La biotecnología ya parece abarcarlo casi todo en la vida cotidiana, porque luego de cuatro años de desarrollo, investigación y pruebas, la empresa argentina Verónica lanzó la primera Leche CLA al mercado argentino, con el fin de mejorar la salud cardiovascular y el sistema inmunológico.
El mercado local consume 290 litros per cápita de lácteos, y esta leche se lanzó sobre la base de un desarrollo junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
CLA es una sigla que hace referencia a ácidos linoleicos conjugados, y esta leche es la primera con alto contenido de ácidos grasos beneficiosos para la salud, generado naturalmente a partir de un proceso de alimentación más saludable del ganado, indicaron desde el organismo público.
La empresa produce esta leche únicamente en tambos propios, seleccionados y adaptados para este importante desarrollo y bajo supervisión de técnicos del INTA.
El plan de negocios apunta a abastecer de Leche CLA a los principales supermercados durante el primer año, destinando a este producto el 10% de su producción de UAT y con una proyección de alto crecimiento en los siguientes.
El precio de esta leche larga vida es apenas superior al de una funcional UAT de una marca líder y el objetivo es que cualquier consumidor pueda introducirla en su dieta.
Este lanzamiento implica un avance en la región, ya que la leche CLA Verónica es la primera en América Latina y sólo es producida y comercializada en algunos países de Europa y en China.
Según los últimos datos disponibles, los argentinos tienen un consumo per cápita anual de lácteos de 209,5 litros, y de ese total, 44 son de leche fluida y el resto corresponde a otros subproductos (queso, yogures, manteca, dulces y otros).
«El desarrollo de esta leche funcional, que naturalmente se compone de ácidos grasos altamente beneficiosos para la salud del consumidor, nos pone en un primer plano en Argentina y la región en una tendencia mundial que reconoce la innovación en productos alimenticios, que tienen como objetivo una alimentación equilibrada, saludable y, sobre todo, natural», indicó Mariel Espiñeira, directora del proyecto.
Gerardo Gagliostro investigador líder del proyecto del INTA EEA Balcarce, Área de Producción Animal, quien tuvo a cargo este exitoso desarrollo- explicó que «se pudo conseguir reducir algunos ácidos grasos presentes en la leche que son juzgados como hipercolesterolémicos, es decir que atentan contra la función cardiovascular».
Además, dijo que se pudo «amplificar la concentración de otros ácidos grasos que son específicos de los animales rumiantes y que nos dan protección contra la probabilidad de contraer enfermedades como Diabetes de tipo 2, algunos tipos de Cáncer y la afecciones Cardiovasculares, entre otras».
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