Soportan otra reducción en el precio por litro por parte de la industria.
Una mezcla de bronca e impotencia sienten hoy los productores tamberos ante una crisis con forma de espada que los pone contra la pared, muchos en una situación límite, otros irreversible. «Se intentó forzar un acuerdo hace tres meses con los bloqueos a las industrias de la región. Se logró la intervención del Gobierno nacional en un conflicto que paralizó las plantas por casi una semana, se creó una Mesa Láctea con una moderada expectativa, pero ahora que terminó su labor prácticamente no hubo avances, más allá de un subsidio que poco sirve en esta coyuntura», se lamentó Daniel Gorlino, un productor de la vecina localidad de Presidente Roca «comprometido» con la lucha del sector.
«Es difícil mantenerse de esta forma», aseguró el dirigente tras confiar que la empresa Molfino – Saputo a la que le entrega su producción le pagará 37 centavos menos por cada litro entregado en agosto pasado. «Como siempre, es una rebaja unilateral del precio, poco podemos hacer si no nos juntamos y coordinamos acciones en forma coordinada», sostuvo. «Hace tres meses cobrábamos 3,20 pesos por litro. En agosto al final vamos a percibir 2,50 por litro mientras la inflación de costos no se detiene. Incluso nos adelantaron que la leche que estamos entregando ahora en septiembre se pagará a razón de 2,20 pesos el litro. Imposible seguir así», expresó furioso y dispuesto a «dar pelea», lejos de resignarse.
«Con un grupo de productores lo estamos hablando e incluso ya lo estamos planteando ante las entidades que nos representan. Necesitamos volver a visibilizar nuestra situación, que es dramática para la mayoría. Nadie tiene espaldas para soportar mucho tiempo. La gente común se tiene que enterar de nuestra situación, que es la economía de la región la que está muy mal. Porque la crisis de los tambos se siente en la ciudad. Si el ingeniero, el veterinario y los comercios que venden insumos al campo cobran menos, eso repercutirá en el nivel de ingresos de muchas empresas y pone en peligro el trabajo. Los tamberos ganamos menos y tenemos que gastar menos. La economía regional está muy complicada», sostuvo Gorlino en una especie de monólogo.
Ahora que llegan los meses con aumento de la producción, todo apunta a que los precios por la leche entregada a la salida de tambo profundizarán su caída. «Hay industrias que planean pagar 1,80 peso por litro. Y nosotros estamos en la época de siembra de maíz, sorgo y alfalfa para alimentar las vacas en el invierno. No hay ecuación que valga. Estamos endeudados y cada vez nos descapitalizamos más para sostener la actividad. Se trabaja a pérdida», remarcó.
«El Estado no hace nada, es lo más preocupante. Ni la Nación ni la Provincia. Hay una situación muy grave, más de lo que parece. El mercado internacional está caído. El consumo interno no crece y encima, con el fenómeno de El Niño, los pronósticos climáticos no son favorables. El productor está en una encrucijada», manifestó Gorlino.
El productor recordó, con dolor, que históricamente vendía un ternero macho para invernada en 250 kilos. Pero hace un año debió desprenderse de los terneros de 220 kilos en busca de plata fresca para hacer frente a la pérdida de rentabilidad del tambo. «Ahora estoy vendiendo los terneros de 140 kilos, con apenas seis meses. Una pena», agregó casi sin consuelo.
«Entre nosotros crece la idea de que vamos a quedar varios en el camino. En este país, la incertidumbre reina y es difícil tomar decisiones. La soja te deja unos mangos pero no te salva. Encima estamos en un año electoral y nadie puede saber qué pasará el año que viene con el dólar», concluyó para configurar un panorama tormentoso para la actividad lechera.
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