedaron al descubierto las funciones e intenciones de cada uno, siendo la primera vez que en persona se determina un acuerdo de partes traicionando la voluntad tambera.
Colombero reconoció la gestión de quienes estuvieron en la reunión de Rosario, surgió un aplauso entre los 150 tamberos presentes y a pesar de haber quedado “con las manos vacías”, como sostuvo Oggero, “tenemos la tranquilidad de haber defendido la postura de los piquetes”, asemejándose a las palabras de Baravalle que se mezclaron con lágrimas de indignación, al igual que sucedió con muchos de esos hombres que pasaron cuatro días y noches pidiendo por una mejora.
EL ACTA DEL INCUMPLIMIENTO
El acta que se formalizaría el próximo martes ante Norberto Yauhar, expresaba que “los representantes de la Producción acuerdan el mantenimiento de los precios de los sólidos pagados en mayo de 2012, hasta fin de año, expresados como precio mínimo, por parte de las empresas que se encuentren en condiciones de hacerlo y las restantes, en la medida que se les facilite la gestión financiera por parte de los estados Provinciales y Nacionales”. “Se asume el compromiso por parte del Estado Nacional de gestionar los recursos necesarios que se darán como anticipo a la producción. Luego de finalizado el estudio de la competitividad de la cadena láctea, los mismos quedarán como aportes no reintegrables a la producción”. «Se compromete en el menor plazo posible de tiempo, el cual no debe exceder los 60 días para dar por finalizado dicho estudio. Las partes se comprometen a la implementación del desdoblamiento de volumen y precio del mercado interno y externo, en el marco de las normativas internacionales y la inserción comercial argentina en el mundo”.
Con el levantamiento de bloqueos “el sector industrial se compromete a no realizar ninguna represalia comercial y a retirar toda denuncia a aquellos productores asociados que han participado de este conflicto, sin que esto genere un precedente a futuro”.
Desde ese momento, no hubo avances ni de mejoras en el mercado ni de precios, simplemente se tradujo en acciones concretas las intenciones de cada sector. La Mesa Nacional sigue reclamando, contando días, pidiendo soluciones, mientras los tamberos K volvieron a su espacio natural de pedir en voz baja y no lograr nada; y así el Subsecretario de Lechería pudo mantenerse en el cargo con el levantamiento de la medida de fuerza que generó el desecho de miles de litros, el dolor en el espíritu tambero que se vio en las lágrimas de muchos hombres, mientras que el estudio de competitividad se desconoce, que los rumores de una infértil Ley de Lechería siguen vigentes y la falta de crecimiento sectorial sigue atacando a la producción e industrialización nacional.
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