Para muchos ha quedado en el olvido, por el avance de la tecnología, por los beneficios que acarrea la modernidad, sin embargo, muchos lo conservarán en el campo para ocasiones como estas.
Ese pequeño banquito que servía a los ancestros para poder ordeñar, puede ser utilizado ahora para sentarse a esperar la llegada de los anuncios oficiales que ya llevan varios días de demora. Lo malo es que parece que se van a demorar mucho en llegar y ahí la incomodidad del asiento va a ser ampliamente superada por el malhumor creciente de los últimos siete u ocho años, como mínimo.
Está claro que los tamberos están cansados. Producir y nunca tener ganancias, llegar con lo justo, resignar terreno de tambo ante la agricultura para poder compensar la economía, las desventajas de liquidación ante la industria, conocer las trabas a las exportaciones que hacen desaprovechar buenos precios internacionales, volantazos políticos que dejan en la banquina a las posibilidades de crecimiento, el paso de los oportunistas, son algunos de los tantos aspectos que convulsionan los ánimos.
De la asamblea en Rafaela se pasó a la de Sunchales, donde todo lo dicho por el Subsecretario de Lechería fue negado una semana después en el Ministerio de Economía. Empezando por la negativa de los trascendidos sobre las presiones a la industria para instalar en no más de tres pesos el pago por litro de leche, fue el propio Augusto Costa, secretario de Comercio Interior, quien no negara el hecho y derivara la responsabilidad a una decisión de Gobierno.
Pero a esto se añadieron intenciones de ampliar el diálogo, las ayudas. En fin, de intentar dar señales de mejoras para el sector que nunca llegan a concretarse.
Axel Kicillof había anunciado en su breve paso por la reunión con los referentes tamberos y políticos de nuestra región que sería este lunes o martes, ya transcurridos, cuando el Gobierno Nacional amplíe las ayudas a través de créditos para todo el sector productivo. Siendo jueves, estamos en condiciones de confirmar que fácticamente, se deberá aguardar bastante para que esto pueda ser una realidad. Mientras tanto, los tamberos bancarizados que estén dispuestos a acceder a un auxilio económico a través de la oferta provincial, continuarán percibiendo sólo el ocho por ciento de tasa subsidiada, porque aún no se instrumenta el cinco por ciento prometido por la Nación. Es más, todavía las líneas prometidas desde el Banco Nación son sólo una idea.
Un tema más sencillo sería aparentar interés, más aún si los funcionarios lo único que quieren es llegar a delinear nuevamente una Ley de Lechería; y dar la fecha de encuentro en lo que el Gobierno pretende como una “Mesa de diálogo lechero”, para seguir estirando plazos para que los tamberos den detalles de su situación, una vez más, agravada justamente por la falta de políticas certeras. Ese plazo de diez días, para fijar fecha y lugar de encuentro, que se había pedido que sea en el interior del país por la lógica del transporte de los supuestos asistentes productores, se está cumpliendo en estas horas, porque se había dicho que en diez días, desde el lunes 14, se anunciaría.
Entonces, si en cuestiones simples no se llegan a concreciones, mucho menos se puede aguardar de temas estructurales como la tantas veces prometida liquidación única, ahora postergada para el mes de diciembre y de manera gradual.
En estas condiciones, teniendo en cuenta la negativa historia reciente, sólo restaría recomendar cambiar el banquito por una cómoda reposera de madera y lona, la que también tenían los nonos en el campo, sin pretender un sofá con más tecnología y costo, por razones lógicas.
Por Elida Thiery
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