Todavía no llegó al productor, pero falta poco.
Hay precios que superan los 3,30/3,40 $ x litro aunque también los hay de 3,15 $. El promedio de las empresas ronda los 3,25$. Con estos valores a los tambos le cierran sus números, por ahora. El aumento de costos y el parate desde la industria vaticina que, pueden, más temprano que tarde, entrar en rojo.
Claramente la industria mas comprometida es la que tiene una pata en la exportación. Un queso barra se está exportando apenas a 3 u$s el kilo y en el mercado interno el precio “de planchada” está cerca de los 50$ o sea unos 5 u$s. Semejante disparidad hace que muy rápido el mercado interno se sature de quesos. Lo mismo pasa con la leche Larga Vida o la Leche en polvo.
Como si fuera poco ya hay industrias Uruguayas analizando la posibilidad de exportar quesos hacia Argentina, o leche Larga Vida.
Las últimas noticias no son halagadoras. Las plantas de leche en polvo construidas recientemente como La Ramada en Franck o NOAL en Villa María están paradas o casi. Las plantas de Nestlé trabajan un día y paran dos. La de Alimentos Santa Clara (ex Nestlé) en Villanueva lanzó un retiro voluntario y lleva más de 45 días sin procesar nada.
No es poca cosa el estado financiero de las fábricas grandes. Los stocks de la mayoría están por las nubes, proporcional a los intereses erogados para soportar el capital de trabajo.
El Banco Nación está dosificando la financiación y para otros bancos, la industria láctea, les resulta riesgosa.
Algunas empresas están difiriendo los pagos a sus proveedores, y otras empezaron con algunos productores.
No hay nadie que pueda pronosticar que esto se resolverá a corto plazo. Cuando empezó la debacle hace ya un año, algunos se animaban a decir que a lo sumo el problema llegaba a fin de año, después que se acomodaba en el primer trimestre, luego hasta la mitad de año y hoy aseguran que durará por lo menos hasta fin de año, sin apostar que luego mejore.
El gobierno está ocupado en octubre, y tampoco tiene muchas herramientas para ayudar, aunque algunos renieguen, por el tipo de cambio atrasado.
Las empresas no van a dejar de pagar los sueldos, pero los proveedores y los productores puede ser que empiecen a sufrir las consecuencias de la crisis, que para muchos, como el agua, ya está en el patio.
El Admin