Presupuestado el reemplazo de cableado y 150 postes en el noreste del Departamento Castellanos en diez millones de pesos, los productores serían quienes paguen las mejoras, ya que EPE les expresó que no dispone del monto.Habían pasado las tormentas de diciembre, pero con casi todo el mes de febrero transcurrido, los tamberos de la zona de Ataliva seguían sin servicio eléctrico. Con la puesta en riesgo de la producción, e incluso de la estructura de trabajo de cada explotación, LA OPINION publicaba en ese momento la preocupación de un sector que iba más allá de la línea rural de electrificación, que justamente hacía tres décadas habían pagado los mismos productores para salir del relegamiento de un servicio esencial.
En 1983 había empezado a funcionar el Consorcio Eléctrico Rural, a través del cual los tamberos en el año 1985 accedieron por sus propios aportes económicos al servicio que atendía a cien tambos en la región del noreste del Departamento Castellanos. Ligado al tendido de la Empresa Provincial de la Energía, se dispuso un local como eje de esta línea, que de tres empleados y movilidad, pasó a estos días tener uno sólo y sin herramientas ni móvil a disposición.
Esta situación fue atendida luego de la publicación del artículo de fines de febrero, al que se le sumó uno posterior en el comienzo de marzo, cuando visitara la ciudad el titular de la EPE, Daniel Cantalejo, que advertía, “estamos charlando, no solamente con los tamberos, sino con los productores rurales. Hay un déficit normativo en todo lo que es la política de electrificación rural, a través de la Ley 6604, que es muy antigua, porque los niveles de inversión que necesita el sector rural no están realmente contemplados”.
Eso es cierto, no hay contemplación sobre la inversión, pero tampoco fondos. Hoy por hoy la línea eléctrica está “emparchada”, no fue repuesto ningún cable, ni ningún poste. Sin embargo, la EPE hizo un relevamiento de la situación, que no tiene plazo de solución.
Son 150 postes los que hay que reemplazar, además de renovar por completo el cableado. Para esto, la empresa del Estado provincial no dispone de fondos y es por eso que luego de algunas reuniones con 54 tamberos del este de Ataliva, el oeste de Galisteo y el sur de Humberto Primo, se planteó la necesidad de hacer el aporte de diez millones de pesos, de manera casi completa por parte de los privados que no dejan de pagar cada factura de EPE. Se habla de algún aporte menor del costo presupuestado, e incluso de alguna alternativa de compensación a través de la bonificación en los consumos a lo largo del tiempo.
Ciertamente la EPE no puede hacer caja para el mantenimiento a pesar de los sucesivos aumentos de los últimos años, sin embargo, en la necesidad de contar con el servicio eléctrico, los productores tamberos están dispuestos a hacer aportes extraordinarios, pero por lógica no pueden cubrir la totalidad del monto, ni siquiera la mitad de la cifra, siendo una responsabilidad de la provincia afrontar esto.
Consultando a algunos productores, si bien se cuenta con un servicio endeble, se celebra que las tormentas intensas del verano ya hayan pasado, para dar tiempo a iniciar los trabajos necesarios para llegar al verano de 2014 de una mejor manera, complementando la efectivización entre privados y la empresa pública. Sin embargo, en la próxima visita de Cantalejo a la ciudad, de acuerdo a aquel compromiso de marzo, para seguir avanzando en la ciudad de Rafaela en las obras necesarias que la Municipalidad tampoco deja de reclamar, se entiende que alguna novedad traiga a la zona rural de influencia para la Sucursal local de EPE, que cubre una importante región afectada por el deterioro de la infraestructura.
Por Elida Thiery (redacción LA OPINION) –