#Argentina: Ingenio piamontés, con un silobolsa mantuvieron la leche 30 horas

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Diego Tonini y su padre Aldo preservaron 11.000 litros hasta que cesaron los bloqueos a las industrias, durante la última protesta por el precio de la materia prima. Igual debieron derramar 11.500 litros.
“No estamos de acuerdo con el precio de la leche, pero tampoco con tirarla como medida de protesta”. Diego Tonini es nieto de Clemente, un piamontés que 60 años atrás puso en marcha el tambo que hoy explota junto a su padre Aldo cerca de la “triple frontera” entre Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero, en jurisdicción de Suardi.
Cuando arreciaban los bloqueos a la usinas, y el camión no pasaba a retirar la producción, el joven de 33 años se acordó de las bolsas en las que se acopia fertilizante líquido en el campo y pensó que podría hacer algo similar para no derramar la materia prima. Buscó en el galpón, encontró varios metros de silobolsa nuevos y puso manos a la obra. Logró conectarles una llave de paso para el ingreso del fluido, otra para la salida de aire y armó dos mega sachet de leche que le permitieron aguantar más de 11.000 litros en buenas condiciones hasta que pudo entregarlos. “Si sabía que iba a tener tanto éxito no tiraba nada”, le dijo a Campolitoral, lamentándose por los 11.500 litros que se vio obligado a volcar ante la prolongación del conflicto.
Ingenio en la sangre
Diego vive con su familia -esposa e hijos- en el pueblo y todos los días se traslada al campo, donde residen sus padres. Allí se crió aprendiendo todo sobre las vacas y el tambo. Lleva la marca de la estirpe gringa de la que desciende en la tonada, en esa cadencia del “ma’va”, curiosamente cercana al cocoliche que hablaban sus abuelos pese a ser la segunda generación nacida en el país. Otra señal del linaje piamontés: cuidar el fruto del trabajo con la vida si es necesario. De ahí que haya ingeniado semejante dispositivo.
La empresa familiar explota dos tambos con más de 600 vacas en ordeñe que producen -en conjunto- entre 14.000 y 15.000 litros, por lo que derramar la producción un par de días hubiera significado una pérdida muy importante. “Además era una leche muy cara, porque con el daño de las heladas en la pastura se le había estado dando mucho concentrado a las vacas para mantener la producción”, agregó el joven productor.
Así fue que, cuando vio que las soluciones no llegaban y los bloqueos se mantenían en el tiempo, decidió emular los silos de fertilizante líquido. “Antes que tirarla se me ocurrió embolsarla”, le dijo a Campolitoral. Primero hizo un “super sachet” con unos 13 metros de bolsa y, viendo que el sistema respondía y el paro no terminaba, luego armó otro de 7 metros. “Le hice unas entradas y salidas caceras, con unas llaves de paso”, indicó.
Siempre en compañía de su padre, ubicaron uno junto al tanque de frío y otro en el corral de espera. Al primero lo ubicaron bajo techo junto al tanque de fío y no hubo que ayudarlo demasiado a mantener la leche fresca. Pero al otro tuvieron que “abrigarlo” con una frazadas viejas que humedecieron para mejorar el efecto refrigerante. “En uno la leche estuvo 30 horas y en otro 20, siempre a cinco grados: nos ayudó que el día estuvo fresco”, recordó Diego.
Apenas se supo del levantamiento de los bloqueos se prepararon para entregar la producción. “A las 8 de la mañana -detalló- hicimos un análisis para controlar si la leche se había echado a perder y nos dio perfecta la temperatura y la acidez”. Al rato estaba el camión sorbiendo directamente del “supersachet”.
En total lograron mantener unos 11.000 litros, pero hubieran podido ser más. “No quise hacer otro sachet por miedo a que no funcione; el polietileno es barato, si sabía que daba tanto éxito no tirábamos nada”, se apenó el joven Tonini, quien tuvo que derramar unos 11.500 litros.
Trabajar, la única salida
“El acuerdo a nosotros no nos solucionó nada” dijo sobre el conflicto con las industrias, sobre todo porque siguen cobrando lo mismo, por debajo de sus cotos. Sin embargo aclaró que tampoco estuvieron de acuerdo con la modalidad de la protesta.
Sobre el nivel de rentabilidad, aseguró estar “muy finitos con los números”, y estimó que “por lo menos habría que cobrar $1.75 o $1.80”. El cálculo lo hizo grosso modo porque el costo permanentemente. De todos modos reconoce que es de los productores mejor pagos, ya que Sancor le liquidó julio a $1.62, lo mismo que junio.
Ahora se han beneficiado por las lluvias, tras el duro castigo de las heladas, aunque preocupan los costos de la próxima siembra. “Tenemos que encarar la gruesa con precios por las nubes en dólares”, se quejó.
Frente a este panorama, la estrategia también es digna de un tambero piamontés: “haber invertido en la época buena ahora nos agarra más o menos encaminados; hay que pasar este chicotazo porque es como la sequía, el que la soportó después agarró buenos precios. A lo mejor la buena vuelve en 3 meses”.
Primero hizo un “super sachet” con unos 13 metros de bolsa y, viendo que el sistema respondía y el paro no terminaba, luego armó otro de 7 metros.
Juan Manuel Fernández
jmfernandez@ellitoral.com
http://www.ellitoral.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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