Aún más, alertaron que “los tamberos están vendiendo sus animales para pagar deudas”. Lo hicieron en el marco de una reunión de la Comisión de Economía y Desarrollo Regional, a la que sólo asistieron legisladores de la oposición.
Invitados por la Comisión de Economía y Desarrollo Regional de Diputados, que preside Atilio Benedetti (UCR), los integrantes de la Mesa Nacional de Productores de Leche, que nuclea a representantes de distintas entidades, se quejaron de la situación del sector y elevaron su reclamo al kirchnerismo. El oficialismo no estuvo presente en la reunión, ni tampoco las autoridades nacionales del área que habían sido invitadas.
“La evolución de la producción lechera en la Argentina en la última década es la menor de la región. Nuestro país creció la mitad del que menos creció en toda Latinoamérica. Los efectos sociales de esta baja en la productividad del sector, impactan fuertemente en las economías del interior», afirmó Benedetti.
Julio Aimar, presidente de la Mesa Nacional de Productores de Leche, indicó que la concentración ha sido provocada por la presión fiscal y las regulaciones sobre el sector “en la Argentina el 70 % de la leche producida la manejan 11 industrias, mientras el 30% restante se distribuye entre 900 productores».
El dirigente advirtió que desde octubre del año pasado la producción viene cayendo en la comparación interanual: «No hay productor lechero que no esté sobregirado. Los tamberos están vendiendo sus animales para pagar deudas», alertó.
Por su parte, Raúl Catta, de la Asociación de Productores de Leche, expresó que “el sector es más grande que el automotriz, pero ellos son bien tratados. Nosotros venimos decreciendo desde el año 98, estamos postergados y sin posibilidad de diálogo”.
Ezequiel de Freijo, analista económico Sociedad Rural Argentina, presentó ante la comisión un diagnóstico sobre la evolución del sector. Algunas de sus conclusiones dan cuenta que «hoy el productor recibe el precio más bajo de la década en términos reales y Argentina es el país que menos paga a los productores en dólares por litro de leche».
Agregó que «después de una década de regulaciones y distorsiones, el productor no se vio beneficiado y el consumidor tampoco, porque sigue pagando la leche más cara o igual que en países sin trabas a la producción».