#Argentina: La leche y los K

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La mala leche del gobierno K ya no tiene límites
Los tamberos de Uruguay  ganan un 26% más que los argentinos y su participación en el precio de industrial es un 18% superior. Especialistas advierten por desplome de la industria y cuestionan falta de políticas de estado
Desde el sentido común puede decirse que Argentina  de  Uruguay están separadas tan solo por “un charco”. Ahora bien, si las distancias se piensan en términos de producción láctea son miles los kilómetros que dividen a un país del otro.
Aunque parezca mentira, y pese a que el trecho de un lugar a otro sea de aproximadamente 60 kilómetros,  un tambero del Gran La Plata gana por litro de leche un 26% menos que un productor residente en Montevideo.  Según el informe “Lechería: Participación de la leche en el precio final de salida de industria”  realizado por el exvicepresidente de Confederación Rurales Argentinas (CRA), Eduardo Roulet,  “si el productor argentino tuviese la misma participación que el uruguayo en el precio de salida de industria hubiese cobrado en junio $ 2,64 por cada el litro de leche, es decir, un 26% más”.
Pese a las diferencias demográficas y territoriales existentes entre ambos países, Uruguay ha podido demostrar un crecimiento ininterrumpido de una de las industrias estratégicas para el consumo interno de cualquier nación.  De hecho, mientras que en el país la elaboración del producto se viene desplomando desde el 2007 (en los últimos diez años desaparecieron más de 30 mil productores) al otro lado del Río de La Plata estiman que en la próxima década podrían llegar a triplicar las exportaciones.
La desigualdad existente también puede observarse  en la participación que cada productor tiene en la industria. Por ejemplo, si se tienen en cuenta los datos de la Subsecretaría de Lechería de la Nación, el tambero argentino recibe $ 2,09 por litro de leche (US$ 0,39) lo que lleva al precio promedio de los productos en salida de fábrica a $ 3,91 por litro (US$ 0,73). A su vez,  la participación de la materia prima en el producto final vendido es de alrededor del 53%. A contramano, en la Banda Oriental los ruralistas perciben unos US$ 0,41, costando US$ 0,60 el litro en la salida de la fábrica. Así la participación del productor uruguayo en la venta de industria  asciende al 68%, un 15 % más que en el país.
“La lechería está en una situación muy compleja, porque tiene un importante incremento de costos. Lo que nosotros vemos con preocupación es que un litro de leche se lo pagó al productor a $2,05 en promedio, y en la góndola esta a $7 u $8. Hay un desfasaje que históricamente no fue así, donde el componente que se le paga al productor es cada vez menor del precio total que paga el consumidor”, indicó a Hoy Horacio Salaverry, presidente de Carbap.
El desfasaje con la cadena intermedia
Resulta paradójico que los dos sectores de la cadena de comercialización de la leche que mayor protección deberían tener por parte del estado sean los más desprotegidos. De hecho, entre lo que se le paga al tambero y lo que abona en valores de góndola el consumidor existe una diferencia de más de 5$.
Tanto el productor como el comprador son los grandes perjudicados de este círculo vicioso que no hace otra cosa que favorece a los especuladores, que en este caso son las grandes cadenas de Supermercados y el estado.  “Los beneficiarios de este proceso son las cadena intermedias y de alguna manera la recaudación impositiva que hace el fisco”, añadió Salaverry.
En diálogo con Hoy, el Presidente de Consumidores Libres, Héctor Polino, señaló que “hay un aumento del 400% entre el precio de tambo y el de góndola. Indudablemente la parte de los supermercados es donde se quedan con la parte mayor de las diferencias”.
“Estamos en el mismo nivel que en 2007”
Un informe elaborado por el Instituto de Estudios de la Sociedad Rural (SRA)  advirtió una caída histórica de la producción lechera a partir del 2007. “En los últimos cien años la producción de leche creció el 900%, es decir la lechería se incrementó un 2,3% anual y la economía al 2,9%, pero esto se estanco en el 2007, año donde empezó a crecer al 1,6%”, sostienen desde la SRA.
“Se atrasó la producción lechera. Estamos en el mismo nivel que en 2007”, advirtió Ezequiel de Freijo, analista económico del instituto de Estudios de la SRA.
Una de las leches más caras del mundo
El precio de la leche en las góndolas argentinas es mucho más costosa que en cualquier país del mundo. Mientras que en el litro del producto cuesta alrededor de $8 en el país, en Londres, una de las ciudades más caras del mundo, el valor asciende a 0,8 libras, lo que equivale a más de $6,50 si se actualiza el monto en base al cambio oficial. Asimismo, en España el precio asciende a  0,60 euros (alrededor de $ 4,50) y en Miami el litro cuesta U$S 1 lo que equivale a $5,62.
La ley de control que el gobierno no quiere aplicar
El gobierno nacional ha mantenido la misma línea que las gestiones anteriores, ya que podría combatir los incrementos de precios y la concentración oligopólica existente en el sector lácteo (La Serenísima y Sancor son las dos compañías que manejan el 78% de la producción láctea en el país) y no lo hace.
“Existe una ley que es la ley de Defensa de la Competencia, conocida también como la ley “antimonopolio”, que se sancionó en el año 1999. Esta ley crea el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia, al que se lo dotan de facultades, como por ejemplo la posibilidad de llamar a  audiencias con los presuntos responsables de precios, la  realización de pericias necesarias sobre libros, documentos y demás elementos  de las empresas , controlar existencias,  costos y orígenes  de las materias primas e imponer sanciones”, sostuvo Polino, quien además afirmó que “hasta el día de hoy nunca se ha creado este tribunal que sería un instrumento muy importante de las autoridades públicas para desbaratar prácticas monopólicas, actitudes de posición dominantes en el mercado”.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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