En los almacenes y algunos súper faltan segundas marcas, especialmente de leche.Cuando los precios suben por encima del 20 por ciento anual, los compradores de alimentos prestan especial atención a las segundas y terceras marcas. Cuando no se pueden adquirir los productos de mayor calidad, no queda otra que conformarse con las alternativas.
Sin embargo, desde hace unas semanas y de manera paralela a la prolongación del congelamiento de precios acordado entre el Gobierno nacional y las grandes cadenas de supermercados, cada vez se ven menos las marcas “B” y “C” de algunas fabricantes.
“Especialmente de leche, están faltando segundas marcas. Un caso muy preocupante es el de La Rodriguense, que se vende mucho en los almacenes y que no la están bajando a las despensas los distribuidores”, indicó Germán Romero, gerente del Centro de Almaceneros y Autoservicios de Córdoba.
La Rodriguense es una tercera marca de Mastellone, y se comercializa a un precio un 25 por ciento menor que la primera marca de la firma: La Serenísima.
El fenómeno también se da en algunos súper, donde hay “huecos” en las heladeras que aparecen a las pocas horas de transcurrido el día, cuando las marcas baratas de leche ya “volaron” por ser las más buscadas por su precio.
“Con el congelamiento se complicó la negociación con los distribuidores locales”, confió un gerente de súper local. “Es que los grandes acuerdan los precios directamente en Buenos Aires, pero acá, los más pequeños, todas las semanas quieren ajustar. No podemos porque estamos dentro del acuerdo”, agregó. En este sentido, la semana pasada, fueron los fabricantes de pastas secas los que se quejaron porque los súper no les toman un aumento de enero.
Leche. Marcas B. Cuando no hay segundas marcas, hay que pagar hasta un 35% más por las de primera calidad.
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