Fue el 1 de octubre de 2012 que un grupo de productores, representando a entidades tamberas presentó en el Ministerio de la Producción de la Provincia los lineamientos generales del que fuera conocido como el Plan Lechero Santafesino.
Hubo reuniones explicativas, fueron varias en las que hubo que comenzar de cero por la rotación de los asistentes en representación de la administración pública, se llegó a generar un encuentro con inversores oriundos de China para lo que se intentaba desarrollar como una planta de leche en polvo, en la que haya participación de productores y a partir de esto se regulen los precios y la oferta.
Eso pasó hace más de diez meses y nunca hubo avances.
El Plan Lechero pretendía reglamentar el Decreto Binner, con lo cual se registre a los tambos e industrias de la Provincia, se exija el adelanto de cifras a pagar por la industria sobre la composición de materia prima, con bonificaciones por sobre los estándares promedio de la leche, iniciar la posibilidad de arbitrar análisis imparciales de las muestras, formalizar las transacciones a través de contratos, promover la producción de leches funcionales para diversificar y ampliar mercados, generar una Secretaría de Lechería en el ámbito del Ministerio.
De todo esto, al momento el único avance se da en la Bolsa de Comercio de Santa Fe y no por injerencia gubernamental, con la incipiente firma de los primeros contratos que le dan legalidad a la transacción de la materia prima.
Es por esto que ayer el Gobernador se manifestó contrariado por esta situación, porque él en su discurso dijo que estaba todo activado, manifestando “ajustamos el Decreto 1.532 que nos permite llegar a un precio de referencia standard que permite ser tomado en cuenta en la comercialización entre las partes. Yo tomo acá Presidente (hablándole a Calcha) para que realmente esto se haga efectivo por parte de la gran industria láctea en la Provincia. Habilitamos un registro de operadores lácteos que compran materia prima y que puede ser consultado en la web provincial. Impulsamos la diferenciación de productos lácteos que permite a las PyMEs agregar valor y obtener mayor rentabilidad a través de la mejoría en la calidad de la leche. Promovemos reglas claras de juego entre industria y producción a través de la formalización contractual entre partes, para eso contamos con el arbitraje de instituciones provinciales como la Bolsa de Comercio de Rosario”.
Pero lo cierto es que hacia adentro en el Ministerio nada se ha hecho, todo lo manifestado es el proyecto, no la realidad. El mayor problema es que lo que le venían informando era otro grado de avance y a eso se debieron los gestos y respuestas tensas durante la recorrida de la ExpoRural.
Un malhumorado Ministro aseguraba que por estar acompañando a Bonfatti y a las autoridades no podía dar detalles. Sin embargo en el portón de la Rural, Fascendini mencionó que las últimas publicaciones faltan a la verdad, aludiendo a que en la página web de la Provincia está todo el material actualizado, pero nada de eso se lee en el apartado de su cartera. Lo único que se publica son promedios generales de calidad y precios que paga la industria, pero faltan los parámetros regulados que se piden en el Plan, por ejemplo.
Carlos Fascendini se resguardó en el cobijo del discurso de Francisco Mayoraz, quien sostuvo que la Provincia trabaja sobre el Plan, pero no afirmó que ya hay resultados de eso, lo cual se corrobora con el comunicado de Carsfe que hace algunas horas se emitió pidiendo reacción sobre el tema.
Tal como lo publicáramos el sábado, mañana en la ciudad de Córdoba las entidades tamberas del centro del país presentarán al gobierno mediterráneo el proyecto, donde ya hay buena recepción de la idea. El gobernador Bonfatti no considera que “nadie robe nada” en este sentido de ideas y Fascendini remarca que él es santafesino y no se preocupa por lo que haga Córboba, pero así con diez meses de demora y la promesa de una reunión en la capital santafesina para el 29 de este mes, el Plan se aleja de este territorio, se diluye en el tiempo de las promesas y surca rutas de más firmeza hacia el oeste.
Por Elida Thiery (redacción La Opinión) –