Argentina: La leche baja y no hay marcha atrás

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Por Elida Thiery. Tamberos bloquearon industrias por no revertirse la baja en el precio de la leche. La determinación de las empresas no se modifica, la leche sufrirá en los pagos de este mes un recorte de diez centavos y similar cifra en febrero, por una cuestión de sustentabilidad. Los tamberos estuvieron en Suardi impidiendo el ingreso de materia prima y salida de productos. La medida tendrá una pausa hasta el martes cuando el Centro de la Industria Lechera defina en conjunto cómo continuar.
La leche baja y no hay marcha atrás
De la convocatoria que hicieran el 31 de diciembre los tamberos a Williner y Verónica en Suardi a las empresas, hoy viernes sólo abrieron las puertas los representantes de la segunda mencionada, para confirmar la inamovilidad de la medida que terminará llevando a principios de febrero a la materia prima a los tres pesos.
El primer viernes de enero tuvo desde la primera hora un reclamo activo, tamberos a la vera de la Ruta 23 y frente a las industrias, casi con la inevitable situación de cortar el tránsito por momentos y luego, definir el bloqueo de las plantas de ese rincón de la provincia.
Luego de la reunión con Verónica los productores allí presentes mantuvieron por unas cuatro horas cortado el ingreso y egreso de la planta y definieron en una asamblea por la tarde pausar la medida de fuerza hasta el martes. Consiguieron que las industrias se comprometan a no emitir las liquidaciones sobre la leche de diciembre, hasta no concluirse el encuentro del cual podría surgir algún impasse en cuanto a la baja, cuando en Buenos Aires se reúna el Centro de la Industria Lechera.
La realidad se conocerá el martes recién, pero mientras tanto las industrias están firmes y no quieren dar marcha atrás.
Los productores pasarán un fin de semana tomando aire y repensando un tiempo complejo del año, donde el golpe del stress calórico aún no se dio, donde hay que programar las pasturas que generen las reservas en el invierno, pero sobre todo, deberán reacomodar los números, ya sea en los bancos, como en la billetera, porque la pérdida puede ser muchísima.
Muchos pasaron de una promesa en noviembre de suba de siete centavos, a esta baja que en dos meses proyecta hasta 20 centavos, dejando en el piso de tres pesos a cada litro de leche. De todas maneras, la espera será tensa y compleja, hasta la mañana del martes.
CONTEXTO
Los industriales están preocupados y muestran los hechos con mucha diferencia, respecto a tiempos anteriores.
Con exportaciones de la leche entera en polvo por 2.300 dólares, a diferencia de otros tiempos en cinco mil, hoy la Argentina afronta la lentitud en la extensión para los permisos de venta al exterior, pero sobre todo las condiciones de una falta de competitividad dada por el retraso cambiario. Voces empresariales citan los ejemplos de Nueva Zelandia, Brasil y Uruguay, donde la devaluación de la moneda y la baja del precio a los productores fueron claves para mejorar las condiciones generales, e incluso empezar a afrontar lo que va a ser el impacto de la liberación de cuotas en Europa para marzo.
Esas dos variables hacen a una diferencia inmensa, porque hoy la Argentina paga la leche más cara, a 38 centavos de dólar y así se exporta a pérdida, porque el verdadero poder de pago en cuanto a los márgenes de exportación estaría en 2,40 pesos, mientras que para los productos internos, se estaría entre 2,80 y 2,85 pesos, lejos de los 3,20 a 3,26 actuales. Es por eso que los costos de la industria están en un 50 por ciento puestos en la leche cruda.
Las manifestaciones son tajantes, la industria sostiene que “es muy difícil negociar en estas condiciones”, porque sin voluntad de retroceder, están dispuestos incluso a dejar de recolectar la leche en los tambos. Una medida “inevitable”, deberá tener una mediación la semana entrante, para poder compensar tanta pérdida, la que no entienden los productores que siempre les caiga encima y la que las empresas dicen ya no poder resistir.
Mientras hay empresas subsidiadas que se están fundiendo y entre las grandes, hay otras que pegan hoy un manotazo para no caer en similares situaciones.
EL PESO DE
LOS SALARIOS
Existe claramente una influencia en las cuentas industriales por parte de las cargas impuestas por Atilra.
El sindicato de trabajadores lecheros supo incrementar en los últimos años las ventajas salariales, pero del mismo modo las condiciones de los empleados y los puestos de trabajo totales en todo el sector industrial. Con ajustes superiores al 30 por ciento en los salarios, al menos en los dos acuerdos recientes, a lo que se sumó el aporte solidario mensual por empleado, hoy los sueldos representan más de 30 puntos en las cuentas de las empresas lacteas. En este sentido, se paga, entre diciembre y este mes de enero un bono complementario, por única vez, pero obligatorio, por las fiestas que asciende en total a 3.500 pesos, lo cual termino de modificar los balances financieros.
Fueron los mismos tamberos los que ayer se comunicaron con referentes gremiales para trasladar la inquietud y no descartar un encuentro de todas las partes, incluso de Atilra en lo que podría llegar a ser un debate histórico sobre rentabilidad, siempre y cuando el Gobierno afronte su papel de mediador, comprenda la importancia de este planteo general y sepa negociar con las partes para generar un reparto equitativo, siempre y cuando se usen las estrategias adecuadas de adaptación de políticas a la realidad lechera, modificada en plazos recientes, con resultados negativos.
PARTE POR PARTE
Es así que se componen los engranajes de un sistema hoy deficitario. A pesar de las advertencias de todas las partes, la lechería argentina hoy está agotada en todos sus frentes. Las exportaciones a precios irrisorios, pero sin cesar en ciertas trabas políticas que aún se conservan, con un consumo interno atosigado en precio y volumen, con erogaciones salariales excedidas, con el precio de la leche por sobre los límites posibles, con tamberos agobiados por la presión constante, con un clima que de arrastre afecta a los balances totales y el comienzo de un año con una perspectiva lenta para la recuperación. Así se desbalancea un sistema que debería estar funcionando a prueba de cualquier desajuste y desde hace años, pero para eso se precisa un ajuste con herramientas adecuadas, hecho que difícilmente se logre y mucho menos desde la disponibilidad oficial.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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