Polémica por las declaraciones de la Presidenta Cristina Fernández con respecto al crecimiento de la lechería
Tras las declaraciones de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de la ampliación de una planta de Sancor en la localidad bonaerense de Chivilcoy con respecto al progreso del sector lechero nacional, comenzaron a suscitarse críticas desde distintos polos opositores.
Las declaraciones de la Jefa de Estado generaron polémica en los productores. Según la mandataria «la memoria puede fallar, pero los números nunca mienten. En 2001 la crisis del sector lechero era terminal, en el 2003 alcanzó 7951 millones de litro anuales, en 2011 fueron 11600 millones, y este año vamos a llegar a los 11800 millones de litros». Además dejó en claro que el crecimiento no es casual sino fruto de «políticas activas».
El presidente de la Federación Agraria del Partido de General Villegas, Manuel Lucero, fue muy crítico ante los dichos de Cristina Fernández. «Sancor cerró su balance de este año con una pérdida de 305 millones de pesos. Sería bueno que la Presidenta ayude a la empresa con ese problema», sostuvo.
Aportó el dato además de «una investigación de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), que recalca que en el año 1999-2000 Brasil producía 20 mil millones de litros de leche y Argentina 10 mil millones. En 2011 Brasil producía 32 mil millones de litros de leche y nuestro país produjo 10850 millones. Brasil tuvo un crecimiento de un 62% y Argentina del 8,5%. Nos triplicó en la lechería. Los datos o guarismos que maneja la Presidenta no son reales».
Crisis de la producción lechera
Lucero manifestó que «todos sabemos la crisis que está atravesando la leche. Al productor le pagan entre 1.90 y 2.10 pesos de acuerdo a la usina láctea a la que le entrega, las condiciones, la región y el volumen. En góndola el precio está entre 7 y 9 pesos. El presidente de FAA, Eduardo Buzzi, fue contundente cuando dijo determinado tipo de leche es más caro en Rosario que en París. Un litro en sachet en un supermercado de la costa francesa está costando 0.86 euros, que al tipo de cambio actual equivaldría a 6.20 pesos. Son datos concretos que se pueden comprobar».
Según el dirigente, la crisis del sector se encuentra agravada por el clima. «En el primer semestre de este año la producción de leche decreció un 7 % con respecto al del año pasado. Además, el presidente de la Sociedad Rural Miguel Etchevehere, mostró datos que reflejan la profundización de la vulnerabilidad del sector lechero: en los últimos 14 años desaparecieron 6 mil tambos».
«Si bien la producción se mantiene estable, hay una tremenda concentración. En los últimos 20 años Sudamérica creció en un promedio de 108% en lo que respecta a lechería; pero el país con una importante producción lechera que menos creció, fue Argentina», agregó Lucero.
Tamberos en Villegas
En el Partido de General Villegas la situación del sector no difiere de lo que sucede a nivel nacional. «En la zona hay aproximadamente 120 tambos entre Sancor, La Serenísima y Remotti. El problema consiste en que producir un litro de leche cuesta entre 1.90 y 2.20 pesos y están pagando 2.10. El productor está perdiendo como mínimo 0.10 centavos. Para que tenga rentabilidad en su tambo, tendríamos que hablar de un litro a 3.10 o 3.20 pesos. Actualmente están pagando un 30% menos de lo que debe recibir un productor lechero en tranquera, para que su explotación sea rentable», explicó.
Propuestas
El presidente de la Federación Agraria propone dos alternativas para solucionar el quebranto de los tambos:
1) Una remuneración de 60 centavos por litro de leche hasta los primeros 3 mil litros. «Esto es un paliativo coyuntural para que los pequeños productores no desaparezcan y que los grandes sigan produciendo y no sigan cayendo en su producción».
2) Una Ley Nacional de Lechería donde haya un Instituto de Promoción de la producción láctea, «establecido por una mesa consensuada que integre a todos los componentes de la cadena láctea: productores, fábricas, supermercadistas y consumidores, que en forma mensual o bimensual se pongan de acuerdo en consensuar un precio; y si no se ponen de acuerdo que el Estado arbitre ese precio».
«Hay muchas alternativas para mejorar esto pero hasta ahora, de parte del gobierno, es todo humo», cerró su análisis Lucero.