#Argentina: Lechería, una tregua rupturista que no beneficia a nadie

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¿A quien terminó beneficiando el conflicto lechero que derivó en un histórico derrame de miles de litros de leche en cunetas de la zona tambera del Oeste santafesino, agresión entre tamberos, denuncias judiciales y diáspora entre las entidades de productores?
Es difícil arriesgar una respuesta contundente; pero según se observe analíticamente la evolución de los hechos, chambonadas propias de amateurs en luchas gremiales de alta exposición, no exentas de calculadas defecciones entre la dirigencia, convirtieron el justo reclamo tambero por un mayor precio de la materia prima, en una entusiasta asonada regional que ni siquiera pudo desplazar de los medios porteños – adonde se quería llegar para nacionalizar el conflicto – al sainete de la Casán y sus joyas paraguayas, culminando con una onerosa capitulación para los intereses de los tamberos reclamantes, que terminaron canjeando inmunidad judicial por mantenimiento de precios.
El acta firmada el jueves por la noche Rosario, que devino luego en la partición del sector gremial, refleja la más patética improvisación dirigencial a la hora de organizar una conflagración gremial contra el sector industrial que se ambicionaba como épica y terminó gobernada por intereses políticos de unos pocos y la ingenuidad facilista de quienes confiaron sin preguntarse nada, generando un daño económico por todos lados y una ruptura de la red de relaciones sectoriales sin nadie capaz de asumir un rol de liderazgo.
En definitiva: el gobierno nacional tomará dos meses para estudiar “la competitividad de la cadena láctea”; mientras la producción (o sea los tamberos) firmaron “el mantenimiento de los precios de los sólidos pagados en Mayo de 2012 hasta fin de año expresados como precio mínimo”. Lo pagarán “las empresas que se encuentren en condiciones de hacerlo y las restantes en la medida que se les facilite la gestión financiera por parte de los estados Provinciales y Nacionales”.
Quedaron orbitando en otra constelación las inflexibles condiciones de “unas chirolas mas en el bolsillo de los productores” para levantar los bloqueos a las usinas lácteas, pronunciadas por el voluntarioso dirigente tamberto Gustavo Colombero el miércoles por la tarde en el hall del Ministerio de la Producción de Santa Fe en plena ebullición del conflicto, y a horas del desenlace que se vislumbraba poco favorable para los reclamantes, teniendo en cuenta que a la reunión convocada por el Ministro Fascendini “para acercar las partes”, sólo asistió la cooperativa SanCor (que no tenía problemas con sus asociados), nadie del gobierno nacional y nerviosos dirigentes que a esa altura, sin resultados a la vista, ya no sabían cómo atemperar los recalcitrantes ánimos de los activistas.
La política gremial requiere de dirigentes capacitados en el duro ejercicio de la negociación política en momentos de crisis extremas; líderes que sepan leer la realidad y escrutar el devenir sobre la base de la mejor información para no cometer las fallas garrafales que signaron la reciente confrontación entre tamberos e industriales.
No se puede llevar imprudentemente a los dirigidos a una lucha sin cuartel sin haber siquiera sopesado las consecuencias de un final anunciado antes de comenzar. La leche derramada con mucho dolor y bronca por los tamberos debería dejar una advertencia ejemplar: Estados, dirigentes e industriales no pueden seguir jugando al distraído en este ya endémico diferendo.
http://www.politicaydesarrollo.com.ar

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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